Joaquín Ortega Arenas
La nomenclatura de las calles en esta loca magalópolis en que
vivimos, es un reflejo fiel de nuestra historia repetida día con
día. Los nombres de
los “próceres” del momento se repiten y reparten cada sexenio sin que a los
tres días, sepa nadie quienes fueron o que hicieron. Hay sin embargo calles que
llevan nombres históricos por una u otra causa, de las que vamos a hacer dos
recordatorios,
Las calles de López,
Hurgando junto con mi queridísima esposa
Alicia, por El Archivo de Indias en Sevilla, yo
en busca de datos sobre
Nuño Beltrán de Guzmán, y
ella sin propósito fijo, nos prestaron dos añejos libros.. Mientras yo buscaba
en uno, ella hojeaba el otro y ….de pronto se puso a reír. Había encontrado las
cartas que se cruzaron entre Beltrán,
Cortés y Diego Velázquez; una en la que Beltrán
le pedía a Velázquez que le enviara
“…veinte fembras fermosas y placenteras para el gusto y solaz de sus soldados”, relatándole que había llegado a la Nueva España un capitán
guapísimo que había hecho “estrecha amistad” con las mas
encopetadas damas de la Colonia, provocando
quejas, reproches y reclamaciones en contra
de Beltrán, por lo que era
necesario ese sistema para acabar con
los abusos del Capitán y poner orden en la Colonia.
Velásquez le envió las “Veinte
fembras” a cargo del Capitán
Juan López, que sería el
encargado de todo respecto a ellas y en
especial, mandarle el 60% del dinero “que
fueran produciendo”.
Juan estableció el domicilio de las Fembras
en las calles de la Cruz Verde, (creo que hoy se llama República del Salvador) y causó más quejas el funcionamiento
de la “Casa de López” que el osado capitán que había ocasionado el pedido.
Relevaron a Nuño Beltrán y Nombraron
Presidente de la Segunda Audiencia a Fraile Sebastián Ramírez de
Fuenleal, que de inmediato
prohibió la prostitución en la Capital de la Colonia dentro de un perímetro de
80 varas castellanas, en el caso, del Casco del Convento de San Juan de Letrán,
por lo que López se asentó posiblemente en lo que es hoy la esquina de López y
Avenida Juárez, pero su
negocio, creció quizá más rápido que la
Ciudad y sus “casas” se multiplicaron “ hasta pasar de diez” , convirtiendo el rumbo en el más
visitado y peligroso, ya que se llenó de asaltantes y bandidos. La calle fue
bautizada por el pueblo como “El callejón de las casas de López, que fue
quedando poco a poco en López.
Con la gran inundación ocurrida en 1595, las casuchas de
López fueron totalmente destruidas
y en ese punto perdimos la huella de López.
De regreso de España, medimos con una cinta, de la Esquina de Madero y San Juan de
Letrán (hoy eje central Lázaro Cárdenas) hasta la esquina de López y Avenida
Juárez, en donde está el Bar “Manolo”, 80
varas castellanas….
¿Cómo ven?
Las calles Morena y Puente de la Morena se ubican al sur
de la Ciudad, en la parte de
lo que fue el cauce del Río de la Piedad. Cuenta la leyenda que durante el
Gobierno de nuestro siempre presente héroe nacional Antonio López de Santa Ana,
el señor Presidente trajo de Cuba una mulata de muy buen ver, motejada como “La
Morena” y un grupo de mulatas alegres que ubicó en una elegante casa al sur en entonces río de la
Piedad, y ordenó la construcción de un buen puente que permitiera el acceso de
los “alegres hasta ese lugar.
Era un excelente negocio, pero…dentro de las veleidades del
“Presidente”, estaba entrar y salir del Puesto y dejar como sustituto a
Valentín Gómez Farías, que en
una de esas ocasiones, para no molestar a su Jefe nato, mandó tirar el Puente.
Regresó el Presidente a la Presidencia y mandó construir un Puente de Primera
Clase que mientras existió el Rio de la Piedad se uso hasta para el paso de
automóviles y Autobuses. El “Puente de la Morena”, que daba continuidad a las
Calles de La Morena.
¿Cómo ven?
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