9/14/2009

EL AGUA

Sine aqua nula vitam. Sin agua no hay vida. Joaquín Ortega Arenas. Leí, hace ya mas de veinte años en una revista francesa, que el abuso que cometíamos con los combustibles tradicionales, como es lógico, iba a terminar con su extinción. Que todos los países industrializados, estaban preparándose ya para mover sus grandes plantas industriales con electricidad. Mencionaba en forma especial la construcción de la Presa Hoover , entre los años de 1931 a 1936, para aprovechar las aguas del Río Colorado. La entonces Unión Soviética, igualmente construyó enormes plantas generadoras de energía eléctrica sobre el Río Dnieper, y así ha seguido la corriente hasta la construcción de una de las mayores centrales del mundo, la Planta de Itaipú, que aprovecha las aguas del Río Paraná, etc., Señalaba el artículo que invoco, que uno de los Países con mayores posibilidades de generar energía hidroeléctrica, es…México. Increíble, pero cierto y señalaba las posibilidades hidroeléctricas de las granes precipitaciones pluviales que ocasionan las Serranías que atraviesan toda la Republica de norte a sur, (Sierra Madres Oriental, Sierra Madre Occidental y Serra Madre del Sur por los grandes recursos forestales con que cuentan. La Comisión Federal de Electricidad mexicana, antes de convertirse en “caja chica” del ejecutivo en turno, realizó grandes obras como Chicoasén, y otras, pero, he aquí el problema del agua que enfrentamos. Los recursos forestales se nos han agotado. Los bosques han sido devastados a “mata rasa”. Se han convertido grandes extensiones boscosas en verdaderos desiertos, gracias a las concesiones otorgadas irresponsablemente por los gobiernos de la revolución. Para dotar de agua potable a la Ciudad de México, allá por 1908, se construyó a enorme costo, un túnel para traer las aguas del Río Lerma , corriente tributaria de la Vertiente del Pacífico, al Valle de México, cuyas aguas eran tributadas a la Vertiente del Golfo. Protestaron los que sabían, y el Director de la Facultad de Ingeniería, hizo notar el error, señalando que a una Ciudad de Cien Mil habitantes, ( esos había entonces), le bastaba con “un solo aguacero de junio”, Que lo que hacía falta era construir en las colinas que bordan el Valle de México, presas suficientes no solo para satisfacer, sino para prevenir el crecimiento de la población. Como era de esperarse, se trae el agua hasta estos días del Río Lerma. (Business are Business ). Existían CATORCE RÍOS que se generaban en las serranías ubicadas al poniente del Valle de México, y atravesaban por todos lados el valle. Habían varias presas que se usaban como reservas, Ya no hay ríos, los entubó el genio Ernesto P. Uruchurtu acompañado de los aplausos de todos los mexicanos. Ya no hay presas, ahora quedan focos de contaminación como la que fue la Presa Anzaldo , … Empezó la danza con la construcción de las grandes fábricas de papel en zonas boscosas que, sin obligación de restituir la riqueza que derribaron, (vía $$$), acabaron con los árboles del Valle de México, ( Loreto y Peña Pobre, propiedad de la Familia Lenz ) y Fábricas de Papel de San Rafael en Tlalmanalco, Estado de México, propiedad de la familia de la Macorra , ) Al agotarse la “ madera de oyamel en rollo para pulpa para papel” existente en el lugar en que se encuentran las fábricas, no faltaron personas “influyentes” que las ayudaran a remediar su problemas, y durante el sexenio delirante, (1934-1940), se dieron concesiones en el Estado de México a Arturo San Román y después a los hermanos Mawad; en Michoacán a los generales Héctor F. López, Aquiles de la Peña y Cerda. Apareció entonces en el negocio de madera Gilberto Rosas, concuño del señor General Cárdenas, que rebasó la capacidad de todos los mencionados y se dio a la tarea de deforestar el resto de la República. Trataron de pararlo, pero, la intervención de su cuñada no solo le dejó abiertas las puertas, sino que designaron “Subsecretario de Recursos Forestales, a uno de sus sobrinos. Los resultados de esa política están a la vista. Se van las lluvias, las presas se secan; los terrenos labrantíos quedan sin cultivo por falta de riego. Tuvo otro negociante visionario la idea de traer agua del Río Cutzamala y la trajeron a un costo elevadísimo, mientras los miles de millones de metros cúbicos de agua que durante cinco meses nos llegan del cielo, siguen su curso hacia el Golfo de México. Los consideramos “una plaga”. Sin embargo, las presas de la cuenca del Río Cutzamala se secan “por falta de lluvias y ya es poca el agua que pueden traer, por carísimo bombeo hasta esta Capital. Nadie tiene la culpa. La tala irrestricta sigue. Hasta el “Santuario de las Mariposas” es víctima de la deforestación y a nadie le interesa. No es negocio la carencia de zonas forestales . El negocio es su existencia y…se acaban. ¿Qué vamos a hacer? La solución estilo político mexicano es “vender mas cara la poco agua que nos va quedando”. La sed del pueblo seguirá, pero en negocio, también. Amén.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola muy interesante lo que escribes...seguiré entrando a leerte de hecho ya te puse en favoritos ;) oye una pregunta: tienes un hermano que se llama Gilberto? es que yo estudié en el COBACH y tenía un compañero que se llamaba Gilberto Ortega Arenas y hace años que no se nada de él y estamos planeando tener una reunión de ex-alumnos y me gustaría poder comunicarme con el...si me pudieras dar alguna información este es mi correo sariah-3@hotmail.com gracias!