8/10/2010

EL AGUA

Joaquín Ortega Arenas. Hace ya casi cincuenta años, el Gobernador del Estado de México me pidió que acompañara al primer embajador de la República Popular China acreditado en México a sobrevolar el Estado en el helicóptero del Gobierno del mismo Estado. Claro, acepté con todo gusto y una mañana soleada del mes de abril, el aparato llegó al helipuerto ubicado en los Viveros de Coyoacán a las diez en punto para que el señor Embajador y el suscrito lo abordáramos. El embajador, del que ya he olvidado su nombre, tenía unos cuántos meses de haber llegado a México y ya casi dominaba nuestro idioma. Era un hombre de mediana edad, con una esmerada educación y amplia cultura que a los pocos minutos de abordar la nave ya me había formulado varias preguntas acerca del viaje que emprendíamos Le expliqué que el territorio del Estado estaba dominado por la existencia de cinco valles; los Valles de Chalco y Cuautitlán-Zumpango en el altiplano, y los de Tenancingo, Valle Bravo y Toluca, presidido por el Chinantécatl, o Nevado de Toluca, cuyos escurrimientos o “deslaves”, en unión de varias fuentes naturales, formaron el Río Lerma cuya corriente hacia la Vertiente del Pacífico había formado hace miles de años ya en los hoy Estados de Guanajuato y Michoacán, la zona agrícola entonces mas próspera de la República que conocemos como el Bajío; que los deslaves del Nevado hacia el sur, forman caudalosos ríos, afluentes del Río Balsas, y en ese lugar se centró su atención. Enderezamos el rumbo y después de sobrevolar el Valle de Toluca, nos encontramos con los Valles de Tenancingo y Valle de Bravo. Iba francamente embelesado con el espectáculo que esas feraces zonas ofrecen, en especial con el Río Temascaltepec. Su primer comentario en voz alta fue: “En China ya casi no hay ríos. Hay presas. En las riberas de este río podrían vivir varios millones de chinos”. A partir de ese momento, se invirtieron los papeles. Era yo quién formulaba las preguntas y el Embajador el que me las contestaba gentilmente. ¿Por qué dice que en la cuenca de este río podrían vivir varios millones de chinos?—pregunté y su respuesta me dejó estupefacto. –Porque en cada presa, generalmente pequeña y con grandes desniveles del suelo, similares a éste río, instalamos plantas de generación de energía eléctrica, cultivamos peces, sembramos frutales y hortaliza y ponemos algo de cría de gallina o animales pequeños que se adapten al clima y condiciones del lugar---. No supe ni qué comentar y desde entonces no dejo de preguntarme qué pasa en México, nuestro querido País. Ubicado en su mayor parte entre el Trópico de Cáncer y el Ecuador, con una gran variedad de climas y lo que debería ser mejor pero nos resulta peor, con una gran precipitación pluvial casi todo el año, contamos con una cuenca “colectora de agua”, que es la meseta central, y dos vertientes una hacia el Golfo de México y otra hacia el Océano Pacífico que año tras año llevan al mar, sin obstáculo alguno y después de causar enormes destrozos, inimaginables cantidades de agua. La propia Ciudad de México, ubicada en la Meseta Central, como me comentó también en alguna ocasión un funcionario norteamericano que cada seis años venía a descansar y disfrutar de su año “sabático” a nuestro País, “…durante seis meses se muere de sed y durante los otros seis meses de cada año se ahoga, y eso ha sido por siempre…”. En lo que va de 2010, el agua, sin control alguno, ha causado daños irreparables a lo largo y ancho del País. Baste como ejemplo relatar las odiseas de los regiomontanos, Hace varios años el Río Santa Catarina, que atraviesa la Ciudad de Monterrey, tuvo una avenida que arrasó con casas y caminos construidos irresponsablemente en su cauce. Lo reparamos y volvimos a poner en su cauce casas y caminos. Hace unos días, el Río Santa Catarina volvió a tener una avenida, y la historia se repitió, tal vez para darnos oportunidad a los mexicanos de volver a colocar en el cauce del Río Santa Catarina casas y caminos, ¿Qué pasa? ¿Por qué no entendemos? En una revista francesa leí, hace ya más de diez años, que el cada día mayor consumo de los energéticos llevaría a todo el mundo a una profunda crisis de la que sólo se salvarían los países que contaran con grandes volúmenes acuíferos que permitieran mover sus industrias con energía hidroeléctrica. Mencionaba la revista que los países nórdicos ya tenían resuelto ese problema y entre los países con mayores posibilidades para seguir ese ejemplo, el ubicado en primer lugar era …¡México!…….

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