ADICTO-ADICCIÓN-VICIO.

Joaquín Ortega Arenas.

Solemos entender por adicto, aquel que se encuentra dominado por alguna droga o afición desmedida y enfermiza a ciertos juegos. Equiparamos las adicciones con los VICIOS, a los que consideramos como hábitos o prácticas inmorales, degradantes en la vida común. Las más comunes de las adicciones en el mundo actual son por orden del daño que causan a la humanidad, según la Organización Mundial de la Salud, los que son lícitos, de libre uso y acceso como el tabaco y el alcohol que contribuyen en un 4.1% y un 4.0% respectivamente a la carga de mala salud. Las sustancias ilícitas, contribuyen , increíble pero cierto, sólo con un 0,8% de las cuales la más común es la mariguana, (cannabis indica) , seguido de las anfetaminas, la cocaína y los opioides. Existe en el mercado mundial desde el año de 1886 un refresco efervescente inventado por el farmacéutico John Pemberton de Atlanta, Georgia, EUA., que fue inicialmente patentado como una medicina derivada de la planta de coca, (kuka en quechúa) originaria de las estribaciones de la Cordillera de los Andes. Es utilizada hasta la fecha por las culturas andinas, en especial la chibcha, aymara y quechúa como analgésico. De la planta de coca deriva como alcaloide, la cocaína, fuerte estimulante que genera adicción o vicio. El inocente refresco efervescente es, en suma, el peor de los vicios y adicciones a los que está sometida hoy la humanidad, generador de inmensas fortunas gracias al “marketing” y de la peor de las adicciones que pueden afectar al hombre. Su comercialización es masiva y sólo la India se ha atrevido a prohibir su distribución y venta. Desgraciadamente México le dio entrada en los años de 1935-1936 por tratarse de un asunto de alto interés nacional y estuvo gobernado durante seis años (2000-2006) nada menos que por el Director de la empresa Coca Cola. Con esa pequeña “influencia”, la empresa ha logrado hasta dejar sin agua a la Ciudad de Aguascalientes, debido a que el caudal de agua que provenía del Estado de Zacatecas “fue entregado “ a la Transnacional para establecer la planta mas grande de elaboración de Coca Cola en América Latina. La Coca Cola, sólo en la República Mexicana, se ha convertido en adicción de más de sesenta millones de mexicanos. Es tan feroz la adicción que provoca, que a nadie le importa ya la leche y la carne; los pobres se alimentan de Coca Cola y la noble empresa trasnacional tiene flotillas de inmensos camiones para que no falte su “agua negra” en ningún rincón del País, por remoto que sea. La propaganda de la empresa “luce” en todas partes y medios de comunicación; prensa escrita, carreteras, radio y televisión. Los sesenta millones de “consumidores” de Coca Cola pierden prematuramente los dientes; tienen pésima salud; ostentan generalmente manchas blancuzcas en la piel y sobre todo, no tienen la suficiente energía para trabajar los adultos, y para capacitarse los jóvenes y niños. Ante este aterrador panorama que hace el gobierno del cambio,…le cobra a la benemérita empresa impuestos simbólicos.

Hemos ignorado voluntaria y criminalmente, además del pequeño detalle relatado, que existan y e generen en México adicciones diversas causantes de mayores daños a la humanidad, como lo son el juego y la apuesta y los deportes que los países civilizados han encajado literalmente, a base de un constante bombardeo de los medios de comunicación, en las mentes predispuestas por la miseria en que viven, por la inseguridad que los rodea, por el temor que se ha ido incrustando en ellas por las acciones de las grandes empresas cobijadas en la corrupción de los países. En deportes profesionales, que nada tienen de competencia sino son mero espectáculo como el futbol, traído de Inglaterra en los últimos años del Siglo XIX por las compañías mineras que explotaban los yacimientos de Real del Monte y Pachuca, que gracias a esa propaganda se ha convertido en un asunto de interés nacional. ¡Que importa o que puede importar que en Ciudad Juárez desde hace cincuenta años se asesina un promedio de quince mujeres a la semana, si la sub no se que ganó un campeonato! El señor Presidente felicita de mano uno a uno a los jugadores a pantalla completa de la venal televisión! El “patabola” sí es asunto de alto interés nacional.

El juego no está permitido por ninguna ley, excepción hecha de las ferias nacionales, en las que se permite limitado a unos cuantos días. Fue prohibido en el sexenio 1934-1940 para detener la avalancha de corrupción que desató el que fuera operador de los negocios inconfesables del Jefe Máximo de la Revolución y Presidente de la República 1932-1934. Los casinos, elegantísimos y a la última moda del vicio universal como el “Agua Caliente de la Ciudad de Tijuana, el Casino de la Selva en Cuernavaca y el Foreing Club en Naucalpan, Edomex. Fueron clausurados. Floreció como negocio privado el “brinco” o casa de juego clandestina protegida por las autoridades corruptas que nos acompañan desde que esto era una Colonia Española. De repente, como sacados de un sombrero de copa, surgieron en el sexenio 1994-2000, CIENTO VEINTE centros públicos de apuestas; en el sexenio 2000-2006, MAS DE MIL CUATROCIENTOS en todo el país con autorización para operar con 50 sucursales; CUATROCIENTOS para Salas de Juego con una vigencia de 25 años. Miguel Torruco Marqués, Presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles señaló que “…Hay mas de 1110 casas que generan SEISCIENTOS MILLONES DE DÓLARES AL AÑO, que no se reporta al fisco…”

Hace unos cuantos días, en Monterrey un grupo armado prendió fuego en solo tres minutos a un “Elegante” centro de Apuestas que se consumió en diez minutos más porque no tenía sistemas contra incendio, en el que murieron 51 beatísimos ciudadanos que estaban jugando al margen de la ley en esos momentos y cuarenta trabajadores del “Casino Royale”. Luto Nacional. Crimen del Narcotráfico que ninguna ganancia obtiene con el incendio, sino por el contrario, pierde adictos al juego y a “la mota”. Llanto general por los “honestos violadores de la ley que son los dueños del incendiado Casino… ”. ¿Qué pasa?