Joaquín Ortega Arenas.
“…La Nación nos demanda conjuntar esfuerzos para desactivar las amenazas de una delincuencia organizada cada vez más desafiante. Estamos en condiciones de devolver a la ciudadanía los estándares de procuración y de administración de justicia que se requieren para un desarrollo con tranquilidad y certidumbre que sirva de base para la consolidación del Estado de Derecho en beneficio de los mexicanos…”
La Procuradora General de la República en el discurso de clausura del XI Encuentro Nacional de Presidentes de Tribunales Superiores de Justicia y Procuradores y Fiscales Generales de Justicia, celebrado en Boca del Río, Veracruz, señaló, apenas el día 23 de septiembre del corriente año, la necesidad de restaurar una “procuración de Justicia” que, indudablemente según se desprende del texto del discurso que mencionamos, ha existido o existió en nuestro País. Unos cuantos días después, en Boca del Río, lugar en que tuvo lugar el encuentro de Procuradores de Justicia de la República, con la más absoluta impunidad dos camiones dejaron tirados a media calle más de tres docenas de cadáveres, tal vez como un desafío a la promesa de la Abogada de la Nación de “…de devolver a la ciudadanía los estándares de procuración y de administración de justicia que se requieren para un desarrollo con tranquilidad y certidumbre…”
Los mexicanos nos preguntamos, ¿Cómo ha sido posible que en casi cinco años lo que se ha dado por llamar “La delincuencia organizada” ha regado más de cincuenta mil cadáveres, hombres, mujeres y niños, a todo lo largo y ancho del País, más de diez mil desaparecidos y los que resultan de los “riesgos colaterales” de esa guerra sin declaración previa en contra de ese fantasma que llamamos “delincuencia organizada” ? ¿ Como han podido operar con tanta facilidad grupos de los que sólo escuchamos nombres. De la A, a la Zeta, pasando por el cartel del golfo, el cartel del pacífico, la familia michoacana, los Arellano Félix, los seguidores del “Señor de los Cielos”, del Chapo Guzmán, de los Beltrán Leyva, éstos últimos si declaradamente traficantes de drogas?
Como lo señaló la Abogada de la Nación, “ La Nación nos demanda conjuntar esfuerzos para desactivar las amenazas de una delincuencia organizada cada vez más desafiante” y tiene plena razón, pero su afirmación implica que en un lapso de cinco años, o tal vez mayor, a la fecha, no ha existido ni remotamente “la procuración de justicia”, un esfuerzo constante por evitar la comisión de ilícitos de toda índole. Las llamadas “Procuradurías de Justicia” de todo el País todo han hecho, menos procurar la justicia evitando la comisión de delitos para evitar que todo tipo de drogas crucen la frontera norte. Permitieron hace cinco años la primera operación que permitió la entrada al País de todo tipo de armas de devastación; hace poco, la operación “Rápido y Furioso” para el mismo efecto, sin tomar en cuenta que México nunca ha sido un País que se distinguiera por el número de drogadictos. Nuestros problemas torales en esos aspectos, se han limitado al tabaquismo y al alcoholismo. Los muertos por abuso de drogas no son ni la centésima parte de los mexicanos que literalmente se suicidan con el abuso del tabaco y del alcohol, y esos problemas parecen no interesar a nuestras autoridades, en especial a las autoridades sanitarias y a las de la Procuración de Justicia que no procuran evitarlas. Tabaquismo y Alcoholismo, con los graves efectos sociales y familiares que conllevan, no son dignos de ser combatidos por las autoridades. La organización Mundial de la Salud , ha realizado el estudio que retomamos en seguida:
El tabaquismo es la adicción al tabaco, provocada principalmente por uno de sus componentes activos, la nicotina; la acción de dicha sustancia acaba condicionando el abuso de su consumo. El tabaco es la primera causa de invalidez y muerte prematura del mundo.1 En Europa el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades, de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer, y es la principal causa del 95% de los cánceres de pulmón, del 90% de las bronquitis y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares. En España cada año mueren más de 50.000 personas debido al consumo de tabaco, más que por los accidentes de tráfico y el consumo de todas las drogas ilegales juntas.
La adicción al alcohol, alcoholismo, es otra de las más graves amenazas para la salud. La Secretaría de Salud de México reporta que el abuso del alcohol se relaciona con el 70% de las muertes por accidentes de tránsito y es la principal causa de fallecimiento entre los 15 y 30 años de edad. Se estima que 27 mil mexicanos mueren cada año por accidentes de tránsito y la mayoría se debe a que se encontraban bajo los efectos del alcohol.
Las drogas representan el conjunto de sustancias que son objeto de adicción por el hombre y, aunque parezca mentira, la Organización Mundial de la Salud ha incluido entre las más peligrosas para la salud, como “…Drogas duras: la cocaína, los opioides (morfina, heroína, etc.), el alcohol, y las anfetaminas” y como, “… Drogas blandas: los derivados del cannabis (marihuana, hachís, etc.), a la cafeína, etc. Se ha tratado de prohibir el uso del alcohol, en Estados Unidos, con resultado negativo rotundo de 1920 a 1932. Creció la criminalidad al grado que antes de la Ley Seca, había en las cárceles federales 4000 presos y en 1932, 26850, a más de asesinatos, corrupción, atentados de todo tipo etc.
En México estamos inmersos desde hace cinco años en una “Guerra contra el crimen organizado”, centrada en la persecución de traficantes de drogas heroicas, que ha causado mas de sesenta mil muertos entre bajas de narcotraficantes, agentes de la autoridad y “daños colaterales”.
“…La Abogada de la Nación precisó que el Gobierno Federal se ha planteado el objetivo de abatir, con toda la fuerza del Estado, la criminalidad y su efecto más nocivo, la violencia, ya que no hay cabida para la autocomplacencia, y menos para el aislamiento. Señaló que es un esfuerzo que nos obliga y que a todos nos compromete con un sentido de corresponsabilidad...”
¿No resultaría más práctico y menos sangriento regularizar y reglamentar el uso de las drogas perjudiciales a la salud, incluyendo el alcohol y el tabaco? ¿No resultaría infinitamente más barato en dinero y en vidas centrar la procuración de justicia en prevención, que mantener un equipo militar que seguramente se lleva miles de millones de pesos?
¿No sería la procuración de justicia más sencilla si se controlara y auditara a los sacrosantos bancos para evitar el paso de dinero que se emplea para sembrar y producir drogas y para nuestras autoridades hacendarias congelar el movimiento constante de dinero que se utiliza para el tráfico de drogas y de armas y el inevitable lavado de dinero que sólo los bancos pueden realizar y realizan?
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