Joaquin Ortega Arenas.
Señalan los diccionarios:
“…Partido Político deriva del latín pars que significa parte o fracción; y del griego polis que significa ciudad-estado; es decir, que en base a sus raíces, partido político significa una fracción de la ciudad, una parte del Estado. Han sido definidos tradicionalmente como: “…una asociación de individuos unidos por ideales comunes y que persiguen como meta alcanzar el control del gobierno para llevar a la práctica esos ideales…”
De origen, cuando el Estado es el que forma un partido político, está invadiendo facultades que sólo a los ciudadanos competen, y por ello resulta ilícito un “Partido del Estado”
En el año de 1929, plena etapa del absoluto poder del “Jefe Máximo de la Revolución ”, como se hizo llamar el general Plutarco Elías Calles, se fundó el “Partido Nacional Revolucionario, ” estableciéndose de origen que se trataba de un “Partido de Estado”.
Los “Partidos de Estado” iniciaron su existencia en Italia con el propósito político de instaurar un corportativismo totalitario y una economía dirigida cuya base debería ser una sumisión de la razón a la voluntad y la acción, y la ascensión al poder por vía de la violencia. El primer movimiento fascista se verificó en Italia con Benito Mussolini en 1922. Siguió ese camino Alemania con el III Reich de Adolf Hitler en 1933, y afortunadamente terminó en la España Nacional de Francisco Franco en 1936; duró hasta la muerte de éste en 1975. Hubo un elemento extra; en el Nacional Socialismo Alemán, el “racismo” , en el que “la raza” fue “…identificada con el pueblo (Volk) oVolksgemeinschaft lll”; y el componente religioso en España, definido por el autor Trevor-Roper como “Fascismo Clerical que devino en “Nacional catolicismo Español”.
En todos los casos, el pueblo es el cuerpo del Estado y el Estado es el Espíritu del pueblo , definido por Mussolini como
“…Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado…”.
Resulta evidente que la influencia de las teorías nacifascistas señaladas en las modificaciones que introdujo Plutarco Elías Calles desde la fundación del PNR, la “Ley Federal del Trabajo”; el primer Plan Sexenal que tuvo que cumplir Lázaro Cárdenas y, aunque parezca mentira, las modificaciones que se hicieron a la Constitución Mexicana en el sexenio trágico 1988-1994.
¡Nada, absolutamente nada, quedó fuera del Estado! La permanencia del ilegal “Partido de Estado”, y la creación de diversos partidos políticos cuya existencia y funcionamiento debería ser permitido por el Estado; su financiamiento, verificado por el Estado; las elecciones presuntamente democráticas, dirigidas por una oficina creada y mantenida por el Estado (Instituto Federal Electoral), cuyos miembros son designados en forma directa o indirecta por el Estado, organismo encargado de realizar las elecciones y calificarlas. Quedó prohibida constitucionalmente en las modificaciones a la Constitución por otro organismo creado ex profeso, “El Constituyente permanente”, la ingerencia en las elecciones de cualquier otro tipo de autoridad u organismo y la legitimidad “a priori” de los actos del IFE.
“…Haiga sido como haiga sido…” , ya lo pasado, ¡ pasado !. Que si hubo conteo errático y parcial, “ya ni modo”; “Que hubo compra de miles de votos mediante procedimientos bancarios obscuros” y eso está prohibido por la ley, y considerado como delito, “ya ni modo”; que el sacrosanto IFE imprimió miles de boletas de votación que fueron a dar hasta Estados Unidos y las confiscó el FBI, “ya ni modo”; que se imprimieron varios millones más de boletas no previstas en la ley; “ya ni modo”.
¿No estaremos exagerando en nuestro “estatismo” ? ¿Acaso estamos echando leña al fuego sin riesgo alguno?
Para esas interrogantes, creo necesario hacer lo que la fallida candidato del PAN.
¡Rezar porque ocurra un milagro y no pase nada!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario