12/02/2012

DEMOCRACIA COJA Y JUSTICIA CIEGA.



Joaquín Ortega Arenas.

Acaban de tomar posesión como Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, un  eficaz y justo funcionario del Poder Judicial y un verdadero desconocido y desde luego desconocedor de lo que es la función más delicada de todas las que hay en el desempeño del poder, la del que tiene que impartir justicia.
Desde luego, ambos nombrados  por el “señor Presidente de la República”,  cuyas designaciones fueron acogidas mansamente por los “independientes” senadores de la República.
Esta situación que rompe la existencia de una verdadera democracia,  no es nueva.  Se viene repitiendo desde que en el año de 1914.   Un generalote jalisciense al que sólo recordamos como  “el usurpador” se apoderó del poder asesinando el Presidente y así lo “Decretó”, terminando de un sablazo con la elección democrática de los funcionarios judiciales. Nació la nueva  forma: La designación a capricho.
 Llegó después navegando en un charco de sangre, un rico hacendado norteño que tuvo la ocurrencia de reformar la Constitución de 1857 y, desde luego le encantó la idea de acabar de asesinar a la justicia mexicana, mediante ese sistema  de elección presidencial de los miembros de la Suprema Corte, inventada por el ”usurpador”,  con la que desde los tiempos de otro de  nuestros “héroes políticos”, a quién el siempre sabio pueblo había motejado como “quince uñas” porque le faltaba una pierna, venerado y copiado en todas sus disposiciones y gestos por todos, absolutamente todos los gobernantes que lo han sucedido,  (excepción hecha de Benito Juárez y los hombres de la reforma), asesinó la “soberanía” de los dizque “Estados Libres y Soberanos ”  que conforman nuestra República, al centralizar en el Poder Judicial Federal la última palabra en cualquier litigio de cualquier índole que se suscite en el País. Se duplicó, triplicó y centuplicó el aparato “judicial” y hoy padecemos de miles de tribunalitos dizque impartiendo justicia. El pueblo, siempre crítico acertado ha concluido en que La justicia no se imparte, “se reparte al mejor postor”
Obviamente, estas disposiciones han dejado coja y ciega a nuestra aparente democracia, para convertirla en lo que el premio nobel, Mario Vargas Llosa ha llamado, la “Dictadura Perfecta”.
El señor Presidente,  designa a los funcionarios encargados de “repartir” todo tipo de justicia en última instancia,  justicia que el sabio  “quince uñas”,  centralizó en el “poder judicial federal”, olvidando que los Estados que componen la Federación, son “libres y soberanos”. Sin reparar siquiera en que en una democracia, verbi gracia, la norteamericana,  son directamente electos por el pueblo desde los gobernantes,  hasta los “fiscales”, jueces, funcionarios policiacos, etc. El resultado es el que los mexicanos tenemos a la vista, castrados como estamos por costumbre o miedo. No hay democracia, no hay justicia, solo “mangoneo” del que nadie escapa,  excepción hecha de los “beneficiarios de ese estado de cosas”.
Basta leer, y aconsejamos  a nuestros amigos lo hagan, el Diario de los Debates del Constituyente 1916-1917 un voto particular emitido el 22 de enero de 1917 por el JURISTA guanajuatense HILARIO MEDINA ASI CON MAYUSCULAS, y su opinión sobre el “PRINCIPIO OTERO”,  LA PRIMACÍA DE LA JUSTICIA FEDERAL SANTAANISTA, Y LA SOBERANÍA ACTUAL DE NUESTRS ESTADOS “FEDERADOS” para tener una idea del nuestro estado actual de cosas. Obviamente, como tenía que suceder y sigue sucediendo, la verdadera razón se hundió ante la estupidez general y perdió esa votación por UNANIMIDAD de los señores diputados,…menos cuatro votos.
Sin embargo,  nunca han faltado en el Poder Judicial funcionarios rectos y probos, podríamos decir enamorados de su sacerdocio, como uno de los dos que han entrado a formar parte  de la Suprema Corte  que estamos comentando. Por desgracia son la minoría y vemos con inusitada frecuencia que los atropellos del Poder Ejecutivo a la Constitución, como han sido el despojo de sus pensiones a los trabadores, los impuestos siempre al alza en forma ilícita, en especial el impuesto predial, el costo de los servicios públicos, combustibles, energía eléctrica.  El “nobilísimo” impuesto al valor agregado, el impuesto sobre la tenencia y uso de vehículos automotores,   del que en un principio la justicia federal otorgó su “protección y amparo” HAN SIDO REVOCADOS POR SIMPLES “CONTRADICCIONES DE TESIS” que convierten esos abusos en  MEDIDAS Y DISPOSICIONES DENTRO DE LA CONSTITUCION Y SUS MANDATOS, Y muchos, pero muchos más ,  que nunca alcanzan unanimidad y  revocan miles de amparos concedidos desde hace muchos años, repitiendo el mencionado e infalible sistema de “contradicción de Tesis”, aprobada por siete votos en contra de los cuatro ministros “incómodos”.
Siempre hay tres  o cuatro Ministros “incómodos” (en los últimos años, Genaro David Góngora Pimentel, Juventino Castro y Castro, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero, Arturo  Zaldívar  y alguno  otro más) que se niegan a “comulgar con ruedas de molino” y
Funcionarios “comodísimos”, como el inefable Marianito Azuela Güitron, afortunadamente ya jubilado ¿Qué los tribunales electorales qué?—No sé, pero, hieden.
 Para guardar una imagen de la  “justicia”,  se ha hecho costumbre, que los señores presidentes de la República, designan tres por uno.  Para la “cargada tres, para la imagen, uno”, y eso es lo que ha sucedido en ésta última ocasión y desgraciadamente, como dicen los italianos,…

“…et cusi il mondo mal va…”

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