9/23/2013

¡SE ACABARON LAS FIESTAS PATRIAS!




Joaquín Ortega Arenas.

El  “ mes de la Patria”  en verdad, no ha sido de fiestas y saraos. Pese al empeño de nuestros gobernantes que  con bombo y platillo,  pretendieron repetir las palabras con que Ignacio Zaragoza  comunicó al Presidente Benito Juárez  la gesta de 5 de mayo de 1862. ¡Las armas Nacionales se han cubierto de gloria! , repicaron las campanas.
 El viernes 20 de septiembre,  miles de policías, soldados, marines, varios helicópteros, carros de asalto, tanquetas blindadas,… expulsaron de la Plaza de la Constitución a humildes maestros que protestaban porque quieren, mediante una ley, “convertirlos en mercancía”, a despecho de los tan cacareados “Derechos Humanos”.
Afortunadamente, a la desaforada tropa no se le escapó un solo balazo. Tundieron a los peligrosísimos  “maestros”  a garrotazos y patadas sin que hubiera discriminación alguna, hombres, mujeres y muchos niños que acompañan a sus padres en el peregrinar por su derecho a la vida.
La televisión, la prensa, los  “canarios del régimen” se llenaron de júbilo, pero vale recordarles esos viejos refranes castellanos que sentencian: “ …a toda iglesita le llega su fiestecita…”. “…Como me ves te verás…” y va ser antes de lo que se imaginan,  porque (otros refranes) “…de que la perra es brava, hasta los de casa muerde….”. “…Dios castiga sin vara ni cuarta…,  .”
De todos modos,  la ocupación de la Plaza de la Constitución continua y hoy en peores condiciones.  Está cercada por contingentes militares y Policía Federal que no permiten el acceso de nadie,  lo que no ocurría cuando los MAESTROS lo ocupaban   desapareció por completo.
La piedad Cristiana que la religión establece como norma, desapareció porque, el Señor Cardenal Arzobispo Primado de México, se encerró en SU Catedral , blindada por la tropa desde luego, y…ni agua ofreció a los cientos o miles de personas que pasaban “las de caín” en la plataforma del Zócalo. “Que Dios se lo pague”. Que ni duda cabe, “...en su salud lo hallará…”, porque de conciencia carece.
Tláloc (en náhuatl clásico: Tlālōc; AFI [ˈtɬaːloːk]) (náhuatl: Tláloc, 'néctar de la tierra' 'tlalli, tierra; octli néctar'  la dedidad del agua entre nuestros antepasados,  cuya  gigantesca imagen preside nuestro “Museo de Antropología” y que , el día en que llegó a ésta Metrópoli lo hizo en medio de un verdadero diluvio, para hacernos notar   su poder, se apiadó de “su pueblo”  y volvió para castigar a las malas autoridades.
 Un ciclón por el Golfo y otro por el Pacífico,  pueblos enteros arrasados.  El inmenso fraude que se llama “Autopista del Sol”  en ruinas. En unas cuantas horas quedó convertida  en añicos. Guerrero, Oaxaca, Sinaloa, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua,  toda la República ha quedado en estado de desastre. Las Altas autoridades, rápido,  ocurrieron con todo lo existente a prestar auxilio… a los millonarios que quedaron atrapados en Acapulco. Puente Aéreo,  miles de trabajadores a tratar, cosa casi imposible,  de dejar la mentada “Autopista del Sol” como el día en que la inauguró Carlos Salinas. Vano intento. Esa vía de comunicación se construyó “a  capricho” para beneficiar a los usufructuarios del régimen y, esos son los resultados.
No es ninguna novedad ese sistema de construir carreteras. Allá en el sexenio delirante, (1934-1940)  se abandonó la ruta directa construida desde la Colonia para ir de México a Morelia,  y se construyó un nueva que pasara por los dominios de los compadres del “Jefe”. Primer paso; Zitácuaro, en donde estaban los del General Héctor F. López.     Después los de otro compadre Aquiles de la Peña,  en Ciudad Hidalgo,  después linchado por “su pueblo”,… los de Félix Ireta Viveros para dar fácil acceso a su “Balneario en  Zinapécuaro”. (Guarda nuestra memoria el fraude a “la Fiebre aftosa” con sus ”cerdos simulados”).  Se encomendó la obra otro compadre que se estaba haciendo millonario con los contratos del Gobierno, Miguel Henríquez Guzmán y al “hermano del “Jefe”, Dámaso. Inauguración a todo lujo. Ayer, como hoy y como siempre,  “Tlaloc no perdona” y antes de un mes, la maravillosa vía de los compadres estaba hecha pedazos.   Dinero y más dinero en reparaciones y al fin,  se construyó una autopista para Morelia,  casi sobre la ruta colonial.
Al inicio de la “Cuarentena Trágica”  se tuvo la genial idea de fraccionar y vender, desgraciadamente a gente humilde, los terrenos desecados del Lago de Texcoco. “SOLIDARIDAD” se llamó al intento. Los “beneficiados con el Plan Solidaridad, año tras año,  son víctimas de inundaciones de aguas negras y se han convertido en esclavos de su miseria y …de la incuria estatal.
La Ceremonia del Grito, fastuosa pero   “en familia” sólo fue  presenciada por  soldados y policías vestidos de civiles para la ceremonia y varios miles del “acarreados” del Estado de México en más de doscientos camiones que saturaron casi todo el “Centro Histórico”.
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal rinde el Primer Informe de su gestión estrenando nueva  imagen.   ¡Luces, muchas luces! ¡Patrullas muchas patrullas! El anuncio de más luces y mas patrullas pero ningún anuncio de que se van a acabar los baches que nos están acabando los riñones. Ningún anuncio de que la Metrópoli estrene imagen, limpia,  sin basura, ni paredes pintarrajeadas por los invisibles “grafiteros”. Ninguna escuela en construcción ni construida en las Delegaciones. Ninguna Clínica para los pobres… “defeños”.  ¡Otra vez será!
El desfile militar de cerca de veinte mil “hombres”, y un despliegue de tecnología castrense para la destrucción y matanzas, tuvo un brillo especial. ¡DESFILARON SIN MASCARAS!
¿Qué más nos espera? Las calamidades que nos aquejan son tema sempiterno de los Diarios. y acres críticas del  inconmensurable INEGI.
¡ESPEREMOS! ¡SE ACABARON LAS FIESTAS PATRIAS”!
¿QUE SIGUE?

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