Joaquín Ortega Arenas.
Para mi querido hermano Juan Ortega Arenas, (qepd) en el septuagésimo segundo aniversario de su
recepción profesional.
Conocimos la
Ciudad de México, es decir, pudimos darnos cuenta de lo que era en el año de
1930, año en el que me regresaron Tenango del Valle, idílica Villa provinciana ubicada en las
estribaciones del Nevado de Toluca a la
que me llevaron a la muerte de mi madre.
La Gran Ciudad como llamaban a la Capital de la República; Un millón de
habitantes; un número reducido de vehículos automotores. La comunicación
interna se hacía por Decenas de rutas de la Compañía de Tranvías de
México, y 14 líneas de autotransporte
de Pasajeros (la primera, Peralvillo-
Cozumel, y la última “Circunvalación), que cobraban los viajes a razón de tres
por veinticinco centavos, misma tarifa que tenían los tranvías. Ya existían los “automóviles de
alquiler”, a los que llamaban “ruleteros”, y eras casi en su totalidad “faetones” (automóviles abiertos con techo de lona) Ford
o Chevrolet. La tarifa era de cincuenta
centavos, (un tostón) de cualquier
parte a cualquier parte. La gasolina que vendían compañías extranjeras,
costaba dieciséis centavos litro, y en cierta ocasión elevaron el precio a dieciocho centavos y, se
armó un “san quintín” terrible. Protestó todo mundo y se eliminaron las alzas.(
el Dólar se cotizaba a $3.60. ).
Se controlaba el
tránsito en el centro histórico y uno que otro lugar, por policías subidos en
un banco con una sombrilla que los
protegiera de las inclemencias del tiempo y, en el año 1930 se colocó en
la esquina del Correo Mayor el primer semáforo de la Urbe. Los capitalinos
hacían excursiones especiales para verlos funcionar. El Director de Tránsito,
General Antonio Gómez Velasco, tenía sus oficinas en la Calle de Cuba, casi esquina con el Jardín de Santo
Domingo, y a las cuatro de la tarde salía en su motocicleta a recorrer incansablemente
la Ciudad para remediar los males o carencias que se presentaran, ¡aunque usted no lo crea!
El Departamento
de Limpia y Transportes, para el desempeño de sus funciones contaba con cientos
de carretelas tiradas por un caballo que recorrían la Ciudad de seis de la
mañana a seis de la tarde, para detectar y corregir , “de inmediato” las anomalías de las calles (sobre todo
baches) que, al día siguiente de formados, eran tapados. ¡aunque usted no lo crea!
La Policía, colocaba un gendarme en cada manzana de la
Ciudad, al que los habitantes llamábamos “cuico”
y que era localizable en menos de un minuto en casos de emergencia por
cualquier habitante de la manzana. Por
las noches, en cada manzana circulaba un “velador”
al que conocíamos como “el sereno de la
esquina” que hacía sonar un silbato para hacer notar su existencia y la
vigilancia. ¡aunque usted no lo crea!
Pero llegó el
sexenio delirante (1934-1940) y, lo que
he relatado se volvió nostalgia.
La Reforma
Agraria, mal planeada, mal entendida y cargada de corrupción, acabó con haciendas, ranchos, comunidades indígenas
y…. la producción agrícola. Los miles y
miles de desplazados por la ruina del campo, empezaron a formas cinturones de
pobreza en las grandes ciudades, en especial en la de México que, desde
entonces, se ha venido agigantando en
forma incontrolable. Centenares de “asentamientos irregulares” y “colonias proletarias” en las que los
verdaderos “miserables” viven
hacinados en tugurios sin servicios de ninguna especie, dando lugar al
nacimiento de una delincuencia “por
necesidad” que ha encontrado cabida en la política convirtiéndose en factotum, de las decisiones “democráticas”
y sobre todo en una fuente inagotable de riqueza para sus “usufructuarios”.
Cada sexenio que comienza, (nuevos funcionarios igual de
corruptos que los que se fueron, pero con nueva hambre, y “nuevos
proyectos”) han ido minando esta Ciudad,
antes “La Región más transparente del
aire” como la llamara el Maestro Alfonso Reyes.
Solo como
ejemplos notorios mencionaremos que en la Colonia del Valle, un Delegado de apellido
Acabani, dio cuatrocientos tres permisos de uso de suelo para “condominios”.
La “Villa de los Jardines escondidos”,
como bautizó Jorge Ibargüengoitia a la de Coyoacán, en la que los Delegados a partir de un tal Polo Sánchez Duarte han ¿dado? cambios de uso
del suelo a diestra y siniestra, en violación a un Decreto de 1909 vigente aún que la declaró “VILLA HISTÓRICA,
INMODIFICABLE, y hoy es LA VILLA DE LOS
CONDOMINIOS ESCONDIDOS. Cuando empezó ese cambio, había en la Villa, UNA CERVECERÍA
(La Gran vía, 1918), Y UNA CANTINA, “La Guadalupana, 1932”, ésta, más bien un “parnaso” en el que se
reunía la crema y nata de de la Villa a platicar, y a “arreglar el mundo”. Existían 78 conventos y HOY…, hay 77 antros de
vicio, cantinas y más cantinas, (una de
ellas, junto a una escuela, paradójicamente, se llama “Bar
Cultural”) y quién sabe cuántos
“brincos” y “casas de citas” , pero eso sí,
llegan a la Villa los fines de semana más de cien mil visitantes que dejan el
Centro apestando a orines y cerca de cien
toneladas de basura. Estamos tan desorientados que no sabemos si sentir pena o sentirnos
orgullosos por vivir en la nueva “Sodoma”.
La Ciudad entera, se ha venido “desparramando” y gracias a
la facilidad de los u$o$ del $uelo se construyen miles de “condominios” de más de diez pisos y las vialidades, mal planeadas, mal
construidas, con entradas, salidas y
tréboles angostos y locos que ocasionan embotellamientos de los que si no se
libra en menos de veinte minutos, y ¡hay que dar gracias Dios!
El agua, los
drenajes, todo lo que conlleva a esa situación… siguen siendo los que construyó “Don Porfiriro”. Llueve y se
inundan decenas de colonias y hay encharcamientos en centenares de ellas. El
Flamante “metro” no puede funcionar porque se inundan los túneles y resulta muy
peligroso…..
Centenares de “funcionarios y contratistas, (“veinte por adela”), Es costumbre que
sin disimulo alguno, el contratado
entregue a su contratante veinte por ciento del importe del contrato, por adelantado)
aparecen ya en la Revista “Forbes”…. ¡Aunque
usted no lo crea!
Una pregunta totalmente idiota me he hecho a mí mismo. ¿Que no hay responsables
de esta situación?
¡AUNQUE
USTED NO LO CREA! , ¡ PERO,… TAL PARECE QUE NO!
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