Joaquín Ortega
Arenas.
La Ciudad de Tenoxtitlan, Capital
de Señorío Mexica, fue fundada en un 13 de agosto de 1323 en el único lugar que
encontraron en el gran lago salado de
Texcoco, los últimos grupos indígenas que provenían, según nos cuenta la
historia, de la Mítica “Chicomostoc” los
islotes de Tenochtitlan, Tlatelolco, Nonoalco, Tultenco y Mixhuca, único
lugares que las migraciones que llegaron del norte habían dejado desocupadas.
Los “mexica” excelentes ingenieros
hidráulicos, no tardaron, sometidos en su dieta a los productos de Lago, a base
de pescado, víbora y “Ahuautle”, (hueva
de un insecto que pululaba en el lago rica en proteínas) , en desarrollar su cultura y construir la primera ciudad de Tenoxtitlan, que fue destruida por la gran
inundación de 1544 y reconstruida en un breve lapso hasta convertirse en la
gran ciudad que encontraros los conquistadores, en las que sobresalían las obras y canales que
servían para la comunicación interna de la Ciudad.
De Tlatelolco, entre otras, la calzada de Tenochtitlan-Tlacopan, (Tacuba) existe hasta nuestros días . La
calzada última en construirse con casi 12 km de longitud sobre las aguas. Es la
Calzada de Tlalpan, que hoy coincide plenamente con esta vialidad, conocida
también como Pino Suárez o "de San Antonio Abad". hasta la tierra firme de Tlalpan.
Concluida la conquista y la destrucción de todo lo existente, se
encomendó a Alonso García Bravo la traza de la nueva Ciudad, que realizó “a
retícula” conservando intocada la original dela Ciudad y las vialidades
principales, en especial la Calzada de Tlalpan, pero...llegó la sacrosanta e
inexistente “revolución” y cambiaron radicalmente los criterios “urbanos”.
Se sustituyó la fundamental UTILIDAD de las
vialidades, con el ingreso que podían obtener los próceres de la
“revolufia” y sus”alfiles”.
La Calzada de Tlalpan, que literalmente parte
del costado oriental de la Catedral, era de doble circulación y de Tlalpan a su
lugar de origen fue modificada para que
el tránsito de México a Tlalpan, entrara por la nueva Avenida 20 de noviembre, “para que se viera la Catedral”, según escuche decir cuando estaba en
construcción un tremendo túnel, a uno de
los ayudantes del nuevo “urbanista de moda”.
El costo del túnel
debe haber sido enorme y los resultados de los deseos de “ver a la
Catedral” nulos y funestos. Diariamente,
a toda hora se forma un terrible amontonamiento de vehículos, que retrasa el tránsito de los miles de usuarios de la vía, hasta por
quince o treinta minutos, a más de originar accidentes entre automovilistas
“…con prisa”.
¿Por qué no volver
a sencillez de los Urbanistas mexicas, haciendo a un lado la normal soberbia
gubernamental y dejar las cosas
sencillas y prácticas?
La entrada a la
Plaza de la Constitución, recta y fácil como fue hasta la llegada de nuestra
nueva “ilustración”, y la salida, recta y fácil por la nueva Avenida Veinte de
Noviembre .
Nuestros ”sabios” gobernantes no tienen ni siquiera
noción de lo que cuesta la gasolina de los automóviles detenidos por veinte o
treinta minutos, el costo de las “horas hombre”
desperdiciadas inútilmente Y EL ESTRESS
QUE PROVOCA,
¿QUÉ LES PARECE,
AMABLES LECTORES, UNIFICARNOS Y SOLICITAR DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD LA VUELTA A
LO SENCILLO Y FÁCIL?
Pero, ¡no todo es
criticable en las actuaciones de nuestra
“Autoridad”
Metropolitana! El “JEFE MANCERA” ha logrado una meta durante años soñada y nunca alcanzada…,
convertir a los eternos enemigos de la
Autoridad, habitantes del Barrio de Tepito, SEMPITERNOS ladrones, vagos,
malvivientes desde antes de la Conquista,… en colaboradores para la erradicación
de los males que nos aquejan. Los
Diarios de la Gran Urbe nos han dado la noticia, A TODA VOZ,
de que se agruparon para defendernos de esos enemigos feroces y
destructivos que se pasan la vida impartiendo educación y cultura a nuestros hijos, y los han tundido a golpes causándoles,
indiscriminadamente, lesiones graves, anta la complaciente vista de quienes
eran sus eternos enemigos, “la policía
metropolitana” , Como se estila en
el mundo taurino, decimos “¡ENHORABUENA,
MATADOR!” y le auguramos un halagüeño porvenir en nuestra siempre limpia y transparente actividad
pública.
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