6/11/2012

“EL BAILE DE MASCARAS”

 

  Joaquin Ortega Arenas.

¡No, desde luego que no!  No nos estamos refiriendo a la Opera compuesta por Giuseppe
 Verdi, inspirada  en el asesinato del Rey Gustavo III de Suecia en el año de 1792 en un Baile de Máscaras.  Los personajes son similares a nuestros “políticos” pero hay una profunda diferencia en el asesinado. En México, se ha asesinado a nuestro México y todo lo demás ha sido una lucha inútil y sangrienta por los despojos.
 En este espacio vamos a relatar lo que ha pasado entre el primer domingo de julio  de 1934 y el ya próximo 1 de julio de 2012.
La sucesión de crímenes, motines, asesinatos y abusos a la que llamamos “la revolución mexicana”,  a decir verdad, sólo ha sido un verdadero “Baile de Máscaras” que el ingenio popular ha definido en versos y refranes sueltos cargados de odio y del veneno que conlleva el odio. Allá por el año de 1940, escuché…
“…de Oaxaca vinieron dos caudillos…
                                           De Coahulia, dos caudillejos…
                                           De Sonora dos grandes pillos y…
                                           De Michoacán dos pendejos…”

Supuse entonces que el verso se refería a Juárez y Díaz: Madero y Carranza: Calles y Obregón y obviamente Ortiz Rubio y Cárdenas…”   y en medio del sexenio delirante (1934-1940), ilustró la idea que tengo de las máscaras el Cómico Roberto Soto en un sketch en el que platicaba con su esposa en el mundo real y en el mundo teatral. “—Oye vieja--, decía el cómico--cómo se parece el Chango Casanova ( un afamadísimo boxeador) al señor presidente--.  Cómo viejo, si el señor presidente es trompudito pero tiene sus ojitos verdes--- No vieja, no en el físico sino en que fintan con la izquierda y dan  tremendos trancazos con la derecha…”. Hoy pasados los años tengo que reconocerlo. ¡qué razón tenía Soto!  El “señor presidente” escondía tras una máscara la verdadera realidad de su persona y sus intenciones. Había heredado del Jefe Máximo de la Revolución (Plutarco Elías Calles)  el sambenito del asesinato de Carranza y el “Plan Sexenal” aparentemente “de izquierda” , pero en verdad fascista que introdujo en México un cáncer del que se han aprovechado todos sus sucesores. El corporativismo cuya definición y aplicación en nuestro sufrido país debemos al connotado maestro de la Universidad de Guadalajara  Don Héctor Barba García y en espera que no le moleste, copiamos a continuación sin su previo permiso:

“…Desde la promulgación de la Ley Federal del Trabajo de 1931 se generó una grave desviación de sus principales instituciones -sindicatos, contratación colectiva y huelga- provocada por una parte, por la práctica casi generalizada de afiliación forzosa de los trabajadores sindicalizados al partido político creado por Plutarco Elías Calles para controlar a las diversas facciones revolucionarias, sujetándolos al control corporativo del voto y de sus sindicatos, por otra parte, mediante el sistema de registro desde su constitución y durante su vida orgánica. Desde entonces la compensación a los líderes por el servicio de afiliación partidaria de los trabajadores, fue incorporarles a los poderes públicos como senadores, diputados, munícipes y hasta gobernadores, siguiendo el ejemplo de su precursor el líder de la CROM, Luis N. Morones, Secretario de Industria, Comercio y Trabajo de Don Plutarco. Mas tarde, en 1972, a la creación del INFONAVIT, acreció la premiación y los señores líderes del sindicalismo corporativo pudieron incidir con gran éxito financiero en el negocio de la construcción de casas para los trabajadores.

            En cuanto a los empresarios, en 1936, se legisló instituyendo como un solo organismo funcional la cámara de industria y comercio y posteriormente en 1941, en la Nueva Ley de las Cámaras de Comercio y de las de Industria se estableció su separación y que las cámaras de comercio y las de industria y sus respectivas confederaciones son instituciones públicas, autónomas, con personalidad jurídica, controladas desde su registro y del de sus socios por la Secretaría de Economía Nacional y constituidas por todos los comerciantes e industriales y con los principales objetivos de representar los intereses generales, fomentar el desarrollo  y ser “órganos de consulta del Estado” del comercio y de la industria nacionales, esto es colaboradoras del Estado así funcionaron artificialmente impulsadas y controladas hasta el distensionamiento operado por la declaración de inconstitucionalidad de la afiliación forzosa declarada por la Suprema Corte hace pocos años.

¡No nos engañemos! el régimen corporativo en que vivimos no es de izquierda, es de extrema derecha, fascista y a partir del sexenio trágico, (1988-1994)  nos ha traído además la corporativización de la vida política de México al establecer constitucionalmente la formación de partidos  por el Estado, financiados y mantenidos por  el Estado, controlados  desde luego por  el estado, y no sólo eso, se ha reformado la Constitución para dar entrada a hijos de extranjeros a la Presidencia de la República, y en un verdadero exceso y contraviniendo los tratados que estamos obligados a respetar, como lo es la Carta de las Naciones Unidas,  retirar a la vida la protección constitucional,  modificando el segundo párrafo del artículo 14 de la Carta Magna. Sólo como comentario,  los sesenta mil muertos durante este régimen, “no existían para la ley fundamental de México”.

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