Joaquín Ortega Arenas.
Hjalmar Schacht
(1877-1970) autor intelectual de la recuperación de Alemania concluida la Guerra Mundial 1914-1918, al
ser interrogado acerca de esa milagrosa recuperación, simplemente contestó “…construyendo
ferrocarriles y fábricas de ácidos…”
En el “Programa Para Gobierno 2012-2018” de uno de los candidatos que fue
enviado a mi correo, he leído con verdadero asombro porque se trata de un
verdadero programa seguramente pensado y calculado por investigadores en
economía de primerísima clase, sin excesos ni desperdicios. Es la segunda vez
en mi vida que, con anticipación a la toma de posesión de un Presidente de la República se da a
conocer “el programa de gobierno”. La primera vez ocurrió a principios del año
de 1934 en que a los escolapios se nos “obligó” a leer el “Plan Sexenal”
elaborado por el callismo en 1928, que no se pudo desarrollar de inmediato por
la muerte prematura de los tres candidatos a la primera magistratura y se
retrasó seis años.
Por mera curiosidad lo guardé y aun
lo conservo y la verdad, nada tiene que pueda considerarse un verdadero “plan
de gobierno”. Era y es, un plan de tipo corporativista que se inició desde el
año de 1931 con la promulgación de la Ley
Federal del Trabajo, enteramente fascista, inspirada en el
Codigo di Lavoro que Mussolini no se atrevió a poner en vigor en Italia. En él se
señalaba la intervención del Estado en materia agraria, sindical e industrial y
se proponía un nuevo tipo de educación “socialista”. La verdad escueta ha sido
un gran fracaso, pero a pesar de que las
anteriores consideraciones tienen gran aplicación, nos estamos desviando del
tema propuesto. La historia de los ferrocarriles en México hasta su
desaparición y causa de esta, que se
puede resumir en unos cuantos párrafos:
Tras varios intentos fallidos, algunos por falta de seriedad
de los encargados y otras por las constantes guerras ocurridas en el Siglo XIX,
hasta que el 1 de enero de 1873 por el fallecimiento del Presidente Juárez,
Sebastián Lerdo de Tejada inauguró la vía de Veracruz a Orizaba. Porfirio Díaz
dio un gran impulso a la construcción de ferrocarriles que, a la postre, la
sacrosanta Revolución casi destruyó dando lugar a una restauración masiva con la que se llegó a contar en forma eficaz
hasta que, en el sexenio 1940-1946, se
multiplicó la construcción de carreteras
y se empezó a dar preferencia a los autotransportes (desde luego bajo la presión
de las grandes fábricas automotrices norteamericanas) con una elevación hasta de 500% al costo de
las tarifas para el transporte de mercancías y pasajeros. Paralelamente se fue olvidando la conservación
de los ferrocarriles hasta dejarlos en situación de quiebra técnica, lo que
aparentemente ocasionó que en el año de 1995, después de haber sido creada 88
años antes como Ferrocarriles Nacionales de México, Nacionalizada en 1937 y puesta en liquidación por Vicente Fox Quesada tras la desincorporación
del Sistema Ferroviario Mexicano iniciada por
Ernesto Zedillo en 1997.
Todas las propiedades de la empresa desaparecida, fueron “subastadas”
a razón de $0.67 ¡POR KILO! y las
rutas que cubrían, adquiridas y hoy explotadas por Kansas City Southern
(KCS), convertida en Kansas City Southern de México(KCSM), en 2005, cuando
compró los intereses de Transportes Marítimos Mexianos; Grupo México y Union
Pacific Railroad en 1998 y opera como Ferrocarril
Mexicano o Ferromex; En la región sur Ferrosur que opera la línea
ferroviaria entre la ciudad de México y el puerto de Veracruz en el Golfo de México.
De Wikipedia obtuvimos un dato que, si bien ya se
presumía, hasta hoy se ha publicado y copiamos en seguida:
“…Posteriormente
se detectaría un fraude multimillonario en el proceso de liquidación por parte
de 5 ex servidores públicos de Ferrocarriles Nacionales de México , el ilicito
se cometió cuando los ex funcionarios convocaron entre 2003 y 2005 a licitaciones para
vender chatarra de Ferrocarriles Nacionales, pero no entregaron el material, lo
que generó un adeudo de unos 10.3 millones de pesos con las empresas
adjudicadas.
Para
saldar la deuda los ex servidores del organismo en liquidación entregaron de
manera ilegal más de 52 mil toneladas de vías férreas, rieles, durmientes,
clavos y planchuelas propiedad de la Federación con un valor superior a mil 800
millones de pesos. Esa cantidad de
material equivale a tres veces la red del Metro de la ciudad de México o siete
veces el acero de la
Torre Eiffel. También
se entregaron a las cuatro empresas 590 kilómetros de
vías férreas útiles que lejos de ser chatarra es acero de alta calidad. Los cinco tramos de vías entregados ilegalmente
estaban instalados en Durango, Michoacán, Jalisco, Chihuahua y Puebla….”
Uno de los puntos sobresalientes del “Plan de Gobierno”, es el de
rehabilitar los ferrocarriles y ese solo hecho, nos inclina a colocar nuestro sufragio a ese “Plan”.
No sólo en la historia de las
civilizaciones del mundo los ferrocarriles han señalado la diferencia entre
estancamiento y progreso, sino que el encarecimiento del transporte de personas
y sobre todo de mercancías de toda índole
nos ha originado graves perjuicios económicos que,
con su readquisición y desarrollo, indudablemente nos harán volver, como
señalaba Don Ramón López Velarde, a los días en que;
“…Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.
Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones…”.
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones…”.
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