Joaquín Ortega Arenas
El Instituto Nacional de Geografía e Informática,
(INEGI) dependencia directa del Poder Ejecutivo, publicó en los primeros meses
del presente año, una estadística que nos pone los pelos de punta:
“…El sector informal se convirtió en el principal generador de
ocupación de la economía mexicana durante los dos gobiernos surgidos del
Partido Acción Nacional (PAN)…En este período de 11 años el sector formal
generó prácticamente uno de cada cuatro puestos de trabajo de los 10.8 millones
en que aumentó la población ocupada de diciembre de 2000 hasta fines de 2011.
Los tres restantes correspondieron al ámbito de las actividades informales….la población ocupada aumentó en 10 millones 845 mil 200
personas….Pero sólo 23.7 por ciento encontró empleo en el sector formal, es
decir, 2 millones 572 mil 821 individuos; el 76.3 por ciento restante se ocupó
en actividades informales, donde en general trabajan sin contrato, seguridad
social ni prestaciones. A este ámbito se incorporaron alrededor de 7 millones
968 mil 500 personas más…Durante el quinquenio del segundo gobierno de Acción
Nacional,-- INEGI ----------señala que los trabajadores registrados pasó de 13
millones 981 mil 314 personas al momento de iniciar su gestión, a 15 millones
350 mil 335 en diciembre de 2011. El número de empleos formales aumentó así en
un millón 369 mil 21 durante este quinquenio, 14 por ciento más que en los seis
años de gobierno de Vicente Fox…al cuarto trimestre de 2000, cuando comenzó el
primer gobierno del PAN, la población disponible para trabajar pero que había
desistido de buscar ocupación, era de 3 millones 525 mil 622 individuos. Al
tercer trimestre de 2011, poco antes de cumplir su quinto aniversario la
segunda administración panista, ese universo se había expandido 75 por ciento,
hasta llegar a 6 millones 181 mil 737 personas que, al no encontrar ocupación,
dejaron de buscar trabajo y aun con 14 años o más de edad, y condiciones para
laborar, dejaron de pertenecer a la población económicamente activa (PEA)…
“…. en 11 años la desocupación , que en el cuarto trimestre de 2000
estaba constituido por 915 mil 418 personas, creció casi 202 por ciento hasta
afectar a una población de 2 millones 701 mil 703 individuos al tercer
trimestre de 2011…”
Lo más grave
de esta situación es, ¿a qué se dedican
o como viven los 2 millones 701 mil 703
individuos, hombres mujeres o niños de más de 14 años catalogados simplemente
como “desocupados” en este País?
Las
autoridades se limitan a señalar que “viven
en la economía informal”, pero ¿que es eso? La Universidad Obrera de México, La Organización Mundial
del Trabajo (OIT), economistas como Vittorio Capecchi, Emilia Romagna, Richard Hart
y otros más, han realizado estudios profundos sobre este fenómeno, que está
asolando al mundo entero, con resultados como los siguientes: La Universidad Obrera
de México, señaló como “Conclusiones”,
“…La economía informal ha sido una constante en la
economía mexicana. Según datos de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), en nuestro país 25.5
millones de personas se desempeñan en la economía informal. La inadecuada
fiscalización, el exceso de regulaciones y trámites, y sobre todo, las
políticas macroeconómicas aplicadas en los últimos años, de evidente corte
neoliberal, han hecho de la economía informal, junto a la emigración a los
Estados Unidos, una alternativa de subsistencia ante la incapacidad del modelo
de desarrollo para generar los empleos que demanda una población en constante
aumento…”
Se han señalado diversos tipos de economía informal en las que se desarrollan
actividades dentro de la ley, y se han excluido las existentes fuera de la ley
denominada “Economía sumergida”, (la
facturación falsa o falseada, la mendicidad) y otras francamente
ilegales, como el tráfico de drogas, el tráfico
de armas, la prostitución, el blanqueo de capitales, la
evasión fiscal, la piratería, la producción y tráfico de drogas, la usura, la
reventa de taquilla, el comercio y transporte de mercancías de contrabando o
las intervenciones quirúrgicas desautorizadas y, en México, el secuestro, (“legal” en muchas ocasiones porque lo verifican las
mismísimas autoridades encargadas del orden)
y los fraudes electorales cuya enumeración puedes encontrar, querido lector, en
cualquiera de los diarios independientes que todavía circulan.
Obviamente, no debes tomar en
consideración la “vida en rosa” que nos presentan alunas cadenas nacionales de
Periódicos, ni todas, sin excepción, de las Televisoras y cadenas radiofónicas
sujetas “por ley” a la sacrosanta Secretaría de Comunicaciones.
Frecuentemente leemos en las prensa que los elementos de las
policías destituidos, por la causa que sea, pasan a formar parte de las filas
de la delincuencia organizada; que la delincuencia organizada recluta a sus
elementos entre los campesinos, profesionales y estudiantes carentes de
recursos para su subsistencia, que no encuentran cabida dentro de la “Economía
Formal”; es decir los miles y miles de
mexicanos sin trabajo. Cobra vigencia día a día, aquel proverbio castellano que
reza:
“¡EL HAMBRE ES MALA
CONSEJERA!”
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