8/02/2012

“LOS GOBIERNOS DEL EMPLEO”



Joaquín Ortega Arenas
El Instituto Nacional de Geografía e Informática, (INEGI) dependencia directa del Poder Ejecutivo, publicó en los primeros meses del presente año, una estadística que nos pone los pelos de punta:
“…El sector informal se convirtió en el principal generador de ocupación de la economía mexicana durante los dos gobiernos surgidos del Partido Acción Nacional (PAN)…En este período de 11 años el sector formal generó prácticamente uno de cada cuatro puestos de trabajo de los 10.8 millones en que aumentó la población ocupada de diciembre de 2000 hasta fines de 2011. Los tres restantes correspondieron al ámbito de las actividades informales….la población ocupada aumentó en 10 millones 845 mil 200 personas….Pero sólo 23.7 por ciento encontró empleo en el sector formal, es decir, 2 millones 572 mil 821 individuos; el 76.3 por ciento restante se ocupó en actividades informales, donde en general trabajan sin contrato, seguridad social ni prestaciones. A este ámbito se incorporaron alrededor de 7 millones 968 mil 500 personas más…Durante el quinquenio del segundo gobierno de Acción Nacional,-- INEGI ----------señala que los trabajadores registrados pasó de 13 millones 981 mil 314 personas al momento de iniciar su gestión, a 15 millones 350 mil 335 en diciembre de 2011. El número de empleos formales aumentó así en un millón 369 mil 21 durante este quinquenio, 14 por ciento más que en los seis años de gobierno de Vicente Fox…al cuarto trimestre de 2000, cuando comenzó el primer gobierno del PAN, la población disponible para trabajar pero que había desistido de buscar ocupación, era de 3 millones 525 mil 622 individuos. Al tercer trimestre de 2011, poco antes de cumplir su quinto aniversario la segunda administración panista, ese universo se había expandido 75 por ciento, hasta llegar a 6 millones 181 mil 737 personas que, al no encontrar ocupación, dejaron de buscar trabajo y aun con 14 años o más de edad, y condiciones para laborar, dejaron de pertenecer a la población económicamente activa (PEA)…
“…. en 11 años la desocupación , que en el cuarto trimestre de 2000 estaba constituido por 915 mil 418 personas, creció casi 202 por ciento hasta afectar a una población de 2 millones 701 mil 703 individuos al tercer trimestre de 2011…”
Lo más grave de esta situación es, ¿a qué se dedican o como viven los 2 millones 701 mil  703 individuos, hombres mujeres o niños de más de 14 años catalogados simplemente como “desocupados” en este País?
Las autoridades se limitan a señalar que “viven en la economía informal”, pero ¿que es eso?  La Universidad Obrera de México,  La Organización Mundial del Trabajo (OIT), economistas  como Vittorio Capecchi, Emilia Romagna, Richard Hart y otros más, han realizado estudios profundos sobre este fenómeno, que está asolando al mundo entero, con resultados como los siguientes:  La Universidad Obrera de México, señaló como “Conclusiones”,
“…La economía informal  ha sido una constante en la economía mexicana. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en nuestro país 25.5 millones de personas se desempeñan en la economía informal. La inadecuada fiscalización, el exceso de regulaciones y trámites, y sobre todo, las políticas macroeconómicas aplicadas en los últimos años, de evidente corte neoliberal, han hecho de la economía informal, junto a la emigración a los Estados Unidos, una alternativa de subsistencia ante la incapacidad del modelo de desarrollo para generar los empleos que demanda una población en constante aumento…”
Se han señalado diversos tipos de  economía informal en las que se desarrollan actividades dentro de la ley, y se han excluido las existentes fuera de la ley denominada “Economía sumergida”, (la facturación falsa o falseada, la mendicidad) y otras francamente ilegales, como  el tráfico de drogas, el tráfico de armas, la prostitución, el blanqueo de capitales,  la evasión fiscal, la piratería, la producción y tráfico de drogas, la usura, la reventa de taquilla, el comercio y transporte de mercancías de contrabando o las intervenciones quirúrgicas desautorizadas y, en México, el secuestro, (“legal” en muchas ocasiones porque lo verifican las mismísimas autoridades encargadas del orden) y los fraudes electorales cuya enumeración puedes encontrar, querido lector, en cualquiera de los diarios independientes que todavía circulan. 
Obviamente, no debes tomar en consideración la “vida en rosa”  que nos presentan alunas cadenas nacionales de Periódicos, ni todas, sin excepción, de las Televisoras y cadenas radiofónicas sujetas “por ley” a la sacrosanta Secretaría de Comunicaciones.
Frecuentemente  leemos en las prensa que los elementos de las policías destituidos, por la causa que sea, pasan a formar parte de las filas de la delincuencia organizada; que la delincuencia organizada recluta a sus elementos entre los campesinos,   profesionales y estudiantes carentes de recursos para su subsistencia, que no encuentran cabida dentro de la “Economía Formal”; es decir los miles y miles  de mexicanos sin trabajo. Cobra vigencia día a día, aquel proverbio castellano que reza:
                            “¡EL HAMBRE ES MALA CONSEJERA!”

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