1/17/2007

Balance IX.- Imparticón de Justicia

Joaquín Ortega Arenas. Con profunda pena y dolor, hoy nos toca hacer el balance del aspecto mas trágico y lacerante del sexenio que se interrumpió con el cambio de gobierno. El balance de la impartición de justicia. De inicio, en el año 1998, era Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación don Genaro David Góngora Pimentel, excelente funcionario judicial que no solo abandonó la presidencia, sino que durante el siguiente cuadrienio ya como un ministro mas, se convirtió en eterno defensor de la justicia en contra de las arbitrariedades sin cuento que su sucesor, ya que convirtió este a nuestro supremo tribunal en una oficina burocrática al servicio irrestricto de la Presidencia de la República, Proliferaron los atracos a la justicia y a la razón. Se implantó en todo el Poder Judicial Federal un sistema regido por dos principios: la determinación de NOTORIAMENTE IMPROCEDENTE como norma para todos los juicios de amparo que se interpusieron y podían resultar molestos para el Poder Ejecutivo. La calificación universal del INTERES JURIDICO de los quejosos, según las necesidades del Estado y su consecuencia, el SOBRESEIMIENTO DE AMPAROS A DIESTRA Y SINIESTRA; el desechamiento de todo tipo de recursos interpuestos en contra de esas bajezas criminales, POR NOTORIAMENTE IMPROCEDENTES sin análisis de ninguna especie, porque sí y ya. Eso sí, en medio de una pompa imperial, por televisión, en “vivo” y a todo color. Se dilapidaron los dineros del Poder Judicial en vanidades, como colocar retratos al oleo de los ministros en todo el edificio, a un costo promedio de treinta mil pesos cada uno. Edificios nuevos y muy caros, distribuidos por toda la ciudad para alojar los centenares de juzgados de distrito y tribunales colegiados que son necesarios para aniquilar todo intento de verdadera justicia, lejos, muy lejos los unos de los otros para dificultar todavía mas la impartición de justicia. Nepotismo, amiguismo compadrísmo y recomendación del Poder Ejecutivo, para la designación de nuevos funcionarios, han llenado el Poder Judicial Federal de gente incompetente, pero ¡muy bien pagada! A cambio de que en cada tribunal en cada juzgado se explota inhumanamente a los eternos “meritorios” que pasan años “nomás mirando” como llegan carretadas de recomendados a ocupar los puestos que ellos anhelan y luchan por conseguir. Como “gemas” del presidente saliente de la Suprema Corte, podemos mencionar que para no causar molestias al señor Presidente con el cumplimiento de una ejecutoria dictada por el Poder Judicial Federal, ordenó a un juez de distrito, (así con minúsculas) para que en contra de toda ley, declarara que era incumplible. Obviamente todos los recursos que se interpusieron en ese juicio, fueron desechados por NOTORIAMENTE IPROCEDENTES, él último por el mismísimo presidente que como tal, sin análisis de ninguna especia así lo determinó, y quizá la mejor, “las normas determinadas por cualquier Secretario de Estado, constituyen y tienen el rengo de LEYES AUTOPLICATIVAS en contra de las cuáles no cabe ningún recurso. El sistema ha sido empleado ya en contra de los distribuidores de gasolinas que, interpusieron juicios de amparo por no existir recurso administrativos en contra de esa arbitrariedad y aunque usted no lo crea, la justicio federal los ha sobreseído por falta de interés jurídico. El señor presidente de la república tenía ya programada la entrega de la única actividad relacionada con el petróleo que realizan los mexicanos y,…había que respetar la voluntad máxima. El H.H.H.H. Consejo de la Judicatura Federal, bajo el mando del mismo presidente, determinó facilitar la impartición de justicia, tal vez de los bancos en especial, y determinó que todos los juicios promovidos por una persona, deberán ser tramitados por el tribunal que primero lo haya hecho. Resultado, se abarató inmensamente la corrupción. Basta con tener a su favor al primer funcionario que conoció de un juicio para que quede permanentemente “amarchantado”. La justicia, ¿Qué es eso?. Por fin, todas las cosas tienen principio y fin y ya llegó el del cuadrienio fatal. Se designó Presidente de la Suprema Corte de Justicia a un antiguo servidor del Poder Judicial con prestigio y honorabilidad reconocida por tirios y troyanos. ¿Ojalá ponga pronto remedio a el caos que el manejo criminal de las nociones de INTERES JUDICIO Y NOTORMANETE IMPROCEDENTE nos han acarreado, y obligue a los juzgadores a trabajar por la justicia y jamás otra vez en contra de la verdadera justicia.