11/28/2010

LA DECENA TRÁGICA

Joaquín Ortega Arenas. Los Tiempo cambian, compadre, pero no del todo. Para nuestros padres y nuestros abuelos, la “Decena Trágica” los conformaban aquella página negra de nuestra historia en que después de un cuartelazo promovido por el Embajador de los Estados Unidos de América, Henry Lane Wilson y ejecutado por el General Victoriano Huerta, (el plan de la embajada), se detuvo al Presidente Madero y al Vicepresidente Pino Suárez; se les obligó a renunciar; y se le asesinó en forma aun no aclarada. En la “Plan”, indudablemente intervinieron otros factores más. El Congreso “maderista” aprobó la renuncia por inmensa mayoría ( 124-6) ; la renuncia y por unanimidad ; la designación del Lic, Pedro Lascurain como Presidente Provisional, su renuncia y la designación de Victoriano Huerta Como Presidente, igualmente por unanimidad y en un lapso record de 45 minutos. No, ahora queremos hablar un poco de la segunda DECENA TRAGICA, DESGRACIADAMENTE NO DE DIEZ DÍAS, SINO DE DIEZ AÑOS: 2000-2010. El 1 de diciembre de 2000 tomó posesión, caso en medio de un espectáculo circense o de chacota, (misa; desayuno en Tepito, etc.) Vicente Fox Quesada. Los antecedentes familiares del nuevo presidente lo colocaban en calidad de “criollo”, Copiamos de Wikipedia sus datos biográficos, tal y como aparecen publicados, en el idioma inglés. Vicente Fox was born in Guanajuato on July 2, 1942, the second of nine children. His father was José Luis Fox Pont, a Mexican citizen[4] and his mother Mercedes Quesada Etxaide, was Basque from San Sebastian, Gipuzkoa, Spain. Fox's paternal grandfather was born Joseph Louis Fuchs in Cincinnati, Ohio, the son of Catholic immigrants Louis Fuchs and Catherina Elisabetha Flach of Strasbourg, France [1]. The "Fox" surname was changed from the German "Fuchs" during the 1870s.[5] Sus primeros éxitos, lo colocan como Gerente General de “The Coca Cola Co”., de donde saltó a la política desempeñando, bajo la tutela política de Manuel J. Clouthier a partir de 1988, los cargos de Diputado Federal y Gobernador del Estado de Guanajuato. Electo para Presidente de la República, mas por hastío de los mexicanos que por distinción personal, tomo posesión el 1 de diciembre de 2000 y con ese acto se inició la DECENA TRÁGICA que hoy ahoga al País. Debemos hacer notar que el artículo 82 Constitucional que señalaba la necesidad de que el Presidente de la República fuese hijo de padres mexicanos fue reformado por Carlos Salinas de Gortari mediante Decreto publicado el 1 de julio de 1994, pera permitir que el “hijo de un padre o madre mexicanos” pudiese acceder a la primera Magistratura, lo que hace pensar que esa reforma fue hecha ex profeso para Vicente Fox que desde esa fecha, era el candidato de Salinas para el año 2000, ya que no puede ni siquiera pensarse de otro modo no obstante el sainete despistador ofrecido por Fox al ponerse orejas de burro y rebuznar ante la tribuna en que Salinas leía el informe presidencial. La actuación de Fox fue desastrosa en todos los órdenes. Acabó con el prestigio internacional que nos daba la Doctrina Estrada e invirtió todos sus esfuerzos en hipotecar el País, y como remate, a punto de terminar su mandato Decretó la desaparición del derecho a la vida como garantía constitucional y como advertencia a lo que nos esperaba con su sucesor “electo” en una jornada política descaradamente amañada que culminó con una toma de posesión clandestina, en lo obscurito, como dice nuestro pueblo. Con patente de corso y el apoyo de las fuerzas armadas especialmente consentidas en el sexenio de Fox, se emprendió un incomprensible “combate al crimen organizado”, en forma paralela a una guerra contra el movimiento obrero, y la venta de los recursos naturales mexicanos; la energía eléctrica, visiblemente a FENOSA E IBERDROLA, empresas españolas; el petróleo y sus derivados, a REPSOL, también española. Las promesas fundamentales de la campaña, se han interpretado en forma totalmente contrarias a las que fueron formuladas. El Presidente del Empleo se convirtió pronto en el presidente del desempleo; datos publicados por el INEGI, señalan la perdido durante los últimos 4 años de mas de dos millones de empleos; de un plumazo, se “desapareció Luz y Fuerza del Centro y sus 46 000 trabajadores; la reducción de los impuestos es y ha sido un engaño fementido dado que al igual de los energéticos; el predial, el agua, la luz, la gasolina, el diesel en están en desencadenado ascenso. Según datos del Banco de México, en los últimos cuatro años han sido sacados del País CINCUENTA MIL MILLONES DE DÓLARES (26/XI/2010); la deuda externa se ha triplicado; La Compañía Mexicana de Aviación, con 86 años de existencia, esta al punto de la quiebra por que en el último año de gobierno de Fox, la “vendió” a un gangster que remató todos los activos de la empresa en un claro fraude maquinado en perjuicio de miles de empleados y el Estado Mexicano y lo que es imperdonable en la guerra contra el crimen organizado han sido asesinadas mas de TREINTA MIL PERSONAS que, al ritmo en que han estado los “efectos colaterales, en los tres días restantes del mes, aumentará, SIN QUE IMPORTE SEXO, EDAD, OCUPACIÓN NI NADA, COMO DAÑO COLATERAL; el reino del terror se ha apoderado de México, y el Congreso, de la mano del señor Presidente está a punto de convertir este pobre país en un estado policíaco como lo fue la extinta Unión Soviética, la Alemania Nazi, la Italia de Mussolini y la España de Francisco Franco. La duda flota en todos los corazones de los mexicanos…. ¿qué nos espera?

11/20/2010

20 DE NOVIEMBRE DE 1910.

Joaquín Ortega Arenas. Hoy, 20 de noviembre de 2010, sin alterar la temporalidad de las cosas con ánimo no de recordar, sino de descansar como se ha hecho costumbre, publicamos esta colaboración anticipando el ritmo que hemos establecido de hacerlo sólo los lunes. Eufóricos y dilapidadores de lo que no tenemos, estamos festejando el primer centenario del inicio de lo que pomposamente llamamos “La Revolución Mexicana”. ¿Cuál revolución ha habido en México? Para los diccionarios decir “revolución” implica “REVOLUCIÓN.(Del lat. revolutĭo, -ōnis). 2. f. Cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.3. f. Inquietud, alboroto, sedición.” Con el Plan de San Luis, publicado el 5 de octubre de 1910, cuando su autor Francisco I. Madero se encontraba viviendo en San Antonio Texas, Estados Unidos, sólo buscaba “SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN” . Porfirio Díaz llevaba ya muchas reelecciones y el sufragio era constantemente violado por lo que llamamos “la dictadura” del ya anciano militar. Han trascurrido cien años desde el día en que haciendo eco al llamado de Madero, unos cuantos inocentes trataron de levantarse en armas en la fecha prefijada por el caudillo, 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde. Los hermanos Serdán, fueron asesinados el día 18 en la Ciudad de Puebla. Sus preparativos eran tan ostensibles que las autoridades los detectaron y frustraron el pretendido levantamiento. Nuestra historia guarda celosamente los nombres de algunos otros seguidores en la aventura iniciada por Madero, pero de cierto podemos afirmar que ninguno logró absolutamente nada que pudiera considerarse una “Revolución”. El puesto fronterizo entre México y Belice se denomina “Teniente López” y, cuando inquirí por el motivo de llamar así a ese lugar, el encargado me comentó: “Fue un tonto que se levantó en armas el 20 de noviembre de 1910 a la hora que señaló Madero y para las ocho de la noche ya lo habían matado”. La situación continuó intocada hasta que un día del mes de mayo de 1911, se presentó ante el Jefe de la Guarnición de Ciudad Juárez el señor Madero, en compañía de los “generales” Francisco Villa y Pascual Orozco y tres mil quinientos jinetes perfectamente armados y montados que se suponen eran las fuerzas que los “generales mandaban” aunque en realidad estaban al mando de un sudafricano, Bujami Johannes Viljoen y Pippino Garibaldi condotieros del Siglo XX. Madero solicitó la rendición de la plaza al General Juan N. Navarro, Jefe de la Guarnición, quien se negó, a pesar de la enorme diferencia que existía, numérica porque los defensores de la Plaza eran menos de mil efectivos y los atacantes tres mil quinientos y en materia de armamento, ya que los defensores contaban con una capacidad de fuego de sólo un día y fusiles y carabinas del Siglo XIX y los atacantes perfectamente armados y montados, llevaban ya carabinas y revólveres de repetición de las usadas por el ejército norteamericano. Hubo un detalle, sigilosamente guardado, pero ampliamente relatado por Carlos Pereyra en su Historia: El Coronel Steaver, comandante de la guarnición de El Paso, Tex., fue a Ciudad Juárez a advertir al General Navarro que su gobierno veía con malos ojos los disturbios en la frontera y tenía instrucciones de intervenir si éstos continuaban. Informado el General Díaz, a quien torturaba desde hacia tiempo un terrible dolor de muelas, ordenó la rendición de la Plaza, lo que ocurrió el 10 del mismo mes. El General Navarro, en sus partes enviados a México en el mes de abril de 1911, señalaba calma total y la presencia en la zona de dos partidas de “bandoleros”, Doroteo Arango, que se hace llamar Francisco Villa y Pascual Orozco. Nos relata la historia que, “…El 9 de mayo de 1911, Francisco Villa ordenó el saqueo a la casa comercial Kettesen y Degatau y un año más tarde las fuerzas armadas de Orozco volvieron a atacar el mismo establecimiento; quemaron la tienda en su totalidad y se llevaron bienes con un valor de un cuarto de millón de pesos. Los hoteles Porfirio Díaz y México fueron utilizados como cuartel por los revolucionarios, quienes abrieron cantinas, robaron la joyería El Rubí y saquearon las farmacias…” Los 3500 jinetes que comandaban Viljoen y Garibaldi no intervinieron en esos actos. En cuanto renunció Porfirio Díaz, en forma muy sospechosa Madero “licenció a las tropas revolucionarias” e incorporó poco a poco a los “Generales” al Ejército Federal en cuanto tuvo plenos poderes. La Historia, lisa y llana, hiere pero la verdad no peca. La trayectoria de Francisco Villa es por demás conocida y resultó muy útil para forjar la leyenda de lo que llamamos “Revolución”. Pascual Orozco, nunca olvidó ni abandonó sus grandes dotes de bandolero a secas; siguió su vida de traición en traición, y cuando se sumó a Vitoriano Huerta, fue aprehendido por Emiliano Zapata, quien lo hizo fusilar el 30 de agosto de 1915, previo recado de que “…la Revolución adherida al Plan de Ayala no estaba dispuesta a tratar con traidores…” De los principios esgrimidos por Madero en su “Plan de San Luis”, NADA, absolutamente nada. No SUFRAGIO EFECTIVO hasta el día de hoy, con una democracia aderezada y preconcebida por las grandes cadenas de televisión. De NO REELECCIÓN, en principio traicionada por Plutarco Elías Calles para permitir que en 1928 fuese candidato a la Presidencia Álvaro Obregón que, una vez electo, por cambios en la política, fue asesinado. Corregido el error y sustituida la elección democrática por una especie de sucesión monárquica en la que el ”señor Presidente” designa a su sucesor, según dice el pueblo, “para que le cuide las espaldas”, y que se cumple “de grado o por fuerza” el País siguió su curso. He sido testigo de TRECE elecciones presidenciales y a fuerza de ser sincero ninguna de ellas, excepción hecha quizá de la de Fox (2000), dejaron dudas y más dudas, y en alguna, 1940, hubo asesinatos y robo de urnas; en otras, “urnas embarazadas”, o “se cayó el sistema”. En la “elección de 2006” El TRIFE, Tribunal designado por la Presidencia de la República, resolvió y premiaron a los magistrados resolutores con UN MILLÓN DE PESOS A CADA UNO. Los diarios de la Capital festinaron ampliamente la nota. ¿Para qué le seguimos? TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS los mexicanos sabemos la verdad, pero por si las dudas, …callamos….y obedecemos acatando la orden emitida desde hace más de doscientos años por el Virrey Marqués de Croix: "de una vez para lo venidero deben saber los súbditos del gran monarca que ocupa el trono de España que nacieron para callar y obedecer y no para discutir ni opinar en los altos asuntos de gobierno".

11/15/2010

GUANAJUATO, CIUDAD MÁRTIR.

Joaquín Ortega Arenas. Guanajuato, Ciudad situada casi en el centro de la República Mexicana, en la Meseta Central, es y ha sido por toda la vida una ciudad víctima de saqueos y robos sin cuenta. Construida en un valle encerrado por altas montañas, a la llegada de los conquistadores era habitada por “chichimecas” que en condiciones precarias subsistían de las “pepitas” de oro que los tres ríos que atraviesan la cañada bajaban de las montañas, con las que elaboraban joyas. En el año de 1540, el valle ahogado por montañas fue entregado como merced a Rodrigo Vázquez para la cría de ganado mayor. Los conquistadores que llegaron sólo a ver qué saqueaban, pronto se percataron de la existencia de grandes yacimientos de donde provenían oro y plata. Dejaron a un lado la cría de ganado mayor, desalojaron a los primitivos habitantes y afanosamente se dedicaron a la búsqueda del precioso mineral. Entre 1548 y 1554 lograron descubrir las vetas de plata en las minas que denominaron de San Bernabé y Rayas, ésta por el nombre de su descubridor indígena. La profunda “Cañada donde Cantan las Ranas” pronto se llenó de gambusinos y las aguas de los ríos que corrían por ella fueron la razón principal del desarrollo minero. Ante el “milagro”, el Rey de España sometió el mineral a la advocación de la Virgen María, a la que llamaron Nuestra Señora de Santa Fe de Guanajuato. La Población se desarrolló rápidamente y el 26 de octubre de 1679 el virrey fray Payo Enríquez de Ribera, la elevó a la categoría de Villa ; en 1741 el rey Felipe V le otorgó el título de muy noble y leal ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato. Los propietarios de las minas, pronto alcanzaron rimbombantes títulos de Nobleza; Los Marqueses de San Clemente y Rayas y el Conde de la Valenciana, propietario de la más rica de las minas en la historia de la humanidad. En 1786, el territorio de la Nueva España se dividió administrativamente en doce intendencias, siendo una de ellas la de Guanajuato que dejó depender de la provincia de Michoacán. El fondo de la Cañada se convirtió en un emporio de grandes construcciones y de templos que hoy constituyen un gran atractivo turístico. En las laderas que encierran la cañada se fueron agrupando las casas de los trabajadores mineros, materialmente colgadas de los cerros. De las minas de Guanajuato salieron todas las fortunas que convirtieron a España en uno de los países más ricos de la tierra. En esta sufrida ciudad se escribieron las más notables gestas de la guerra iniciada en Dolores por Miguel Hidalgo para la emancipación de la Nueva España. Los españoles fueron derrotados, pero no vencidos. Conservaron todo su poder y su riqueza hasta que llegó lo que llamamos la revolución mexicana que acabó literalmente con la explotación de las minas y la minería no se ha repuesto jamás, a pesar de que compañías extranjeras explotan aún algunas de ellas. De cierto se sabe que la Veta Madre de Guanajuato, de veinticinco metros de potencia, tiene una extensión de más de 80 kilómetros de los que sólo se explotan lo que los españoles “descubrieron”. La Ciudad fue abandonada poco a poco y abandonados sus palacios hasta que a principios de la cuarta década del siglo pasado, su prestigiada Universidad y los Poderes Estatales y Federales le fueron devolviendo vida lentamente, pero con paso firme. En 9 de diciembre de 1988, la UNESCO, determinó que se diera rango de Patrimonio de la Humanidad a la Ciudad de Guanajuato y sus Minas; es decir de su infraestructura minera y el entorno natural de la Ciudad, delimitándose éste en 2 167 hectáreas que fueron aumentadas a 8779 h., MEDIANTE Acuerdo del H. Ayuntamiento de la Ciudad de 17 de febrero de 2005. No faltó quien buscara la forma necesaria para lucrar con el nuevo esplendor de la mártir Ciudad. Convencieron al nuevo Ayuntamiento encabezado por NICÉFORO ALEJANDRO DE JESÚS GUERRERO REYNOSO, para que sin revocar ninguno de los acuerdos anteriores, cosa además legalmente imposible, cambiara el uso del suelo de predios comprendidos en las señaladas declaratorias y lo convirtiera en uso habitacional y comercial, otorgando permiso para que edificara en esa parte arrancada al patrimonio de la Ciudad un complejo habitacional para NOVECIENTAS CASAS, ESTACIONAMIENTOS, CENTRO COMERCIAL ETC. Las protestas de los guanajuatenses no se hicieron esperar, pero el Poder Judicial del Estado se negó a aceptar una demanda de nulidad de los actos violatorios de las leyes y de las Constituciones Federal y Local, porque “…los guanajuatenses carecen de interés jurídico y legitimación para defender su Ciudad…”. Inaudito, pero cierto (EXP. C0976/2010L del Juzgado Primero de Partido del Ramo Civil de la Ciudad de Guanajuato, a cargo del Lic. Eloy Zavala Arredondo). Ha recurrido la Sociedad Civil en masa a todo tipo de autoridades que no oyen y no ven. Leí en algún lugar algún día que “…las barreras de oro y plata que nos separan de la justicia son infranqueables…” Francamente no lo creo y por ello, invito a todos aquellos que lean esta súplica, se manifiesten en ayuda de los guanajuatenses con toda energía. Nuestro Patrimonio Nacional NO ESTA EN VENTA. En verdad es de lo poco que aún nos queda a los mexicanos.

11/07/2010

“…A PALO DADO…

Joaquín Ortega Arenas. …NI DIOS LO QUITA…”. Es y ha sido el principio rector de la política mexicana desde que en el año de 1824, en que por una mera necedad se estableció el Régimen Federalista inventando “colonias” que no existían, y se retiró de los textos legales el tan necesario Juicio de Residencia mediante el cual todo funcionario debía rendir cuentas ante Juez de los actos de su desempeño como tal. Los usufructuarios de la guerra de independencia consideraron “una ofensa” el que se les cometiera a juicio de residencia después de sus encendidos afanes demostrados en la lucha libertaria. Han transcurrido ciento ochenta y seis años y con la sola excepción del agitado lapso en que tuvimos oportunidad de enmendar errores, por desgracia muy corto para lograrlo, La Reforma, hemos repetido nuestros sempiternos errores y no sólo eso, sino los hemos multiplicado y ampliado hasta el infinito. En los todavía añorados tiempos de Don Porfirio, logramos una sustancial mejora con aquellas órdenes todavía vigentes y observadas en la actualidad. “Mátenlos en caliente”; “Mátenlos dispués viriguan”. Hemos dado una amplia difusión y cumplimiento al proverbio “al que madruga Dios le ayuda” y nuestra historia actual es testigo de que los “madruguetes” están a la orden del día. Resultan “electos”… para los cargos de elección popular por inmensa mayoría, individuos que no recibieron ni cien votos, pero al grito de “A palo dado ni Dios lo quita” y con la ayuda de nuestras heroicas fuerzas armadas, se le coloca en el sitio previamente seleccionado para ellos para que, ya sentados cómodamente despachen como representantes populares. Los mexicanos, acostumbrados a obedecer y callar implantado desde el Siglo XVIII por el ínclito señor Marqués de Croix, Virrey de la Nueva España, ni siquiera protestamos, “…pus ya pa qué…” si a palo dado ni Dios lo quita, mucho menos unos individuos como somos todos, que todavía no tenemos conciencia de lo que es un “ciudadano”; que sabemos de cierto que nada ganamos con protestar porque nos exponemos a las represalias de los que ya mandan. En medio de una tremenda corrupción y un desaforado cinismo preferimos “obedecer y callar”. Durante el Siglo pasado concluida la Reforma con la Muerte de Benito Juárez y el advenimiento al poder del hijo del español José Faustino Díaz y la italiana Petrona Mori el “obedecer y callar” fue norma cuya violación acarreaba como consecuencias fatales, cuando no la muerte en caliente de la que fueron víctimas los obreros de Río Blanco y Cananea, los mineros de Guanajuato y otros muchos, convertirse por fuerza en soldado mediante la leva: pasar unas vacaciones en una tinaja húmeda e insalubre de San Juan de Ulúa, la migración forzada de campesinos de Yucatán a Sonora y de Sonora a Yucatán. Vino la sacrosanta “revolución” y en pleno vigor eterno “del mátalos en caliente “ murieron durante diez largos años UN MILLÓN DE MEXICANOS entre los que en primer lugar estuvieron los siempre maltratados campesinos con Emiliano Zapata a la cabeza, que sólo buscaban mejores condiciones de vida y un trato humano Al grito de “yo soy de los que ganaron”, las fortunas personales de los triunfadores consideradas en pesos oro, rebasaron las diez cifras. Con las fortunas mal habidas, “el poder que da el dinero”, se apoderaron de todas las opciones de gobierno y todavía no las han abandonado cambiando de “chaqueta” cuando así lo exigen las circunstancias. Los beneficios “colaterales” siguen siendo inmensos. Sueldos de diez cifras, contratos y concesiones a razón de “veinte por adela” (veinte por ciento por adelantado por traspasarlas a alguien que las pueda cumplir), que una vez pagadas se convierten en “palo dado” y qué importa como haya quedado la obra. El patrimonio de la Nación, está a su entera disponibilidad. Tenemos como actuales y trágicos ejemplos en Chiapas, la Ciudad de San Cristóbal las Casas, devastada por el Presidente Municipal y el Gobernador , que ha viso desaparecer los cerros de su entorno para ser vendidos primero, como madera, después como arena y grava, a toda prisa para que cuando se pretenda reparar el mal, sea ya “palo dado”; . Se elevaron quejas a la Presidencia de la República que recibieron pronta respuesta,en el idioma inglés. Los que protestaban ni se enteraron de que fue lo que les contestaron. Otro trágico destino. La Ciudad de Guanajuato, en la que el Presidente Municipal, Nicéforo Alejandro de Jesús Guerrero Reynoso, “cambió el uso del suelo” de la zona ecológica protegida de la histórica urbe para que se construyera un fraccionamiento con 900 casas, mercado gigantesco y estacionamientos , en un terreno adquirido en dudosísima forma y, a toda prisa destruyendo la zona ecológica, desviando el Río Guanajuato y llevando camiones y más camiones de tierra y bosque a la cuenca de la Presa de la Olla que ya está fuertemente afectada, pero…nadie puede pararlos; están dentro de la vieja ley “ A palo dado ni Dios lo Quita”. Las autoridades superiores no ven ni oyen. El pueblo de Guanajuato se ha opuesto en masa, pero nadie lo oye ni nadie lo ve. Predomina en los depredadores la esperanza de que una vez terminada la obra, lo demás carecerá de importancia, ¡ya qué! Volverá el olvido y Guanajuato se quedó sin Zona de Protección Ecológica. R.I.P.

11/01/2010

LA MUERTE DE NUESTRA IDENTIDAD.

Joaquín Ortega Arenas. Ha sido difícil y lento el asesinato de la identidad de la más antigua de las civilizaciones que han existido en el mundo: la civilización Mesoamericana, pero nuestros gobiernos a partir de Porfirio Díaz, el criollo hijo de español e italiana, casi lo han logrado. El primer golpe, desde luego, provino de la Corona de España. Sus huestes salvajes trataban de acabar con los habitantes que encontraron en lo que llamaron la Nueva España para lograr cuanto antes el saqueo total de todo lo que aquí existía, hasta que repararon en que hacía falta mucha mano de obra para la explotación de los fundos mineros que encontraban por dondequiera. Hubo que respetar esa mano de obra, pero sus propiedades, las comunidades y los calpulli, fueron diezmados poco a poco hasta que dos españoles inteligentes, Bartolomé de las Casas y Vasco de Quiroga, lograron que el Rey ordenara el respeto a las comunidades indígenas. Con el ataque permanente de los conquistadores fueron subsistiendo hasta que llegó al Gobierno Porfirio Díaz. Con una muy “personal” interpretación de la Ley Lerdo, promulgada en el año de 1856 por Sebastián Lerdo de Tejada que obligaba a las corporaciones civiles y eclesiásticas a vender casas y terrenos, complementada en el año de 1859 por el Presidente Juárez desde el Puerto de Veracruz en 1859, en que promulgó la Ley de la nacionalización de los bienes eclesiásticos. Interpretaron la expresión “manos muertas” para considerar como tales los terrenos pertenecientes a las Comunidades Indígenas, y formaron las Compañías Deslindadoras, que se encargaron de vender al mejor postor y siempre a altos funcionarios gubernamentales y al clero, los terrenos despojados a las Comunidades Indígenas. Es evidente que ese fue el motor del movimiento de 1910, por más de que los “historiadores” y cronistas de lo que llaman revolución mexicana no lo hayan advertido. Durante el conflicto y a partir de la entrada en él de los campesinos morelenses, surgió nuevamente el problema y el 6 de enero de 1915, tal vez por mera coincidencia en Veracruz, Venustiano Carranza dictó la Ley que se conoce con ese nombre, redactada por Luis Cabrera, impoluto y rebelde pensador que por ello fue excluido de la política mexicana. Obviamente, ya no fue igual, pero de los despojos que quedaban del atraco, las Comunidades Indígenas iniciaron su renacimiento, interrumpido bruscamente en el sexenio delirante de Lázaro Cárdenas que decidió “parcelar las comunidades convertidas en ejidos” para que cada comunero convertido en ejidatario, que no tenia noción alguna de lo que era la propiedad privada, fuera “propietario de su parcela”. Esa medida totalmente demagógica dio el tiro de gracia a las Comunidades. Un propietario de media o tres cuartos de hectárea, sin ser sujeto de crédito, estaba irremisiblemente condenado a morir de hambre y prefirieron emigrar a las grandes ciudades a sumarse al lumpen proletariado que cada día las ahoga , si válido es decirlo, más. Las Comunidades supervivientes día a día van dejando de existir. Les quitaron sus tierras, su idioma, sus creencias y hoy, a ciencia y paciencia de la sociedad entera, una sociedad cazurra e insensible, el gobierno federal les están quitando hasta sus santuarios. Las etnias Cora y Huichol que habitan en los Estados de Nayarit, Jalisco y Durango han vivido segregadas totalmente del resto del País propiamente desde la conquista. Hace algunos años, el Dr. Julián Gascón Mercado me hizo el favor de invitarme a las festividades Coras en Jesús María, y posteriormente a las Huicholas en Mexquitic, Jalisco. En la historia de ambas, ningún alto funcionario los había visitado. En éste último lugar reside el Pueblo Wirikuta y organiza peregrinaciones anuales a Real de Catorce, San Luis Potosí, “…para que la vida se mantenga para todos y todas los seres vivientes de este planeta, para que nuestra antigua cultura Wixárika se mantenga y no desaparezca , para que se renueven las claves del conocimiento y las velas de la vida que nos dan sentido a nuestra identidad Wixárika…” Estima la etnia Wirikuta desde tiempo inmemorial que la vida proviene del sol y ellos mismos por igual; como el sol aparece día a día por el oriente, en la latitud en la que se encuentran ubicados Mixquitic y Real de Catorce y lo hace precisamente por este último lugar, en él instalaron desde muchos años antes de que la destrucción ocasionada por la pólvora y la ambición desmedida de los conquistadores apareciera en estas tierras, sus lugares sagrados que estiman “… son un patrimonio sin precio y de un valor incuantificable para nosotros, nuestros hijos, nietos y toda la descendencia Wixárika…”. En esos terrenos “sagrados” para la etnia Wixárika se dice que existen diversos minerales y el Gobierno Federal ha otorgado 22 concesiones mineras , obviamente a una empresa Transnacional, “First Majestic Silver” para dejar el lugar como criba y, si encuentran mineral como es muy probable envenenar, como lo hacen todos los fundos mineros, tierras y aguas sin discriminación alguna. Te imaginas querido lector ¿que pasaría si algún día apareciera petróleo bajo Jerusalén o minas de oro y plata bajo la Basílica de Guadalupe y las autoridades autorizaran su explotación? Los afectados han recurrido a cuantas instancias están en su mano para evitar ese atropello, pero en algún lugar que por el momento no recuerdo, leí que un alto funcionario aconsejó a un grupo de indígenas que acudieron a pedirle ayuda en un caso similar… “…Perdóneme, nada puedo hacer por ustedes. Las murallas de oro y plata que los separan de la justicia, son indestructibles…”