Joaquín
Ortega Arenas.
En primer lugar, pido disculpas por haber
anunciado el fin de mis artículos y colaboraciones por “que los noventa y tres años” que tengo han limitado mi capacidad de trabajo.
Con verdadero orgullo, señalo que recibí más de
cien protestas de mis lectores que me
obligan a continuar con esta tarea,
“hasta donde el cuerpo aguante” y, la enfoco hacia los ideólogos a quiénes
debemos la terminación de una etapa histórica que parecía no tener fin, “El
Porfiriato”, que se inició cuando el
General Porfirio Díaz, se levantó en Armas en contra del Presidente Juárez, en
1870, cuyo fallecimiento dejó abierto el camino de las ambiciones del “héroe el dos de abril”, que fue
minándose así mismo con la aparición del grupo denominado “Los
Científicos”, (que proponían una dirección “científica” del gobierno). Los científicos
iniciales fueron: Justo Sierra, Joaquín D. Casasús, Francisco Bulnes, Miguel y
Pablo Macedo, Manuel Flores, Enrique Creel y Ramón Corral; todos ellos apoyaban
la Teoría Positivista de Augusto Comte, la
cual afirma que el único conocimiento válido es el científico.
Su
influencia fue tal que Joaquín Baranda, secretario de Justicia e Instrucción Pública,
después de casi dos décadas de destacada actuación, tuvo que renunciar cuando
se confrontó políticamente con Limantour, cuyo o ejemplo se ha
prolongado hasta la fecha, aunque el Gobierno de Díaz Concluyó en el año de
1910, cuando culminó con un simple
estallido de odio o “Golpe de Estado”.
Honor
a quién honor, merece. Los verdaderos
ideólogos de nuestro movimiento armado que, a invitación de Francisco I. Madero,
se inició un 20 de noviembre de 1910, son Don
Andrés Molina Enríquez, oriundo de
Jilotepec, Estado de México que escribió en 1908, el
libro “LOS GRANDES PROBLEMAS NACIONALES”, “en la cual,
incluía una fuerte crítica a la política integral de Porfirio
Díaz. Abordando temas como el
"secreto de la paz porfiriana", la concentración del poder, la
propiedad individual, la hacienda, el feudalismo rural, las comunidades
indígenas, el problema agrario, el problema de población y el problema
político…“, maravilloso estudio
de todos aquellos que han derivado con el tiempo en nuestro desarrollo como
País, y,
Wistano
Luis Orozco, que “…Nació en San Cristóbal de la Barranca, Jalisco, en 1856. Estudió en el Seminario Conciliar de Guadalajara, para
después graduarse como abogado en 1884. Durante los últimos años del Porfiriato, fue miembro del
Partido Liberal Mexicano, de tal manera que fue objeto de persecuciones e
inclusive fue encarcelado por criticar al gobierno de Francisco Tolentino. Ya en libertad, se refugió en la ciudad de San Luis Potosí,
donde nuevamente fue encarcelado por el gobernador porfirista Blas Escontría y
Bustamante por una crítica que escribiera
contra él.
Planteó en sus libros “ Legislación
y jurisprudencia sobre terrenos baldíos”, (1895),
“La cuestión agraria”, (1911) y “Los
ejidos de los pueblos” ( 1914 )” que posteriormente sería llamado “La organización de la
República” , todos los problemas que determinaron con el tiempo, la
Reforma Constitucional del Artículo 27 y, la Emisión de los Códigos Agrarios de
los años 1934, 1940,1947 y 1970, que no han sido otra cosa que la que llamaba
el Maestro Daniel Cosío Villegas, “..el “…modo personal de gobernar ….” ,
vigente en México desde hace 67 años, en que se inventó el ¨…”Partido
en el poder” que, a pesar de las
“teatrales mascaradas” , puestas en escena por el Presidente Bilingüe Carlos
Salinas, “egresado de la Universidad de Harvard”, de colocar en la Presidencia
nada más ni nada menos que al Gerente General de “Coca
Cola Co”, que nuestro siempre ingenioso pueblo ha bautizado como “…las aguas negras del imperialismo yanqui…”,
seguido por el que fue motejado como “El soldadito de Chocolate”, que dejó
tras sí, una estela de cientos o quizá miles de asesinatos en su “lucha contra
el Narco”, que sigue funcionando “nos
guste o no nos guste”, en forma
impecable, y ¡SIN REMEDIO A LA VISTA”