7/21/2014

VIVIR EN EL ENGAÑO LEGAL.




Joaquín Ortega Arenas.

¡ Parece mentira y…desgraciadamente no lo es!
Vivimos en México y todo el entorno legal que rige nuestra vida, está basado en simulaciones.
Para empezar, en México no existe una Federación, porque los Estados no son libres ni soberanos. Una Federación, es por definición, la acción de unir mediante alianza, liga, unión o pacto entre varios estados. (Del latín, foederare, unir ).
La Constitución de 1824, estableció el régimen federal, en contra de la opinión del Diputado neolonés Servando Teresa de Mier, quien señalaba que no se estaba verificando una unión de estados soberanos, sino la continuación de un régimen centralista como lo era el monárquico español.
 La Federación la conforman los estados ya existentes que, al unirse, se comprometen a aportar y sufragar los gastos que la federación demanda, en la medida de las posibilidades de cada uno. Como señalamos, en México, la Federación creó los estados que la iban a componer y ha seguido creando nuevos estados.
Desde los tiempos de Antonio López de Santa Anna, la “falsa”  Federación Mexicana administra el total de los ingresos del País y los distribuye a su antojo, estableciendo cuál o cuáles, graciosamente, permite obtener a los "estados".
Surgió con el tiempo el descontento con la "federación", y se ha ido buscando la forma de que continúe el estado de cosas falso en que se vive. ¿Cómo lo han logrado?
 El imperio de la Ley se encuentra en México limitado al arbitrio y decisiones presidenciales, y en los 190 años transcurridos desde que se estableció el régimen federalista por el Congreso de 1823-1824, se ha venido fraguando la desaparición total de ese sistema político, hasta llegar nuevamente a un virtual absolutismo monárquico en el que han quedado aniquilados la propia federación y la democracia representada por el voto libre y soberano de los ciudadanos.
¿Cómo se ha  llegado a ese extremo? Desvirtuando uno a uno los principios fundamentales del régimen federal y de la democracia. El primero que dejó de tener vigencia , es el que reza que los Estados son "... libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior..." anulado por el establecimiento del Juicio de Amparo que  desde el gobierno de Santa Anna,  ha determinado que el régimen interior de los "estados", se vea sujeto en todo y por todo a las resoluciones que dicte el Poder Judicial Federal, derivado de la perversión total del primitivo  juicio de amparo con el que a mediados del Siglo XIX, pretendió sin éxito alguno Manuel Crescencio Rejón, poner coto a los abusos de poder y violaciones constitucionales constantemente efectuados por los gobiernos militares que sucedieron al de la Corona,  al plantear la necesidad de que respetando la soberanía de los estados presuntamente federados, se pusiera en manos de los Jueces de Primera Instancia y los Tribunales del Fuero común la potestad de amparar a  «...los que les pidan su protección contra cualesquiera funcionarios que no correspondan al orden judicial, decidiendo, breve y sumariamente las cuestiones que se susciten sobre los asuntos indicados..» , es decir, la facultad  de interpretar y cumplir la Constitución Federal.
La proposición de Manuel Crescencio Rejón, que revivía los viejos recursos de fuerza y de poder  existentes en España en tiempos de Alfonso el Sabio y en Suiza en los de Guillermo Tell,  quedó totalmente desvirtuada  por la  intervención del Presidente Antonio López de Santa Anna, quien determinó que esas facultades se reservaran por siempre a la Justicia Federal, limitando  la soberanía de los Estados Federados mediante  los artículos 22 y 25 del Acta Constitutiva y de Reformas, sancionada por el Congreso Extraordinario Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos el 18 de mayo de 1847,  que a la carrera, casi clandestinamente, y mientras México era invadido por los norteamericanos, redactó el rico joven jalisciense Mariano Otero y en el que estableció la competencia única y exclusiva de los Tribunales de la Federación, los que igualmente conservaban la facultad de sentencia o dictamen, para aplicar la Constitución. Se estableció además el  “principio Otero”,  que limitó la procedencia del juicio de amparo, “solo a instancia de parte agraviada”  tan celebrado por nuestros abogados, ignorantes no sólo del derecho, sino de la historia patria, el cual fue, a no dudarlo, el primer golpe bajo a la soberanía de los Estados, agravado después el 12 de noviembre de 1908 en plena dictadura porfiriana, cuando  se amplió la esfera de procedencia  del juicio de amparo a asuntos que “… correspondan al orden judicial ..”
Así, toda autoridad puede realizar actos inconstitucionales. Una ley, aun habiendo sido declarada inconstitucional, puede seguirse aplicando a quienes no ganaron un amparo contra ella; los jueces comunes pueden aplicar leyes y ejercer acciones inconstitucionales, porque la constitucionalidad de los actos solo puede decidirla la Federación.
Para consolidar el sistema absolutista  actualmente en vigor, el 4 de junio de 1914, durante el gobierno de Victoriano Huerta,  se hizo la reforma al artículo 92 Constitucional en la que se determinó que «…los Ministros de la Suprema Corte serán electos por el Senado en escrutinio secreto y precisamente entre las personas que proponga en  terna  el Presidente de la República...» principio que acogió, con un inmenso placer,  la Constitución vigente .  Terminó de golpe la democracia en la elección de los individuos del Poder Judicial, sustituida por el “nombramiento,  y con ella concluyó también  la independencia del mismo, pues normalmente debe considerarse  causa  de inhabilitación de un juzgador, participar como tal juzgando a su benefactor, es decir, a quien  debe  su “nombramiento”, lo que  en México, ¡ni soñarlo!  
En 1994  se crearon con nuevas reformas a la Constitución, los Tribunales Electorales, entre cuyas funciones está la de anular  la elección de cualquier tipo de funcionarios; y no cuesta ningún esfuerzo concluir que, con esta medida  ha muerto la democracia, ya que el voto “libre y soberano”  de los ciudadanos, puede ser declarado nulo por los tribunales electorales del Poder Judicial Federal  sin siquiera tomar en consideración a los ilusos que lo emitieron.
A lo largo de los noventa y cuatro  años de vigencia de la actual Constitución mexicana  se ha reformado más de dos mil veces y en esas reformas se han venido estableciendo fueros y privilegios corporativos y monopolios  que  reservan a favor del estado el ejercicio de las libertades civiles y los derechos humanos.
Se ha establecido, por norma constitucional, el trabajo legislativo mediante el funcionamiento de fracciones parlamentarias y con esa medida ha desparecido la esencia de la representación popular directa de los habitantes de cada región del País.  De hecho,  ya no existen los representantes populares. Han sido substituidos por  fracciones de los partidos políticos aceptados por  la Federación  que, en las discusiones de leyes o proyectos en las Cámaras legislativas, deben votar por consigna partidaria, en masa,  y lo que es peor, una buena parte de diputados y senadores ya no son electos por el pueblo, directamente, en forma  democrática. Ahora  son “propuestos” por los partidos aceptados y financiados por la federación.
Las medidas legales “adoptadas” constituyen un cáncer que ha minado nuestras instituciones democráticas, y la cura necesaria  debe ser radical.  Extirparla, pero ¿cómo?
El Juicio de amparo fue en el Siglo XIX una necesidad  para limitar los abusos del poder,  y constituyó un medio de defensa eficaz para los ciudadanos, aun con las limitaciones impuestas por Santa Anna.  Hoy se ha convertido en un arma en manos del ejecutivo y en contra de los ciudadanos. El monopolio constitucional de la legalidad de los actos públicos y privados, por  un Poder Judicial  monstruoso, corrupto y al servicio del ejecutivo nos ha llevado a una simple simulación de estado de derecho,  y

¿QUÉ HACER,  SI LA REBELDÍA   PUEDE DERIVAR HASTA EN UN DESTIERRO LEGAL …“HASTA SONORA”?

7/15/2014

¡POR FAVOR!... PROHÍBAN PROHIBIR A LOS QUE NO SABEN….


Joaquín Ortega Arenas,

El Gobierno del Distrito Federal  está empecinado en crear conflictos por nada y por  todo. Prohibió la circulación de automóviles “viejos” por que contribuyen a la contaminación y,  nada mas inexacto que esa afirmación Ningún automóvil, vaya, ni un Ford “T”  de 1915, contamina cuando está bien afinado. Es más, cada año obliga el mismo gobierno a  los propietarios de automóviles a “verificar” que no “contaminan”.
En cambo es público y notorio que TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS LOS VEHÍCULOS PROPIEDAD DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, CIRCULAN COMO “CHACUACOS” (CHIMENEAS DE INGENIO AZUCARERO) LANZANDO ALEGREMENTE A LA ATMÓSFERA UNA NEGRA COLUMNA DE HUMO, colectores de basura, transportes de personal, de materiales, ¡todos! Y las autoridades,  ¡no lo han notado!,  pero eso sí han detenido e impuesto elevadas multas a vehículos propiedad de honrados  trabajadores cuyo único delito es no poder adquirir un vehículo nuevo sin que importe que se haya pagado por dos veces cada año la “verificación”.
No es ni lógico ni legal, y alguien me comentó,….

 “… Aquí hay mar de fondo, seguramente, por la crisis la venta de automóviles nuevos, que ha bajado mucho,  acudieron los vendedores ante el Gobierno del Distrito Federal que así ha atendido a sus quejas…”
¡Claro! la Tesorería del Distrito Federal, ha  mejorado su estado financiero y de paso le echa una manita al gobierno federal que de por si nos asfixia con el precio de la gasolina.

Yo pregunto: ¿Y los pobretes como yo, que me es indispensable el vehículo por razón de mi trabajo? ¿Qué vamos a hacer?...caminar y caminar con lo que tengamos que cargar, hasta que quede prohibido gastar las nuevas banquetas, que como sucede cada tres años, son substituidas por otras que estaban casi nuevas…por los flamantes “Delegados” del Gobierno del Distrito Federal…. ¿Otro negocio de alguien?

Paralelamente a esta sabia medida, el Gobierno del Distrito Federal dictó una ley para la protección de los animales que ha dejado en la calle a cirqueros y  todo tipo de personas que se dedican a la educación de animales, especialmente perros y caballos.

Desde luego, quedan intocados los verdaderos especialistas en tortura de animales, como son el Ejército  Nacional y la Policía Montada del Distrito Federal. Estas benéficas Instituciones preparan a los caballos para que los maten, pero…indudablemente es mejor prepararlos para ese fin, que prepararlos para ayudar o divertir a la gente en los circos, o en el caso del perro,  para defensa personal, compañía (el mejor amigo del hombre, indudablemente es el perro,  pero el perro “educado” no el perro salvaje), sólo que hoy está penado educar a los perros y a los caballos, PORQUE IMPLICA SUFRIMIENTO PARA ELLOS.

Que van a hacer los labradores carentes de recursos que emplean bovinos para trabajar la tierra y siendo una labor sumamente difícil, para que los bovinos caminen los instigan con largas varas, es decir, los atormentan para hacerlos trabajar y, lo que es peor, los matamos porque su carne endurece con la edad, sin permitirles su ciclo normal de vida.

Con los cerdos, es peor; la vida de un cerdo, es de un promedio de ocho años, y los matamos cuando pesan cien kilos, normalmente en diez meses a un año. El Estado de Guanajuato es uno de los mayores productores de cerdos, y los traen a la Ciudad de México hacinados en grandes camiones, en forma tan, pero tan adecuada, que en el trayecto de 300 kilómetros, pierden hasta 10 kilos de peso, pero ….indudablemente no sufren,…¡ni siquiera se quejan!

La paciente oveja, biológicamente tiene una vida de 18 a veinte años, y nunca los dejamos pasar de cinco a seis años, porque su dentición se degenera y perjudica su digestión normal y su rendimiento de lana y carne… entonces, sin piedad alguna  los hacemos barbacoa.

Otro tanto acontece con los bovinos, que pueden vivir hasta veinte años de edad o más, pero por lo general la longevidad de estos animales se ve reducida de manera artificial por el hombre, habitualmente por razones relacionadas con su explotación.  Para estos nobles animales tampoco hay piedad de ninguna especie… y a nadie le importa. Los explotamos, los hacemos sufrir y luego, nos los comemos y ni se quejan.

Con las gallinas la situación, aunque parezca mentira, es peor. Los traen al gran mercado, hacinados en jaulas de medio metro por lado, en la que acomodan, CUATRO y, a veces, hasta cinco gallinas. Hay que visitar alguna granja avícola y ver las largas filas de jaulas de veinte por treinta centímetros en las que acomodan a las gallinas, que ni siquiera pueden estar de pie, echadas toda su vida comiendo y poniendo. Es verdaderamente humanitario ese sistema. Las gallinas no se quejan y los granjeros, tampoco.

Hay sin embargo una compensación para los sufridos habitantes de la Ciudad de México. El gobierno nos  ha dotado de un bache a cada uno, sin distingos de edades o sexo. Todos, absolutamente todos, somos propietarios de un bache que podemos usar libremente y, con la temporada de lluvias, aumentan día  con día… tal vez pronto alcancemos DOS.

¡ALELUYA! ¡ALELUYA!

7/07/2014

¡MÁTENLOS EN CALIENTE!


Joaquín Ortega Arenas,

Una voz de ultratumba vuelve a estremecer a los sufridos habitantes de este México tan querido.

La voz inolvidable de Porfirio Díaz Mori, ¡si!, don Porfirio; el dictador que detentó el poder en México desde que 1876 hasta 1911.  El hijo del español  José Faustino Díaz y la italiana Petrona Mori,  (que según nuestro historiador oficial, era mixteca).  El enemigo natural de los indígenas en México; el que desmembró la etnia maya para llevarlos a los desiertos de Sonora y la etnia yaqui que poblaba la cuenca de los Ríos Yaki y Mayo, en Sonora,  para trasladarlos a Yucatán ….

El mismísimo inventor de la profilaxis “social” que cuando el descontento en este desmembrado País era ya general, ordenó al grupo de asesinos que entonces se llamaban “rurales” como deberían tratar a los mencionados descontentos con la orden terminante de “MÁTENLOS, DESPUÉS VIRIGUAN” que, inmediatamente obedecida tuvo como consecuencia de que poco a poco quedara erradicada la protesta, ¡tan molesta! que le causaban. El mismo que ORDENÓ AL “Ejército Federal” ahogar las múltiples  rebeliones que ocurrieron como el levantamiento de Tomochic, ocurrido en 1886, en el que los siempre sufridos “Tarahumara”, tuvieron que ceder a  la Compañía constructora del Ferrocarril “Kansas City & México”,  sus bosques para que se fabricaran durmientes,  “epopeya”  cantada como “guerra Heroica” por el cronista oficial Capitán Heriberto Frías  en su libro “Tomochic”.  De cierto se sabe que para que los indígenas cedieran, el “empresario” Louis Huller ofreció dar a los soldados CINCUENTA PESOS,  por las credenciales ( las dos orejas) de un  indígena muerto, anciano, niño, joven, hombre o mujer.  Conservo entre los papeles heredados de mi padre,  la colección del periódico “EL BUEN OBRERO” en el que aparece un artículo que relata que uno de los altos oficiales de ejército relata que tuvo que mandar fusilar a más de treinta soldados, “porque se emborrachaban  y se mataban entre ellos…por las credenciales”.  Durante la rebelión de 1879,  de los partidarios de Sebastián Lerdo de Tejada, apareció la trágica orden que señalamos, derivada de un telegrama enviado por el Presidente Díaz  al gobernador de Veracruz, Luis Mier y Terán, “MÁTENLOS EN CALIENTE”.

La historia vuelve a repetirse: hace unos cuantos días, en la prensa diaria de todo el País,  relató que en el poblado “mexiquense” de  Tlatlaya, ubicado en los límites del Estado y el Estado de Michoacán.
.”… Tlatlaya está relacionado con las raíces nahuas Tlillan Tlapayan, que significa "la tierra del negro y del rojo", donde muere el sol refiriéndose desde luego que al atardecer, al ocultarse el sol parece que la tierra arde, apreciándose a la parte occidental de la municipalidad como si la tierra produjera llamas. Tlatlayan, "Tierra que arde", de Tlatla, "arder" y  yan" lugar"…

Con antecedentes de lugar preferido por los zapatistas y la memoria histórica que tiene muy presente que el 11 de febrero de 1912 entró en acción el zapatista Jesús H. Salgado con 200 hombres a su mando, donde tuvo un enfrentamiento con fuerzas federales las cuales causaron estragos en la cabecera municipal de Tlatlaya, pueblos y rancherías, nuestras actuales autoridades empezaron a ver con recelo al risueño y bello poblado y, como por ensalmo, intuyeron que en ese lugar “se fraguaba  un ataque al gobierno constituido”. Policías y tropa de toda índole, llegaron al poblado, y  según se desprende de las notas periodísticas, “tuvieron un enfrenamiento en el que resultaron muertos VEINTIDÓS SOSPECHOSOS,  masacre que captada por un fotógrafo del Diario “La Jornada” reveló la existencia de veintidós cadáveres, de personas  sorprendidas si, pero mientras dormían, cobijadas bajo sus gabanes….

Curioso por naturaleza, me pregunto, ¿precedió a la verdadera ejecución “…un juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplieran las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho´? ;  ¿Existió un mandamiento escrito de la autoridad competente que fundara y motivara la causa legal del procedimiento? ¿ Se otorgó a los “sospechosos” el derecho de que se les administrara justicia pronta, expedita e imparcial por tribunales que estuvieran expeditos para ello? O bien,  la zaga porfirista cobró nueva vigencia y
¡MÁTENLOS, DISPUES  VIRIGUAN  o  MÁTENLOS EN CALIENTE!

¡Hay dudas que corroen el alma….!