11/24/2009

SIMULACIONES IV.-

Joaquín Ortega Arenas. En la segunda mitad del Siglo XIX, la elección, directa o indirecta, pero elección democrática de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación funcionó más o menos en forma regular. Cabe recordar además, que el Presidente de la Suprema Corte sucedía legalmente las ausencias parciales o definitivas del Presidente de la República y que fue así como siendo el Ministro Benito Juárez García Presidente de la Suprema Corte electo durante el Gobierno de Ignacio Comonfort, al desconocer éste la constitución de 1857, encarceló a numerosas personas; entre otras, a Juárez, lo que provocó las llamadas “Guerras de Reforma”. Liberado Juárez el 11 de enero de 1858, asumió la presidencia de la República por Ministerio de la Ley, mismo cargo que desempeñó hasta que concluida la Guerra de Reforma, fue electo constitucionalmente. La Intervención francesa interrumpió su estancia en la Ciudad de México, sosteniendo contra todo y contra todos su gobierno hasta que la Intervención terminó y pudo regresar a la Ciudad de México. Fue entonces cuando pronunció un célebre discurso que trascribimos porque resulta plenamente válido en estos días aciagos de la Patria, en el que señaló "Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz". Falleció Juárez después de dos reelecciones y quienes lo sucedieron, incluyendo a Porfirio Díaz, respetaron la elección de los Ministros de la Suprema Corte. Llegó la “revolución” y la historia empezó a sufrir un cambio irreversible. El iniciador del movimiento armado, Francisco I. Madero, fue electo Presidente de la Republica en 1911, y asesinado en el mes de febrero de 1913 durante uno de los episodios más obscuros de la historia de México que hemos llamado “La Decena Trágica”. Tras un interinato de cuarenta y cinco minutos del Lic. Pedro Lascuráin, Victoriano Huerta, increíblemente fue designado Presidente de la República por UNANIMIDAD de los señores Diputados al Congreso de la Unión después del artero asesinato del Presidente Francisco I. Madero y el Vicepresidente José María Pino Suárez. Tomó posesión el 18 de febrero de 1913, y a partir de ese día, ejerció el poder en forma dictatorial. En octubre de 1913, disolvió la XXV Legislatura al Congreso de la Unión, y ordenó que los diputados fueran encarcelados en el penal de Lecumberri. El Doctor Demetrio López, Diputado por Tenango del Valle, Estado de México enterado de la medida minutos antes de llegar al edificio de la Cámara de Diputados, acudió al Juzgado Quinto de Distrito en el Distrito Federal, que se ubicaba entonces en las calle de Donceles, muy cerca de la Cámara de Diputados, y en unión de varios diputados más, solicitó el amparo de la Justicia Federal en contra de su detención y la de los otros diputados que habían escapado a la privación de su libertad y ser confinados en el Penal de Lecumberri. El Juez, de inmediato Decretó la Suspensión Provisional del acto reclamado, lo que permitió a los diputados presentarse en el local del Congreso inútilmente, porque eran unos cuantos, pero no fueron detenidos. Victoriano Huerta respetó la Suspensión Decretada por el Poder Judicial. (Ay que tiempos, señor don Simón ) . Empero, este suceso, seguramente fue determinante para que en el mes de marzo de 1914, emitiera un Decreto mediante el cual suprimió la elección de los Ministros de la Suprema Corte, y estableció su designación por “el Presidente de la República” , cuyo objeto no era otro que el de anular las facultades del Poder Judicial para entorpecer los caprichos y desmanes del Presidente de la República, acto que determinó el fin de la democracia en México. La medida fue muy del agrado de todos y cada uno de los siguientes Presidentes de la República y Venustiano Carranza la plasmó en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulgada el día 5 de febrero de 1917. No obstante ser designados y no electos los Ministros de la Suprema Corte, el Poder Judicial Federal funcionó satisfactoriamente, sin ingerencias políticas, y con el respeto pleno de los Presidentes de la República en turno y, como ejemplo, relato que años después, en la tercera década del siglo anterior, el Licenciado Luis Cabrera fue deportado violentamente y enviado a Guatemala, indudablemente por los ataques certeros y constantes en contra del “ Jefe Máximo de la Revolución” , a pesar de que un Juez de Distrito del Distrito Federal le había otorgado una suspensión en contra de ese acto. Enterado Don Alberto Vásquez del Mercado, Ministro Inspector del Juzgado que otorgó la suspensión, protestó ante el Presidente Ortiz Rubio por ese acto y renunció alegando que no podía pertenecer a una Suprema Corte que no pudiera hacer cumplir las determinaciones de sus funcionarios en materia de amparo. Los demás Ministros amenazaron igualmente con renunciar si el Gobierno no revocaba la orden que, por otra parte era seguro que no había dado el propio Señor Presidente. Como resultado de la conducta de los Ministros, el Lic. Luis Cabrera pudo volver libremente a México. Hay algo que no entiendo ni puedo entender, ¿Qué ha sucedido y por qué? En la siguiente colaboración trataré de desentrañar el misterio.

No hay comentarios.: