Joaquín Ortega Arenas.
Estamos llegando, ¡sin
siquiera darnos cuenta! a pasos agigantados,
a la destrucción de nuestra ya vapuleada cultura.
La
Gran Plaza que llamamos “Zócalo”,
rodeada de los edificios representativos de nuestra historia y desarrollo, “La
Catedral Metropolitana, (Religión), el Palacio Nacional, (sede primigenia del
Poder Público), el hermoso edificio del
Gobierno de la Ciudad, el Ayuntamiento, hoy duplicado al Sur de la Plaza, y en
la esquina sur oriente, el Palacio de Justicia Federal, (La Suprema Corte de
Justicia), en el espacio que antes de la Conquista fue el “Centro Ceremonial
del “imperio” Azteca. El Palacio de Moctezuma Xocoyotzin.
El
“Portal de Mercaderes”, sede de los comerciantes durante la Colona, y aun hoy.
El
venerable “Zócalo”, sitio en el que se
reúnen tradicionalmente los mexicanos para fiestas y toda clase de
manifestaciones, recodo de nuestra
historia, proclamado “el corazón de una
cultura y cada latido de su historia”, cayó en un vacío irremediable.
¡SE CONVIRTIÓ EN “ARENA DE BOXEO “FEMENINO”!
Con
la participación de una niña de 11 años, “Stephanie Martínez, la Niña
de Oro”.
(El “BOX “fue definido por mi
hijo Rafael Arnaldo, en un artículo publicado en el Periódico deportivo “La
Afición” como, “el espectáculo salvaje
en que dos retrasados mentales se acortan la vida a puñetazos”, y
tratándose de mujeres, es un insulto a la figura femenina, a la mujer, a la
madre”, a la compañera de nuestras vidas,
apoyo y consuelo, agravada, con desdén absoluto a la Protección existente para los menores de edad.
Ya
ha sufrido esta, antes venerable Plaza, en cuyo
centro ondea perenemente, nuestra Bandera Tricolor, múltiples atentados.
Represiones con saldo de Muchos muertos por “Los
Dorados” en 1935;
La prohibición decretada por el Presidente
López Portillo “...para el ingreso de manifestaciones
y toda clase de eventos”, superada
por los trabajadores un 5 de febrero en el que, escondidos en todos los Templos
existentes en el Primer Cuadro, salieron cantando el Himno Nacional, y se filtraron entre
los militares que ocupaban el Zócalo “en
cuadrado real”. Los soldados, equipados como si fueran a un combate, atónitos, no supieron que hacer. Las
autoridades castrenses, tampoco, por lo que por órdenes del Subsecretario de la Defensa Nacional, “entre
aplausos” abandonaron ese espacio.
Ha
servido de “garaje para automóviles de
“políticos que van a banquetes en el Patio principal del Palacio Nacional”;
como Parque de Baseball, y hoy, como
gigantesca Arena de Boxeo “femenino”.
¿Qué
le está pasando, estimado Jefe de Gobierno
Don Miguel Ángel Mancera Espinoza?
¿Acaso
no conoce la existencia de Organismos Internacionales como El Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia (United
Nations International Children's Emergency Fund) o UNICEF es un programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con base en Nueva York y que provee ayuda humanitaria y de desarrollo a niños y madres en países en desarrollo?
¿Sera posible que sus asesores jurídicos ignoren la existencia de
las leyes vigentes en México para proteger a la mujer y la infancia?, porque en el programa para la
“función de box”, se señaló;
“…Las peleas estelares resumen el desarrollo del pugilismo de mujeres en
México. Mariana Juárez, la Barbie, boxeadora que protagonizó la
primera pelea profesional en México en 1999, para disputar el título gallo del
Consejo Mundial de Boxeo a la africana Catherine Phiri. Alejandra LaTigre Jiménez,
defendería su cinturón de peso completo ante la estadunidenses Carlette Ewell.
Entre el sonido local y el retumbar de tambores de los concheros,
sobresalían las ovaciones de la gente que aplaudía la entrega de cada peleadora
en los combates preliminares, aun cuando no tenían trayectorias amplias y sus
nombres son poco conocidos. Las primeras peleas fueron de niñas amateurs, una
de ellas la célebre, parte del torneo Dos Naciones un Sueño.
La Niña de Oro, Stephany Martínez, subió con la confianza que
la caracteriza para enfrentar a Alondra Hernández. El reto lo asumió hace unos
días, de manera repentina. Había faltado unos días al gimnasio por estar en
periodo de exámenes, por lo que temía no estar preparada.
Sobre la lona, Stephanie no acusó esos días en los que no entrenó. La
rival era difícil, de estilo testarudo, siempre adelante sin importar que al
hacerlo arriesgara demasiado. La Niña de Oro, en cambio, concentrada
en boxear, elegante y atenta al contragolpe como el de su ídolo Juan Manuel
Márquez.
Stephanie dice que se le complicó la rival. No le gustan las fajadoras,
pero ella entrena para mantenerlas a distancia. Combinaciones de cuatro golpes,
salida por los costados. No quiere presumir, pero terminó satisfecha con la
demostración que hizo. Venció en tres episodios por decisión unánime. Una
pequeña lección de boxeo
Resulta obvio que
la “entrada al nuevo Coliseo del Box” no fue gratuita, y se nos antoja pensar
en que el Jefe Mancera, busca consuelo por la terrible pérdida que para él
representa el quedar fuera de la “Carrera Presidencial de 2017.
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