7/27/2007

¿Que hace falta dinero para adquirir los predios en los que se asientan muchas de nuestras zonas arqueológicas?

JOAQUIN ORTEGA ARENAS ESCRIBE…. Hoy, vamos a interrumpir los análisis que hemos vendo formulando sobre “ La Ciudad de la Esperanza ” para tratar asuntos de vital importancia no solo para la ciudad de México sino para todo el País. El primero, deriva de una declaración del señor Embajador Don Alfonso de María y Campos, quién sabe por que artes y méritos, actual Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia . Señaló este buen señor Embajador, que hace falta dinero para adquirir los predios en los que se asientan muchas de nuestras zonas arqueológicas, y mencionó setecientos millones de dólares como precio de los terrenos en que se asienta Chchen Itza, así como que ya se han comprado otros en catorce millones de pesos en diversos lugares, Se nos ocurre preguntar, antes de que tan distinguido funcionario lo descubra, de quién es y cuanto vale el inmenso predio ubicado en la Plaza de la Constitución en que se asienta la Catedral de México, el que está al lado, al que llamamos Palacio Nacional, y aquel enfrente de la Catedral , en que se asientan las oficinas del Gobierno del Distrito Federal, ya que me parecen prioritarios para ser adquiridos por los mexicanos. Los terrenos que ocupa la nueva Zona Arqueológica de Chichén Itza, “son propiedad de la familia Barbachano”, se dijo, y nos asaltó la duda. Seguramente los adquirieron antes de que la majestuosa pirámide de Kukulcan, el templo de las columnas, el Juego de Pelota y demás, fuesen construidos, y estos malvados de los mayas, edificaron sin permiso de los dueños del predio lo que hoy es una de las maravillas de la humanidad y, como gentes honradas que son los funcionarios públicos, se ven en la necesidad de pagar el precio, eso sí, en dólares. Si acaso queda alguna comisioncilla, ni modo, como dicen los abogados, inveterata consuetudo. ( viejas costumbres). Sin embargo, el proceso para “regularizar” las zonas arqueológicas, aunque parezca redundante y, solo es una triste opinión de lego, nos parece irregular. Para el artículo 27 constitucional, “ La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación , y par el numeral 27 de la Ley Sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, “ Son propiedad de la Nación , inalienable e imprescriptible los monumentos arqueológicos, muebles e inmuebles. La tierra en la que están asentados desde hace mas de dos mil años los monumentos arqueológicos inmuebles, entre otros Chichén Itza, ¿queda fuera de la norma constitucional y de la norma secundaria? ¿Como pudieron adquirir los actuales “propietarios de la tierra en la que se asientan nuestras joyas arqueológicas esa propiedad, y de quién ¿ ¿Hay acaso algún códice o inscripción jeroglífica en la que esa propiedad esté inscrita desde antes de la construcción de las pirámides? Es muy probable, no seguro desde luego, que no existan esas inscripciones, Es muy probable que los títulos de propiedad actual sean apócrifos, o tal vez derivados de las “compras de zonas arqueológicas que escribió haber hecho John Loyd Stephens allá por el año de 1840 “, o de algún otro título, forzosamente apócrifo por falta absoluta de veracidad y realidad que, a no ser por “el diente por adela “que estamos tan acostumbrados a permitir, ya se habría detectado y evitado el tremendo fraude que a la Nación está a punto de cometerse, vendiéndole en setecientos millones de dólares lo que conforme a la ley es suyo y patrimonio de todos los mexicanos. jortegaren@yahoo.com.mx

7/23/2007

MEXICO, CIUDAD DE LA ESPERANZA. Sexta Parte

Joaquín Ortega Arenas. Analizamos el problema del agua en ésta Ciudad de la Esperanza fallida, sin hipérbole, caso a nado. La temporada de lluvias ha sido hasta hoy desastrosa. Inundaciones por todas partes convierten diariamente en un caos la circulación de vehículos, hoy gravada por la vigencia de un nuevo “Reglamento de Tránsito”, solo diferente a los que son casi de cajón en todo el mundo civilizado por las multas y sanciones, y el obligado forcejeo entre agentes de la policía y los sufridos gobernados que tienen que soportarlos. Esta último presupuesto de nuestras desaparecidas esperanzas, nos lleva de la mano a entrar de lleno a otro de los problemas fundamentales que se viven en esta Ciudad, antes ubicada en la “zona mas transparente del aire”. La inseguridad, la inseguridad institucionalizada y elevada al rango constitucional determinada en primer lugar, por el cambio constante de las leyes y reglamentos que nos rigen. No sabemos siquiera si las que hoy están en vigor, seguirán en vigor hasta mañana. Nuestra inseguridad “legal” es y ha sido eterna. Las leyes nunca se han dictado en México para buscar un mejor modo de vivir para los mexicanos, sino para obtener un máximo rendimiento económico para los que eventualmente manejan nuestro País. Baste para documentar mi aserto, el que los Estados Unidos de América, indudablemente el País mas poderoso de la tierra, existe una constitución que consta de seis artículos y hasta hoy veinticinco “enmiendas” breves todas ellas, en los últimos doscientos treinta y un años, y que es respetada y cumplida por todos los funcionarios norteamericanos., una constitución que contiene esencialmente prohibiciones para que los gobiernos no abusen de las libertades humanas que la misma concede a todos los habitantes de ese país. En el mismo lapso de doscientos treinta y un años, a este pobre País lo han regido la voluntad del Rey de España y su representante el Virrey de la Nueva España ; la constitución española dictada y aprobada por las Cortes de Cádiz en 1812, causa visible de la independencia de México, ya que sus orígenes se remontan a la oposición a que esa constitución entrara en vigor; un triunvirato sin ley expresa derivado de los Tratados de Córdoba con los que se declaró formalmente nuestra independencia; un Imperio, encabezado por Agustín I, antes apellidado Iturbide; también manejado a capricho; la constitución federal de 1824, de tipo federalista a fuerza, cuya vigencia se vio interrumpida, siempre en forma brusca y sangrienta por todo tipo de traiciones, levantamientos, golpes de estado, leyes constitucionales de duración efímera, centralistas, federalistas , centralistas, absolutistas, etc. hasta el año de 1957 en que se dictó una nueva constitución, en parte inspirada en los principios que dieron ligar a la constitución norteamericana, solo que desde otro punto de vista. No contiene verdaderos derechos que esgrimir ante el estado, sino garantías limitadas y graciosas que ofrece el estado , como simple limosna a los gobernados, sujetas en todo y por todo a una serie interminable de normas amorfas y constantemente en mutación. El lema de esa constitución, “Sufragio efectivo. No reelección”, poco duró. En menos de veinte años se desapareció de nuestras leyes y nuestras mentes para dar lugar a una dictadura de mas de treinta años. Tras esa dictadura, una nueva revolución con el mismo lema, dio origen a la constitución de 1917 y, duró mucho menos. Solo nueve años después, en el año de 1926, se permitió la reelección del Presidente de la República para permitir un nuevo ascenso del General Álvaro Obregón, frustrado por su todavía no aclarado asesinato. Si el principio básico de nuestra dizque democracia y federalismo han sido tan volátiles, imagina querido lector como han sido los demás principios , excepción hecha de los que uno de nuestros grandes héroes implantó. Antonio Lòpez de Sana Anna, a los que habremos de referirnos en el siguiente ensayo. Prometido está.

7/01/2007

MEXICO CIUDAD DE LA ESPERANZA.- Cuarta Parte

Joaquín Ortega Arenas. ¿Cuál es la causa del desastre que nos amenaza? La respuesta en sencilla y una sola. El desconocimiento del verdadero problema. El agua es un elemento sin el cual no existe la vida humana. En todo el mundo existen quejas de que está escaseando, y no de hoy, desde hace muchos años. Donde la hay en exceso, como en México la tiramos inmisericordemente. Desde la llegada de los “conquistadores”, hemos tratado de deshacernos del exceso de agua, nunca de guardarla, aunque debemos señalar con toda honradez que si bien en el Valle de México desde su llegada han pretendido que se vaya lo mas pronto posible, indudablemente para incrementar el negocio de la venta de tierras y cobro de impuestos, en el resto del País, ellos construyeron una gran cantidad de presas y represas para garantizar el riego agrícola y el abasto de las ciudades, presas y represas que nuestra incuria ha permitido que se vayan azolvando y destruyendo una a una. En época reciente, una de las obras hidráulicas construidas en la Colonia en las cercanías de la Ciudad de Irapuato, se “reventó” por falta de mantenimiento y descuido, causó una muy severa inundación en esa ciudad y no ha sido reparada jamás. Aun en la antigua cuenca hidráulica en que está asentada nuestra Ciudad de la Esperanza , se construyeron un importante número de presas y represas de las que hoy solo queda el recuerdo y las ruinas. Hemos demostrado que somos endémicos enemigos del agua. Primero, el distinguido Conquistador don Hernán Cortés, destruyó el Albarradón de Ntzahualcoyotl. Después abrimos del Tajo de Nochistongo y en las últimas épocas, hemos construido a un elevadísimo costo, el “Drenaje Profundo”, para que se vaya el agua, drenaje que en la actualidad por falta de mantenimiento quizá para nuestra fortuna ya casi no funciona. Un viejo refrán castellano reza “ El que regala lo que le ha menester, el diablo se ríe de él”.y, es indudable que se está riendo de todas las autoridades que han gobernado la dizque Ciudad de la Esperanza , que no han tenido empacho en regalar nuestro mas preciado tesoro, el agua. . En muchos años, solo he sabido de dos personas que han señalado la necesidad de guardar el agua. El señor Ingeniero Don Carlos Gorbea , en la época porfiriana cuando se planeó “traer agua de Lerma” a un elevadísimo costo, proyecto al que se oponía señalando que la lluvia que se abate sobre el Valle de México solo en dos aguaceros del mes de junio, bastaría para cubrir las necesidades del millón de habitantes que la Ciudad tenia entonces. Perdió su argumento, Era preferible que el yerno del señor Presidente realzara el proyecto de traer el agua de Lerma a un altísimo costo, que construir depósitos para el almacenamiento del agua pluvial. Cuando la señora Beatriz Paredes era candidato el Gobierno de la Ciudad , externo la misma idea . Nadie la escuchó. No es explicable que las autoridades de la ciudad ignoren que nuestro mas grave problema es precisamente el agua, y que de el derivan todos los demás. No es posible que sigan pensando que debemos tirar esa riqueza que literalmente “nos cae del cielo”. Con unos diez o doce depósitos de agua pluvial del tamaño del Estadio Azteca, tal vez sería bastante, depósitos que no solo servirían para guarda del agua, sino de alimentación permanente a los mantos freáticos que existen bajo la urbe y tal vez hasta sería viable contener el hundimiento fatal que nos amenaza. La construcción de los depósitos, forzosamente debería obedecer a los diversos niveles en que la ciudad está construida para facilitar drenajes casi superficiales solo para aguas pluviales, procurando que la mayor parte de ellos quedaran en las partes mas altas en beneficio de la alimentación de los mantos freáticos. Tal vez sería necesario expropiar, con fines de utilidad pública dos o tres manzanas para la construcción de cada uno de los depósitos, pero esas expropiaciones si tendrían razón de ser y substituirían las que actualmente se hacen para dotar de vivienda a los miembros del P.R.D., o para alejar “delincuentes” de algunas zonas en las que no los hay. . Logrando un control de las aguas que, bien pensado ni es difícil ni muy caro, tal vez esta ciudad, a pesar de las tremendas lacras que la aquejan y, a las que nos referiremos a partir de nuestro siguiente ensayo, llegaría a ser una verdadera “Ciudad de la Esperanza ”. Hoy por hoy, no pasa de ser una ciudad de la desesperanza y de la vergüenza.