11/15/2010

GUANAJUATO, CIUDAD MÁRTIR.

Joaquín Ortega Arenas. Guanajuato, Ciudad situada casi en el centro de la República Mexicana, en la Meseta Central, es y ha sido por toda la vida una ciudad víctima de saqueos y robos sin cuenta. Construida en un valle encerrado por altas montañas, a la llegada de los conquistadores era habitada por “chichimecas” que en condiciones precarias subsistían de las “pepitas” de oro que los tres ríos que atraviesan la cañada bajaban de las montañas, con las que elaboraban joyas. En el año de 1540, el valle ahogado por montañas fue entregado como merced a Rodrigo Vázquez para la cría de ganado mayor. Los conquistadores que llegaron sólo a ver qué saqueaban, pronto se percataron de la existencia de grandes yacimientos de donde provenían oro y plata. Dejaron a un lado la cría de ganado mayor, desalojaron a los primitivos habitantes y afanosamente se dedicaron a la búsqueda del precioso mineral. Entre 1548 y 1554 lograron descubrir las vetas de plata en las minas que denominaron de San Bernabé y Rayas, ésta por el nombre de su descubridor indígena. La profunda “Cañada donde Cantan las Ranas” pronto se llenó de gambusinos y las aguas de los ríos que corrían por ella fueron la razón principal del desarrollo minero. Ante el “milagro”, el Rey de España sometió el mineral a la advocación de la Virgen María, a la que llamaron Nuestra Señora de Santa Fe de Guanajuato. La Población se desarrolló rápidamente y el 26 de octubre de 1679 el virrey fray Payo Enríquez de Ribera, la elevó a la categoría de Villa ; en 1741 el rey Felipe V le otorgó el título de muy noble y leal ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato. Los propietarios de las minas, pronto alcanzaron rimbombantes títulos de Nobleza; Los Marqueses de San Clemente y Rayas y el Conde de la Valenciana, propietario de la más rica de las minas en la historia de la humanidad. En 1786, el territorio de la Nueva España se dividió administrativamente en doce intendencias, siendo una de ellas la de Guanajuato que dejó depender de la provincia de Michoacán. El fondo de la Cañada se convirtió en un emporio de grandes construcciones y de templos que hoy constituyen un gran atractivo turístico. En las laderas que encierran la cañada se fueron agrupando las casas de los trabajadores mineros, materialmente colgadas de los cerros. De las minas de Guanajuato salieron todas las fortunas que convirtieron a España en uno de los países más ricos de la tierra. En esta sufrida ciudad se escribieron las más notables gestas de la guerra iniciada en Dolores por Miguel Hidalgo para la emancipación de la Nueva España. Los españoles fueron derrotados, pero no vencidos. Conservaron todo su poder y su riqueza hasta que llegó lo que llamamos la revolución mexicana que acabó literalmente con la explotación de las minas y la minería no se ha repuesto jamás, a pesar de que compañías extranjeras explotan aún algunas de ellas. De cierto se sabe que la Veta Madre de Guanajuato, de veinticinco metros de potencia, tiene una extensión de más de 80 kilómetros de los que sólo se explotan lo que los españoles “descubrieron”. La Ciudad fue abandonada poco a poco y abandonados sus palacios hasta que a principios de la cuarta década del siglo pasado, su prestigiada Universidad y los Poderes Estatales y Federales le fueron devolviendo vida lentamente, pero con paso firme. En 9 de diciembre de 1988, la UNESCO, determinó que se diera rango de Patrimonio de la Humanidad a la Ciudad de Guanajuato y sus Minas; es decir de su infraestructura minera y el entorno natural de la Ciudad, delimitándose éste en 2 167 hectáreas que fueron aumentadas a 8779 h., MEDIANTE Acuerdo del H. Ayuntamiento de la Ciudad de 17 de febrero de 2005. No faltó quien buscara la forma necesaria para lucrar con el nuevo esplendor de la mártir Ciudad. Convencieron al nuevo Ayuntamiento encabezado por NICÉFORO ALEJANDRO DE JESÚS GUERRERO REYNOSO, para que sin revocar ninguno de los acuerdos anteriores, cosa además legalmente imposible, cambiara el uso del suelo de predios comprendidos en las señaladas declaratorias y lo convirtiera en uso habitacional y comercial, otorgando permiso para que edificara en esa parte arrancada al patrimonio de la Ciudad un complejo habitacional para NOVECIENTAS CASAS, ESTACIONAMIENTOS, CENTRO COMERCIAL ETC. Las protestas de los guanajuatenses no se hicieron esperar, pero el Poder Judicial del Estado se negó a aceptar una demanda de nulidad de los actos violatorios de las leyes y de las Constituciones Federal y Local, porque “…los guanajuatenses carecen de interés jurídico y legitimación para defender su Ciudad…”. Inaudito, pero cierto (EXP. C0976/2010L del Juzgado Primero de Partido del Ramo Civil de la Ciudad de Guanajuato, a cargo del Lic. Eloy Zavala Arredondo). Ha recurrido la Sociedad Civil en masa a todo tipo de autoridades que no oyen y no ven. Leí en algún lugar algún día que “…las barreras de oro y plata que nos separan de la justicia son infranqueables…” Francamente no lo creo y por ello, invito a todos aquellos que lean esta súplica, se manifiesten en ayuda de los guanajuatenses con toda energía. Nuestro Patrimonio Nacional NO ESTA EN VENTA. En verdad es de lo poco que aún nos queda a los mexicanos.

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