3/22/2012

“LA PEPA”


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 Joaquín Ortega Arenas.
En memoria y homenaje a  Don Alfonso De la Mora Mardones,  a quien debemos  el poseer un ejemplar de la Constitución de Cádiz , en caja de oro repujado, que fue obsequiado a sus antepasados por el Rey Fernando VII.

 “LA PEPA”, llamaron en España a la  “Constitución Política de la Monarquía Española” porque fue aprobada por las Cortes reunidas en Cádiz para su elaboración, precisamente  el Día de  San José, 19 de marzo de 1812, hoy hace 200 años.
Si bien  su vigencia fue muy limitada, tuvo virtudes innegables; transformó el imperio colonial español en provincias de un nuevo Estado y convirtió en ciudadanos a los habitantes, todos, del imperio, europeos, americanos, castas e indígenas de los territorios de América y sirvió de base y fundamento a las constituciones de la mayor parte de los nuevos Estados Americanos.
Las Cortes iniciaron sus trabajos el 24 de septiembre de 1810  en el Teatro de la Isla de León, en cumplimiento del Decreto de febrero del mismo año, y estuvieron conformadas por poco más de 300 diputados, de los cuáles casi 60 eran americanos,  a los que debemos reconocer como fundamentales en la planeación y redacción de esta Constitución, como lo fueron el novohispano Miguel Ramos Arizpe, el chileno Fernández de Leiva, el peruano Vicente Morales Duárez, el ecuatoriano José Mejía Lequerica.
Entre las primeras proposiciones formuladas en los debates, se sentaban bases para un sólo mercado conformado por la Matriz, España,  y todos sus territorios de América, que aunque  parezca mentira, siendo  anterior en más de 100 años a la “Commonwealth” británica,  le sirvió de base para su formación. Las ideas difundidas por la amplia flota española generaron una inmediata reacción, y acción traducida en procesos electorales en todos los órdenes del gobierno, desde el municipal, hasta para las nuevas Cortes previstas. Creció el flujo de dinero enviado a la Matriz para su defensa en contra de la intervención de los ingleses y el mantenimiento de las guerrillas que sustituyeron al ejército español después de la derrota de Ocaña en 1809. No fueron obstáculo para ello ni el asedio constante de las tropas francesas  y una fatal epidemia de fiebre amarilla que diezmó la abigarrada población de refugiados en la Península Gaditana.
Señalaba el “…Artículo 1.-  La nación española es la reunión de los españoles de ambos hemisferios…”
La adopción, propuesta por Miguel Ramos Arizpe, Diputado por Coahuila, para la creación  de ayuntamientos mediante sufragio universal directo y masculino en todas las poblaciones que tuvieran al menos 1.000 habitantes, tuvo y ha tenido un  profundo efecto en el México Colonial y en el México Independiente, elevada al rango Constitucional en éste.
Como tenía que suceder, no todo era pan sobre hojuelas. El Gobierno Norteamericano, de inmediato, vio en esa Constitución un intento de limitar sus intenciones imperialistas y se gestó en los Estados Unidos de America un intenso movimiento para neutralizar esa situación que cristalizó en el año de 1823, en el que el séptimo Presidente de los Estados Unidos, James Monroe, que en su séptimo discurso al Congreso sobre “El Estado de la Unión”  proclamó: “América para los americanos” frase y doctrina sostenida dese tiempo atrás por  John Quincy Adams,  cuando fue Secretario de Estado, en su gobierno en el año 1823. Aparentemente dirigida a las potencias europeas con la intención de que los Estados Unidos no tolerarían ninguna interferencia o intromisión en América, el tiempo demostró que sólo estaba dirigida a España,  ya que se produjeron intervenciones europeas en asuntos americanos como el bloqueo de barcos franceses a los puertos argentinos entre 1839 y 1840; el establecimiento de Inglaterra en la costa de la Mosquitia, en Nicaragua, y la ocupación de las Islas Malvinas por parte de Gran Bretaña en 1833, la intervención francesa en México en 1836 y 1862  a las que no prestaron atención alguna. Sin embargo,  intervinieron en la Independencia de Cuba, que se había iniciado en 1895, que terminó con la rendición del ejército colonial español ante el avance militar norteamericano en 1898.  La base “legal” para las intervenciones  son en verdad inaceptables.  Señalan generalmente que se ponen en peligro los derechos  de propiedades y empresas de ciudadanos estadounidenses , y eso basta para que Estados Unidos esté obligado a intervenir en los asuntos internos de esos países.
Como una verdadera excepción, los cubanos, que son americanos,  no han sufrido una intervención  militar  por su rebeldía  pero  sufren un inhumano y criminal bloqueo por ser disidentes.

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