6/30/2013

GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL.




Joaquín Ortega Arenas.

Hay, y ha habido,  siempre en México excelentes juristas y excelentes funcionarios judiciales. Pero no solo eso,  los ha habido excepcionales, que son desgraciadamente pocos.
Iniciamos nuestra vida   como “periodistas”, hace ya setenta años, …. con el pie izquierdo,    con una crónica que nos encomendó Don Gregorio López y Fuentes  en el rotativo en que lo acababan de nombrar Director,  en la Fuente Judicial.   Acudimos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la encomienda de reseñar  la Sesión del Día en la Sala Civil. Los señores ministros (por tres contra dos) sin sombra de vergüenza, despojaron a un honrado comerciante de toda su fortuna. La crónica se publicó, pero para mí fue  “debut y despedida”. Los señores ministros eran amigos del dueño del periódico.
Mi padre y varios de mis antepasados  fueron Ministros de la Suprema Corte y al menos mi padre que fue al único que conocí,  era un verdadero devoto de la función, que ascendiendo desde la actuaría de un juzgado civil llegó a la Suprema Corte, siempre en dificultades con el “poder” por su independencia absoluta. En tiempos de Victoriano Huerta tuvo que huir porque el Señor  Presidente lo mandó matar y solo un aviso oportuno lo salvó.
 Escogí su profesión, pero rehuí  la carrera judicial, y opté por el litigio que me ha dado gratificaciones sin fin,  y la pluma, con la que he fustigado las malas conductas de los funcionarios encargados de impartir justicia y alabado con toda honradez las buenas.
He comentado  ampliamente la carrera  de funcionarios judiciales excepcionales como  ALFONSO TRUEBA OLIVARES, ANTONIO CAPONI GUERRERO,  GLORIA LEÓN ORANTES,  ALFONSO LÓPEZ APARICIO, fallecidos estos dos últimos  en la mismísima Suprema Corte, cumpliendo con su deber;  RAMÓN PALACIOS VARGAS,  JUVENTINO CASTRO Y CASTRO, GUILLERMO GUZMÁN OROZCO,  ya fallecidos también, y…  GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL,  Juez de Distrito, Magistrado de Circuito y Ministro y Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación  INTACHABLE  y hoy en retiro. Sus votos, siempre razonados y en muchas ocasiones contra la inevitable consigna que obedecen “por gratitud” a quién los designó,  casi todos los Ministros  que llegan al Máximo Tribunal por amiguismo, cuestiones políticas y que se yo que más motivos, siempre “obscuros”.
Decenas de Jueces de Distrito y Magistrados excelentes, que jamás llegan a la Suprema Corte por el sistema inventado para la designación de éstos Altos Funcionarios por Victoriano Huerta, en el año de 1914,  con la que desaparición su  elección que  sustituyó por una  simple “designación”, amañada además,  que por desgracia, sin protesta alguna, mató de un solo tajo la “democracia” en el Poder Judicial, que   ha sido tan del agrado de tirano tras tirano que nos ha gobernado. 
La función judicial es sumamente difícil. El buen Juez debe darle la razón a quien la tiene pero,  el que no la tiene, el que medra con la justicia y vive de lo injusto, jamás se lo habrá de perdonar. Como todos los cobardes, vivirá agazapado esperando la oportunidad de “desquitarse”, desde luego en forma innoble y criminal.
Diputados,  Senadores y algunos  Ministros de la Suprema Corte actual, han “puesto el grito en el cielo” porque los quieren obligar a delatar el monto y origen de sus fortunas. Es violación a sus derechos humanos, pero en cambio, en el caso de GENARO DAVID  GÓNGORA PIMENTEL,  los aspectos de su vida estrictamente personal,  son motivo de escarnio sin que a nadie le interese protestar.
La vida pública del Ministro, su actuación como excepcional funcionario judicial,  son, parafraseando a los juristas,  HECHOS NOTORIOS.
Mis respetos por su actitud en la Judicatura, SEÑOR MINISTRO.
Vale recordar en casos como este, a Don Miguel de Cervantes Saavedra y repetir su inolvidable sentencia.
¡LOS PERROS LADRAN,  SANCHO, SEÑAL QUE CABALGAMOS!

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