10/14/2013

“LO QUE VA DE AYER A HOY”


Joaquín Ortega Arenas.

Para mi querido hermano Juan Ortega Arenas, (qepd) en el  septuagésimo segundo aniversario de su recepción profesional.


Conocimos la Ciudad de México, es decir, pudimos darnos cuenta de lo que era en el año de 1930,  año en  el que me regresaron Tenango del Valle,  idílica Villa provinciana ubicada en las estribaciones del  Nevado de Toluca a la que me llevaron a la muerte de mi madre.
 La Gran Ciudad como llamaban  a la Capital de la República; Un millón de habitantes; un número reducido de vehículos automotores. La comunicación interna se hacía por Decenas de rutas de la Compañía de Tranvías de México,   y 14 líneas de autotransporte de Pasajeros (la primera,  Peralvillo- Cozumel, y la última “Circunvalación), que cobraban los viajes a razón de tres por veinticinco centavos, misma tarifa que tenían  los tranvías. Ya existían los “automóviles de alquiler”, a los que llamaban “ruleteros”, y eras casi en su totalidad “faetones”  (automóviles abiertos con techo de lona) Ford o Chevrolet. La tarifa era de  cincuenta centavos, (un tostón) de cualquier  parte a cualquier parte. La gasolina que vendían compañías extranjeras, costaba dieciséis centavos litro, y en cierta ocasión  elevaron el precio a dieciocho centavos y, se armó un “san quintín” terrible. Protestó todo mundo y se eliminaron las alzas.( el Dólar se cotizaba a $3.60. ).
Se controlaba el tránsito en el centro histórico y uno que otro lugar, por policías subidos en un banco con una sombrilla que los  protegiera de las inclemencias del tiempo y, en el año 1930 se colocó en la esquina del Correo Mayor el primer semáforo de la Urbe. Los capitalinos hacían excursiones especiales para verlos funcionar. El Director de Tránsito, General Antonio Gómez Velasco, tenía sus oficinas en la Calle de  Cuba, casi esquina con el Jardín de Santo Domingo, y a las cuatro de la tarde salía en su motocicleta a recorrer incansablemente la Ciudad para remediar los males o carencias que se presentaran, ¡aunque usted no lo crea!
El Departamento de Limpia y Transportes, para el desempeño de sus funciones contaba con cientos de carretelas tiradas por un caballo que recorrían la Ciudad de seis de la mañana a seis de la tarde, para detectar y corregir , “de inmediato”  las anomalías de las calles (sobre todo baches) que, al día siguiente de formados, eran tapados. ¡aunque usted no lo crea!
La Policía,  colocaba un gendarme en cada manzana de la Ciudad, al que los habitantes llamábamos “cuico” y que era localizable en menos de un minuto en casos de emergencia por cualquier habitante  de la manzana. Por las noches, en cada manzana circulaba un “velador” al que conocíamos como “el sereno de la esquina” que hacía sonar un silbato  para hacer notar su existencia y la vigilancia. ¡aunque usted no lo crea!

Pero llegó el sexenio delirante (1934-1940)  y, lo que he relatado se volvió nostalgia.
La Reforma Agraria, mal planeada, mal entendida y cargada de corrupción,  acabó con haciendas, ranchos, comunidades indígenas y…. la producción agrícola.  Los miles y miles de desplazados por la ruina del campo, empezaron a formas cinturones de pobreza en las grandes ciudades, en especial en la de México que, desde entonces,  se ha venido agigantando en forma incontrolable.  Centenares de “asentamientos irregulares” y “colonias proletarias” en las que los verdaderos “miserables” viven hacinados en tugurios sin servicios de ninguna especie, dando lugar al nacimiento de una delincuencia “por necesidad” que ha encontrado cabida en la política  convirtiéndose en factotum, de las decisiones “democráticas” y sobre todo en una fuente inagotable de riqueza  para sus “usufructuarios”.
Cada sexenio que  comienza, (nuevos funcionarios igual de corruptos que los que se fueron, pero con nueva hambre, y “nuevos proyectos”)  han ido minando esta Ciudad, antes “La Región más transparente del aire” como la llamara el Maestro Alfonso Reyes.
Solo como ejemplos notorios mencionaremos que en la Colonia del Valle, un Delegado de apellido Acabani, dio cuatrocientos tres permisos de uso de suelo para “condominios”.
La “Villa de los Jardines escondidos”, como bautizó Jorge Ibargüengoitia a la de Coyoacán, en la que  los Delegados a partir de un tal  Polo Sánchez Duarte han ¿dado? cambios de uso del suelo a diestra y siniestra, en violación a un Decreto de 1909  vigente aún que la declaró “VILLA HISTÓRICA, INMODIFICABLE, y  hoy es LA VILLA DE LOS CONDOMINIOS ESCONDIDOS. Cuando empezó ese cambio, había en la Villa, UNA CERVECERÍA (La Gran vía, 1918), Y UNA CANTINA, “La Guadalupana, 1932”,  ésta, más bien un “parnaso” en el que se reunía la crema y nata de de la Villa a platicar, y a “arreglar el mundo”. Existían 78 conventos y HOY…, hay 77 antros de vicio, cantinas y más cantinas,  (una de ellas, junto a una escuela, paradójicamente,  se llama “Bar Cultural”)  y quién sabe cuántos “brincos” y “casas de citas” , pero  eso sí, llegan a la Villa los fines de semana más de cien mil visitantes que dejan el Centro apestando a orines  y cerca de cien toneladas de basura. Estamos tan desorientados que no sabemos si sentir pena o sentirnos orgullosos   por vivir en la nueva  “Sodoma”.
La Ciudad  entera, se ha venido “desparramando”  y gracias a la facilidad de los u$o$ del $uelo se construyen  miles de “condominios” de más de diez  pisos y las vialidades, mal planeadas, mal construidas, con entradas,  salidas y tréboles angostos y locos que ocasionan embotellamientos de los que si no se libra en menos de veinte minutos, y ¡hay que dar gracias  Dios!
El agua, los drenajes, todo lo que conlleva a esa situación… siguen siendo los que construyó “Don Porfiriro”. Llueve y se inundan decenas de colonias y hay encharcamientos en centenares de ellas. El Flamante “metro” no puede funcionar porque se inundan los túneles y resulta muy peligroso…..
Centenares  de “funcionarios y contratistas, (“veinte por adela”), Es costumbre que sin disimulo alguno,  el contratado entregue a su contratante veinte por ciento del importe del contrato, por adelantado) aparecen ya en la Revista “Forbes”…. ¡Aunque usted no lo crea!
Una pregunta totalmente idiota me  he hecho a mí mismo. ¿Que no hay responsables de esta situación?

 ¡AUNQUE USTED NO LO CREA! , ¡ PERO,… TAL PARECE QUE NO!

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