Joaquín
Ortega Arenas.
Leí
en “La Jornada ” del día 7 de diciembre, de 2014,
“…El
pasado 7 de noviembre, en conferencia de prensa, el procurador Murillo Karam
informó que según las indagatorias los restos de los jóvenes fueron incinerados
en una pira elaborada con llantas, madera y basura, utilizando como
aceleradores diésel, gasolina y otros combustibles; posteriormente los restos
fueron destrozados, recogidos, colocados en bolsas y tirados al río San Juan,
que cruza por el municipio de Cocula.
Lo
anterior con base en los testimonios de tres integrantes de Guerreros Unidos que
fueron dados a conocer por la PGR ,
y con los cuales se pudieron recuperar en los márgenes del río dos bolsas con
fragmentos de huesos y cenizas, además de restos humanos que quedaron
esparcidos en el basurero de Cocula….”
En
el mismo Diario, apareció también la
noticia de que, que los primeros resultados del análisis de restos localizados
en el basurero y en el margen del río San Juan, en el municipio de Cocula,
dieron positivo para la identificación de Alexander Mora Venancio, uno de los
43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre.
Especialistas de la Universidad de
Innsbruck, Austria, enviaron a las autoridades mexicanas y a peritos argentinos
los primeros resultados de sus investigaciones, los cuales fueron hechos del
conocimiento de los familiares de los normalistas directamente por el Equipo
Argentino de Antropología Forense (EAAF) en la Escuela Normal
Rural de Ayotzinapa. La información fue compartida y discutida durante las
horas siguientes en asamblea.
Han
pasado dos meses de lo que el Estado Mexicano denominó “desaparición” de 43 alumnos de la Escuela Normal Isidro Burgos,
ubicada en Ayotzinapa, Estado de Guerrero y, hasta ayer, la “desaparición” se convirtió
en asesinato con todas las agravantes de
ley, y como complemento, la protección estatal de los asesinos.
Nuestras
dudas y desconfianza aumentan. ¿Por qué tenemos que recurrir a Instituciones
extranjeras para al investigación de los delitos que se cometen en México?
y, con pena, profunda pena, llegamos a una
conclusión dolorosa, peo cierta.
Nuestras procuradurías de justicia, estatales o federales, no sirven
para otra cosa que para enriquecer infinitamente todos su directores empleados.
Hace
poco relaté en este mismo espacio, que la Procuraduría del
Estado de Michoacán, calificó se
SUICIDIO la muerte de mi querido amigo Enrique Ramírez Miguel, que había
recibido en la espalda CINCO TIROS DE
FUSIL.
Hace
también poco tiempo que la Procuraduría de
Justicia del Estado de México, realizó una investigación minuciosa respecto a una menor “desaparecida” que, por
fortuna he perdido la memoria completa de ese caso, apareció muerta en su propia
casa “bajo una cama”, casa que desde
la desaparición estuvo vigilada y ocupada por la Policía Ministerial. Cesaron al
Procurador del Estado, hijo de otro de
mis queridos amigos, Juanito Bazbaz…..y punto final.
La
“desaparición” de varios miles de mexicanos, de Tijuana a Chetumal, sigue
siendo un misterio, ¡nadie sabe, nadie supo, ni nadie sabrá!
Los
“inocentes” mexicanos, preferimos estar
en la duda que…averiguar algo. Tal vez nos resulte algo perjudicial en nuestra
contra. Preferimos recordar lo que escribió Lope de
Vega en FUENTE OVEJUNA…
¿Quién mató al comendador ¿---FUENTE
OVEJUNA, SEÑOR…¿ Y QUIEN ES FUENTE OVEJUNA?... ¡Todos a una señor, todos a una…..!
UNA FELIZ NAVIDAD Y
UN BUEN AÑO 2015, Y HASTA ENTONCES….
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