6/08/2015

CDMX… en desgracia.


                     Joaquín  Ortega Arenas

La ciudad fue fundada por los mexicas en el centro del Valle de México, con el nombre de México-Tenoxtitlan,  el 13 de agosto año 1325, en el centro del Lago de Texcoco, cuando en el Valle que la alberga, que llamamos Valle de México, se habían asentado ya diversas etnias, la primera de ellas, “Azcapotzalca”,  desde el Siglo II.  Existen dudas acerca de que la fundación de Tlatelolco, (lugar pedregoso) fue anterior a Tenoxtitlan.
Las etnias, vivían en paz, hasta la llegada de los “Mexica”,  pueblo de gente fuerte y ágil,  acostumbrado a la construcción de presas y represas, las que en su peregrinar vinieron verificando, lo que resultó en un retraso de su llegada al Gran Valle de Anáhuac y quedar relegados a dos islotes dentro de la gran laguna, (Tenoxtitla y Tlatelolco). 
 Se vio obligada la Etnia,   a llevar una alimentación a base de vegetales, (nopal),  pescado y “Ahuautle” (hueva de un insecto rica en proteínas), que los convirtió en belicosos e iniciaron su camino hacia la dominación de los demás pueblos, formando una “alianza” con Texcoco y Tlacopan,  que derrotó a Azcapotzalco,  con la que poco a poco, fueron  dominando a las demás etnias, y sometiéndolas a una verdadera esclavitud. Basta con consultar la “Matricula de Tributos”, para apreciar esa situación que generó el odio de las demás etnias, odio que estalló con la llegada de los conquistadores españoles, que aprovecharon esa situación,   y con la ayuda de Tlaxcaltecas, Xochimlcas, Huejotzincas   y las demás etnias,  lograron   consolidar  su  permanencia en este, hoy País, por TRESCIENTOS  AÑOS.
La Ciudad cayó en manos de Hernán Cortes, paradójicamente, un 13 de agosto de 1521 y. fue totalmente destruida y sus sesenta mil habitantes, según relata Bernal Díaz del Castillo, “asesinados con  lanza y espada”. Con las piedras resultantes de la destrucción se  edificó la  Ciudad Colonial, que solo duró poco menos de cien años. Una inundación ocurrida en el Siglo XVII arrasó con todas las construcciones y costó la vida a treinta mil “indios”.  Se construyeron templos y palacios suntuarios que determinaron que en tiempos del Segundo Conde de Revillagigedo, (Virrey   del 16 de octubre de 1789 al 11 de julio de 1794)  se conoció a la Ciudad como Ciudad de los Palacios…En tiempos del efímero imperio de Maximiliano, se construyó el Paseo de la Emperatriz,  después Paseo de la Reforma que con su belleza rivalizaba a los Famosos “Campos Eliseos” de París. Los treinta y tantos años del “porfiriato” fueron testigos de la construcción de más y más palacios hasta que, llegó la “revolución” que ha venido destruyendo todo sin construir nada.  El paseo de la Reforma está convertido en un “Wall Street” cualquiera y las “nuevas formas de gobernar” exigen…más y más impuestos. Se inventó el “uso del suelo” dizque para controlar el crecimiento  anárquico de la ciudad, y el tal uso, se ha convertido en el más brillante negocio de nuestros gobernantes  y, así han desaparecido de nuestra antes bella ciudad miles de joyas arquitectónicas, para dar lugar a “edificios en condominio”. Coyoacán, la hermosa “Villa de los jardines escondidos”, como la llamara Jorge Ibargüengotia, es hoy la Villa de los Condominios escondidos.
Hay en la Ciudad más de medio millón de baches: cientos de obras empezadas e inconclusas. Las banquetas, son un gran negocio sexenal. Cada gobierno que llega, las cambia, haga falta o no.  Las “nuevas” de “concreto hidráulico”  se rompen…porque no llevan varilla y la mezcla es de seis a uno,  en el primer chubasco se empiezan a convertir en arena  y las raíces de los árboles las destrozan,   Nuestros pasos a desnivel,  se   inundan  con la primera lluvia fuerte;  los flamantes “viaductos”,   están convertidos en estacionamientos “gratuitos para los automovilistas. 
Como si fuera poco, lo peor, Nuestra “...Plaza de la Constitución...”  el altar de la Patria, sede de los poderes  materiales y espirituales…..está convertida en mercado de baratilla.
Estacionamiento de políticos en el poder; balneario, pista de patinaje en hielo y hoy, si hoy, en Parque de baseball.  Ni siquiera nuestra Bandera está a salvo, ¡estorba!


y … no puedo continuar con esta reseña de desastre, ¡ me he puesto a llorar!

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