9/11/2006

Balance II. Los Ferrocarriles

Joaquín Ortega Arenas En nuestro comentario anterior, aludimos en primer término los Ferrocarriles, desparecidos por decreto publicado en 4 de junio de 2001, y puestos en liquidación por conducto de un verdadero artífice del desastre, Luis Antonio de Pablo Serna. Durante el régimen de Porfirio Días, se construyeron en México aproximadamente siete mil quinientos kilómetros de vías férreas. La Revolución destruyó casi mil que, las empresas concesionarias reconstruyeron y siguieron operando con ganancia, a pesar de los contratos leoninos con que el gobierno “revolucionario” las obligó a operar con algunas empresas como American Smelting, Union Carbide, Petróleos Mexicanos y otras, a quiénes servían con tarifas de dos centavos tonelada kilómetro. En 1938 se expropiaron los ferrocarriles y se pusieron bajo administración obrera y después directa del Gobierno Federal que en sesenta y tres años, apenas alcanzó a construir doscientos kilómetros de vías, y a base de un pésimo servicio fue matando poco a poco la indudable utilidad de esos medios de transporte, mucho mas barato y accesible que la transportación por vehículos de combustión interna. Sin ánimo de establecer comparaciones, cabe mencionar que Venezuela es un País cuyo mayor ingreso, como México, lo constituye la explotación del Petróleo. Su superficie es de 912 650 kilómetros cuadrados, es decir, menos de la mitad de la superficie de nuestro País, y su población actual de poco menos de veinticuatro millones de habitantes. La quinta parte de la nuestra. La orografía de Venezuela es mucho mas accidentada que la nuestra, pues buena parte del País esta ubicado en la cordillera andina, y durante el gobierno de “ nuestro odiado enemigo “ ( como no, si se ha dado el lujo de ridiculizar a nuestro señor presidente ) el General Hugo Chávez, ha estimado que el ferrocarril genera empleo y desarrollo, y concebido un plan, para construir en 25 años, 22 mil kilómetros de vías férreas , de las que ya una buena parte está en operación. . Por su red, arrastra una buena cantidad de las gasolinas que consumimos los mexicanos. El Decreto publicado el 4 de junio de 2001, mediante el que se declaró “extinguido” el Organismo Público Descentralizado Ferrocarriles Nacionales de México , abrogó su ley Orgánica y ordenó su liquidación, fue estrictamente cumplida por el artífice del desastre que designó el Señor Presidente que, en treinta y tres “licitaciones públicas” verificadas entre el 1 de julio y el 12 de diciembre de 2001, remató todo lo habido y por haber, desde carros de ferrocarril, indiscriminadamente furgones de carga o carros para pasajeros y pullman, ( Unidades de arrastre comerciales), locomotoras de toda índole, (Unidades tractivas, ) plataformas, vía tendida, Riel, refacciones, chatarra y enseres de oficina, en una oferta que globalmente fue de $196,215,400.00 (CIENTO NOVENTA Y SEIS MILLONES DOSCIENTOS QUINCE MIL PESOS), sin I.V.A. En una verdadera bagatela, se consumió el trabajo de cincuenta años de las compañías ferroviarias que funcionaron hasta 1936. El precio de de la CHATARRA en el mercado internacional en 2001, fue en promedio de 217.65 Euros por tonelada. (Ignoramos y nos ha extrañado mucho que los precios internacionales de la CHATARRA, ya no se coticen en dólares, sino en euros que en 2001 tenían un valor aproximado de siete pesos por cada euro). Es decir, vendimos nuestra posibilidad de progreso a un promedio aproximado de UN MIL QUINIENTOS PESOS … la tonelada. ¡ Ni para Ripley ! Concluida la labor destructora del artífice del desastre, lo designaron Director General de Luz y Fuerza del Centro, tal vez con la misma intención. ¡Vamos México!

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