Joaquín Ortega
Arenas.
Blog extra por
las fiestas de “La Natividad del Señor”.
No son creyente,
pero respeto y admiro a todos aquellos que tienen una fe y la respetan. Las
frases que dan nombre a este ensayo, completas en latín,
“…GLORIA IN EXCELSIS DEO, ET IN TERRA PAX HOMINIBUS BONAE
VOLUNTATIS. LAUDAMUS TE, BENEDICIMUS TE, ADORAMUS TE, GLORIFICAMUS TE, GRATIAS
AGIMUS TIBI PROPTER ...”
Definitivamente
son de aplicación en todo tiempo y lugar.
Un amigo de toda
la vida de mi Padre, el Presbítero Don
José García Luna y Vilchis, le pidió que
me enviara a la Parroquia de San Cosme, de la que era titular a ayudarlo, cosa
que en verdad me resulto muy grata por la inmensa cultura del Padre y su bonhomía
poco común. Estuve ayudándolo durante más de cinco años, inolvidables para mí.
Leí y releí la
Biblia, y su solo relato sería fatigoso, por lo que he copiado de la Santa
Biblia de Jerusalén, desgraciadamente poco conocida, (Lucas 2, 1-14,) algo que,
sin distinción de razas, culturas, y banderías políticas debería ser observado
y respetado.
Señalan esos originales,
y espero los encuentren interesantes.
“…Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto
ordenando que se empadronase todo el mundo.
Este primer empadronamiento tuvo
lugar siendo gobernador de Siria Cirino.
Iban todos a empadronarse, cada
uno a su ciudad.
Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la
ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,
para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que,
mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio
a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre,
porque no tenían sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban
por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la
gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.
El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo
será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador,
que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el
ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
“GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES EN QUIENES
ÉL SE COMPLACE”
Palabra del Señor.
¡QUE DISFRUTEN, AMABLES LECTORES ESTE
DÍA DE LA NATIVIDAD, RODEADOS DE LAS PERSONAS A LAS QUE USTEDES AMAN, ES MI MEJOR DESEO!
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