5/25/2017

ASESINATOS A GRANEL EN TODO EL PAÍS. ¿QUIEN ES EL RESPONSABLE?


Joaquín Ortega Arenas.

El encabezado plantea una duda que no existe. ¡Hay un responsable “inventado “desde hace ya cerca de cuarenta años… ¡“el narco”!
¿Pero qué o quién es “el narco”?. El Diccionario de la Lengua Española no contiene  definición alguna de la palabra, sino una larga lista de actividades ilícitas, “narcotráfico, narco menudeo, narco traficantes”, etc.
En mi infancia escuchaba un juego que las niñas solían realizar durante “el recreo” a media mañana, en el que cantaban, “yo no fui, fue teté, pégale, pégale que ella fue”.
Existe una penosa práctica gubernamental para diluir su responsabilidad y culpa, y  de sus funcionarios, hacerla recaer en “la nada”,  en el “olvido”, o en seres imaginaros, “el coco”, “la llorona”,...
El Tráfico de drogas que seguramente se sintetiza “NARCO”, fue estudiado y analizado por el ilustre Médico mexicano Doctor Tomás Doria M. Popayán, que publicó en la Revista de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, el 13 de abril de 1934, un pormenorizado y maravilloso estudio sobre las drogas heroicas, y señaló:
“…Calificase con el pomposo nombre de drogas heroicas,  un grupo de medicamentos de suyo venenosos y de manejo difícil aun para el más hábil en el arte de la terapéutica, y los cuales han sido escogidos, con inclinación desviada y peligrosa, para entregarse a una serie de estados psicopáticos, en los que juega el principal papel la costumbre invencible de un veneno y con los cuales la humanidad ha sufrido un golpe trágico en sus raíces más profundas, cuales son la procreación misma y la conservación de la vida…”
 Esta palabra heroica, epíteto elástico y cuya significación en este caso es muy difícil de interpretar, no puede tener otro origen que los esfuerzos verdaderamente heroicos que el enviciado a la morfina o a la cocaína,  pone en juego cuando la droga le hace falta.

 Y a la verdad que no hay consideración deontológica, no hay reflexión científica, no hay disposiciones terminantes de los Gobiernos, no hay vigilancia de la policía, no hay negativas de Ios médicos, no hay dificultades pecuniarias que no sean atropelladas y fácilmente vencidas por estos maestros de la simulación y la mentira…”

Toda la razón asiste al doctor Doria, solo falta que las “autoridades” encargadas de resolver ese tipo de problemas, con una profunda “reflexión científica,
“…dicten disposiciones terminantes;  que la policía cumpla con su deber  de proteger a la ciudadanía; que “…los médicos cumpliendo con la promesa contenida en el juramento de Hipócrates, se nieguen a intervenir en la permisibilidad del uso de las drogas y, que se respeten las dificultades pecuniarias y se castigue con el peso de la ley, a los maestros de la simulación y la mentira  que se enriquecen con esa conducta! y  pongan el remedio que aconseja…..”
La consecuencia forzada será la desaparición de los asesinatos “a granel” que tanto daño causan al País.


                    ¡MAS CLARO  NO CANTA UN GALLO!

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