Joaquín Ortega Arenas.
El 12 de diciembre de 1325 se fundó la capital del
imperio azteca, Tenochtitlan, hoy conocida como Ciudad de México. Construida en islotes situados en el interior de uno de los lagos,
de poca profundidad, que en aquella época cubrían la mayor parte del Valle de
México, desde aquel año, constituyó el lugar más poderoso de Mesoamérica
y una de las más grandes ciudades del mundo.
El valle de México “…
una cuenca cerrada en la que los diversos lagos funcionaban a la manera de los
vasos comunicantes. Esta comunicación estaba regida, en primer lugar, por la
topografía: "El lago de Texcoco era el que estaba a menor altura,
convirtiéndose así en depositario de los excedentes de los demás vasos. A una
altura ligeramente superior estaba el lago de México. Más alto que éste, el
lago de Xochimilco y, a escasa mayor altura, el de Chalco. Toda la zona norte
de la cuenca estaba a bastante mayor altura que los lagos de Texcoco y México,
ascendiendo de manera relativamente pronunciada desde Ecatepec, al extremo sur,
hasta Zumpango y Citlaltépetl, al extremo norte".
Netzahualcóyotl, Tlatoani de Texcoco, tuvo la idea de separar
las aguas dulces de las salobres, mediante un muro que se construiría enterrando
en el fondo del lago, con un promedio de tres metros y medio de profundidad,
dos filas paralelas de pilotes de madera. En medio de éstas se rellenaría con
piedras, arena, y se aplanaría la parte superior. Se tendría cuidado de dejar
un sistema de compuertas cada trecho, para desalojar el sobrante de las aguas.
Todo ello, alrededor de 15 kilómetros de valladar, requeriría la mano de obra
de miles de hombres dedicados exclusivamente a ese trabajo antes que empezara
la estación de lluvias.
El Albarradón de Nezahualcóyotl es descrito con brevedad,
pero con eficacia por un personaje anónimo en el documento del año 1800
titulado Compendio histórico cronológico del desagüe de Huehuetoca y de las
inundaciones que ha padecido México..., recopilado en la colección de J. García
Icazbalceta; texto que a la sazón dice:
"Entonces
fue cuando por dictamen de Nezahualcóyotl sabio rey de Tezcoco a quien Motezuma
pidió consejo se construyó un valladar o Albarradón de nueve millas de largo
(15 kilómetros) y once brazas (18 metros) de ancho compuesto de dos estacadas
paralelas terraplenado el medio con piedra y arena que partía de Iztapalapa
hasta los cerros de Tepeyac hoy Guadalupe...", como señala la imagen que presentamos en seguida:
En la imagen siguiente, podemos ver, al detalle, el Dique
de Nezahualcóyotl que a solicitud de su
homólogo y aliado Moctezuma I el grande, fue un gran dique de piedra y madera
(que los españoles llamaron «el gran albarradón») que se extendía por más de 16
km, que sirvió como defensa contra las inundaciones que afectaban a esa ciudad,
y que además impedía que se mezclaran el agua salada y el agua dulce del gran
lago.
Glifo de Netzahualcóyotl
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