8/30/2015

LA FIESTA BRAVA.


Joaquín Ortega Arenas.
                                         
Para mi queridísimo hermano                      Enrique, que en paz descanse,  excelentísimo aficionado a los toros.

El Gobernador del Estado de Coahuila, tal vez buscando popularidad, ha enviado a su Congreso un Decreto prohibiendo la “Fiesta Brava”, en la cuna del más famoso de los toreros que han existido en el mundo, Fermín Espinoza, “Armillita Chico” y ese hecho ha coincidido con una pregunta que un amable lector de estos espacios me ha enviado desde Barcelona, Ciudad que padece del mismo ataque  anti taurófilo, y vamos a tratar de hacerlo.
                                                                      
       Mi opinión, no tiene nada de científica, sino que es producto de la simple observación de todos los elementos que la componen y la han convertido en un espectáculo que forma parte ya de la vida de España, Portugal, el Sur de Francia y varios países latinoamericanos como Perú en dónde se encuentra la segunda Plaza de Toros que de construyó para ese efecto, la Plaza de Acho. La primera es la de Ronda, en España;  Ecuador, Colombia, Venezuela en el Como Sur y México, a donde fue traída por Hernán Cortés, al igual que el “ganado Bravo” en el Norte. El  elemento básico, desde luego es el toro. El “toro de lidia”, el “toro bravo”, no es un bovino común, es otro tipo de raza, que se caracteriza por ser indomesticable e indomable, como lo es por ejemplo el Tigre de Bengala; la morfología del toro de lidia es también diferente;  está dotado de dos astas hacia delante, grandes y filosas, especiales para la ofensa y la defensa; un cuello especialmente musculoso, al igual que sus cuartos traseros; una imagen única,   en especial, como dicen los taurinos, “enmorrillado, con pezuña pequeña y largo rabo”,  siempre dispuesto a agredir y contestar cualquier agresión, características conocidas como “bravura”.  Se ha tratado de considerarlo descendiente del  “Uro”, o producto de cruzas y cambios genéticos, teoría que, no obstante el parecido físico con ese animal desaparecido hace miles de años,  no compartimos. En Francia se ha conservado un territorio ocupado desde épocas inmemoriales por “toros bravos”,  “la Camarga” ubicado en las cercanías de Montpellier. Creemos que es un tipo de bovino que existió en Creta y nos avala la leyenda de Hércules y el Toro de Creta; en el noroeste de España y en el Sur de Francia. En pinturas  existentes en  cuevas de Valencia y  Cáceres, se encuentra un toro, conviviendo en armonía con el hombre; en las de  Altamira y Lescaux, en eterno combate. En la primera, aparece una pierna humana apresada por cuerno de toro, y en la segunda el primer testimonio gráfico de muerte de un hombre por un toro.
       Sentada la existencia de la materia prima que ha originado  la fiesta de toros, nos resta tratar de encontrar la causa y el efecto de su existencia. Tal vez, y es una idea que me surgió viajando de Talavera de la Reina a Ávila por las antiguas carreteras franquistas.
 De repente me encontré frente a un vallecillo,  en el que a primera vista parecía que en medio de un gran pastizal, se encontraban varios toros de una sola pieza pétrea y tamaño descomunal, similares que los que existen en la plaza de Ávila. El espectáculo en si, es hermosísimo.  Estoy hablando del Valle de Guisando. Tal vez, pensé, la fiesta de toros actual deriva en principio de la lucha entre el hombre y la bestia, por el espacio vital. El toro, desde hacia cientos o miles de años dominaba ese lugar para satisfacer sus necesidades y…de pronto apareció el hombre en busca de terrenos propicios  para asentarse y practicar la agricultura. La guerra no se hizo esperar. El toro a defender su supervivencia y el hombre a arrebatarle  su coto de vida. La lucha debe haber durado quizá siglos en los que cada parte obtuvo victorias y derrotas. El hombre defendiéndose y ofendiendo con lanzas de madera. El toro con su cornamenta y su poder. Cuando el triunfo correspondía al hombre, aquel que había matado al enemigo y proporcionado alimentos para muchos días, era considerado por el grupo humano al que correspondía como un héroe. Si fallecía en el intento, como un mártir.
      En las cercanías de Soria, si no mal recuerdo, existen ruinas prehistóricas de corraletas de piedra con doce lugares, y hará unos 40 años, se descubrieron en una cueva cercana, pinturas  rupestres  en las que un grupo de hombres armados con grandes lanzas  arriaban, por decirlo así, a doce toros con las características del toro bravo.
     Quién sabe cuánto tiempo haya trascurrido en esa situación.  Un buen día llegaron a España los árabes dotados de una cultura superior. Encontraron en el espectáculo un atractivo acorde con su arrojo y valentía e iniciaron la lucha a bordo de sus espléndidos caballos con ayudantes a pie que dotados de mantas para llamar la atención del animal,  les proporcionaban la forma de “alancear” a los toros bravos.
       La costumbre se fortaleció durante el tiempo de la reconquista y un poema anónimo, adoptado como ejemplo de  la sintaxis castellana nos otorga un valioso testimonio de eso, dice así:

“…Sobre un caballo alazano
Cubierto de galas y oro,
Un caballero cristiano,
Demanda licencia ufano,
Para alancear a un toro….”

     Concluida la reconquista, ya en tiempos de los Reyes Católicos continuó la tradición de siglos de lidiar toros bravos. Los ganaderos españoles  celosos de conservarla,   se esmeraron no sólo   en conservar la raza de toros bravos, sino enriquecerla con cruzas constantes para mejorar las condiciones de lidia de todas las que pudieron rescatar, anticipándose al Sabio Monje Austriaco Gregorio Mendel en el estudio de la  herencia y la genética. A diferencia de las épocas árabes  la lidia pasó a ser a pie, con ayuda de jinetes  cuya labor es restar poder al toro para emparejar un poco la tremenda diferencia entre hombre y bestia.   Se anunciaban “corridas de doce toros” que, poco a poco fueron transformándose en medias corridas, seis toros.  El lidiador, como en los más remotos tiempos de la lucha entre hombre y toro, era y es considerado un Héroe; se le viste de seda y oro;  a sus ayudantes o peones de “pasamanería” al igual que a los jinetes que “pican” al toro.
        Como es natural, la lidia ha evolucionado sin que por ello haya perdido su sentido original de la lucha por la subsistencia y la supervivencia  de hace quien sabe cuántos cientos o hasta miles de años. Las pinturas rupestres de las Cuevas del norte de España y el Sur de Francia, se estiman de una antigüedad de veinticinco mil años y en ellas encontramos los primeros testimonios plásticos de una cogida de toro y de la muerte de un torero.
        No, mis queridos coahuilenses  y amable lector de Barcelona. Una tradición, una historia que tiene muchos miles de años no puede ser borrada por un Decreto gubernamental. Nada tiene menos crueldad que la forma en que se mata a los toros en los rastros de todo el mundo; de la que se utiliza para que los gansos tengan un hígado de un kilo; de la que deriva de encerrar a una gallina en una jaula en la que apenas cabe  para aprovechar sus huevos; que la forma en que se matan los borregos cortándoles el cuello cuando están colgados vivos con la cabeza hacia abajo para aprovechar su sangre; en Norteamérica asesinaron millones de búfalos para aprovechar las pieles y matar el hambre y a los indígenas; día a día de matan centenares de elefantes parar aprovechar el marfil de sus colmillos; las ballenas, los delfines, las focas son asesinadas con toda frialdad en todas partes; la cacería, es un deporte que permite y ha permitido que una gran cantidad de especies animales hoy se encuentre en extinción, o ya se han extinguido y es “legal”; los estadios se llenan de fanáticos para ver una pelea de box, de la que, mi hijo Rafael en una crónica en un Diario deportivo  resumió señalando que, “dos  retrasados mentales se acortan la vida a puñetazos” y,  eso no es crueldad, es “cultura”; en México, ya no existe garantía para el derecho a la vida, fue borrada en tiempos de Fox; sin embargo, que mayor crueldad que la que ponen en práctica casi todos los gobiernos  del mundo para tratar a los presos en sus cárceles…..y los mexicanos para acallar las protestas públicas….







No hay comentarios.: