Joaquín Ortega Arenas.
“No hay nada nuevo bajo el sol”, escribió el Filósofo
Alemán Gottfried Wilhelm (von)
Leibniz a fines del Siglo XVIII y. la historia que
hoy te relatamos, pudo tener una
repetición en México, lo confirma. “JUAN FRANCISCO LEIVA Y DE LA CERDA, CONDE DE BAÑOS 1660-1664, vigésimo tercer Virrey de la
Nueva España. “…
A pesar de no ser muy conocido en
la Corte, Felipe IV de España se empeñó en nombrarlo virrey, cargo que le
concedió el 26 de febrero de1660, y se trasladó a la Ciudad de México junto con su mujer e hijos, tomando posesión
del cargo el 16 de septiembre del
mismo año.
“…Su
gobierno se caracterizó por las irregularidades administrativas, y ya a los
pocos meses la virreina se dedicaba a enriquecerse a través del tráfico de
influencias, vendiendo los cargos y haciendo firmar a su marido los documentos,
sin que éste tuviese constancia de los hechos. Estas acciones, que pronto
fueron conocidas fuera del palacio virreinal, disgustaron profundamente a la población,
acostumbrada a otros virreyes de mayor seriedad y compostura, como es el caso
del antecesor, Francisco Fernández de la Cueva,
octavo duque de Alburquerque.
La mala
gestión del virrey, la codicia de la virreina y los terribles resultados en el
tránsito de la Ciudad que hacían casi imposible la circulación de vehículos y
aumentaban el riesgo para los peatones, así
como las escandalosas fiestas de sus hijos llegaron a oídos de la Corte en
España, quien preparó su destitución en el cargo, pero el virrey retenía la
correspondencia oficial para no permitir la llegada de los documentos. El 30 de diciembre de 1663 Antonio Sebastián de Toledo y Salazar ya había recibido su
nombramiento como sucesor en el virreinato.
La
situación se agravó cuando Pedro, uno de los hijos del virrey insultó a un
criado del conde de Santiago de Calimaya, y más tarde, lo atravesó con la
espada, falleciendo a las pocas horas. Los oidores de la Real Audiencia de México quisieron poner justicia
ante un escándalo como éste, nunca visto en la ciudad, pero llegó antes la
justicia popular, y la familia virreinal fue apedreada al salir de misa. El
virrey fue cesado de inmediato el 28 de junio de 1664.
Entre lo acontecido hace 362 años y hoy, hay una gran semejanza. El
desbarajuste administrativo es casi igual en esta Ciudad en que vivimos. De
tráfico de influencias, ni hablar, es uno de nuestros peores azotes;
La mala
gestión de nuestras autoridades urbanas y los terribles resultados en el
tránsito de la Ciudad que hacen casi imposible la circulación de vehículos y
aumentan el riesgo para los peatones y ciclistas, parecen no tener fin, y se han multiplicado con la publicación
y entrada en vigor de un nuevo “Reglamento de Tránsito”, cuyo única intención no es otra que la de
realizar grandes negocios, como,
EL GRAN
NEGOCIO DE LAS MULTAS.
Allá en mi niñez remota, oí con
frecuencia a mis mayores, comentar que en tiempos de Don Porfirio, las grietas del presupuesto se cubrían con
multas administrativas que, además dejaban ganancias personales (ilícitas,
desde luego) para los funcionarios. El tráfico de los traficantes del tránsito
en México, determinó que a los policías, se les apodara “Tamarindos” o Mordelones”, por algo sería y “es hoy, cibernético”.
Me parecía difícil creerlo, pero hoy,…..sin
ningún disimulo la prensa ha festinado,
“…Autotraffic pactó con la Secretaría
de Seguridad Pública del Distrito Federal un monto de 46 por ciento por cada
fotomulta que aplique y que sea pagada por el ciudadano; de esta manera, la
empresa recibirá entre 321.54 y 643.54 pesos, tomando en cuenta que conducir a
exceso de velocidad se sanciona en el nuevo Reglamento de Tránsito con multas
que van de 699 a mil 398 pesos.
Sin intervención de la
compañía, la recaudación por infracciones subía 20% anualmente
Por pago a
Autotraffic, el Distrito Federal perderá este año 13% de ingresos en multas.
El gobierno de la
ciudad ¡calculó recibir en 2016 por este
concepto 601 millones 986 mil pesos!
En 2011 las autoridades
lograron incremento de 124% al vincular las sanciones a la verificación
De acuerdo con el
contrato suscrito por la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF) con
Autotraffic, bajo el supuesto de aplicar el máximo proyectado de 150 mil multas
por mes, el monto máximo que el gobierno de la ciudad pagaría este año a dicha
compañía por el sistema de fotomultas será de 76 millones 885 mil 639 pesos, lo
que representa 12.8 por ciento del total de los recursos que las autoridades
prevén recaudar por todas las infracciones al nuevo Reglamento de Tránsito, que
entró en vigor en diciembre pasado.
Saltan
a la vista varias dudas:
¿Quiénes
son los socios de “Autotrafik”?
¿Por
qué se permiten multas contrarias al artículo 22 Constitucional (multa
excesiva)?.
¿Por
qué se permiten sanciones sin previo emplazamiento personal y directo (mediante
fotografías de dudosa procedencia) en contravención a los artículos 14 y 16
constitucionales?
¿Por
qué se permite aplicar sanciones
determinadas a la población, con
premeditación, alevosía y ventaja, calculadas fríamente y aplicadas por
una empresa desconocida como
Autotrafik”?
Todavía no salimos de nuestra estupefacción, y “aparece
otro peine, que no se buscaba. El “Gobierno del Distrito Federal, El 17 de
julio del 1915, comunicó el fallo, el
cual descalificó a TMM Logistics y a Autotraffic, adjudicando la licitación,
mediante el contrato multianual administrativo número SSP/BE/S/261/2015, a la
sociedad mercantil denominada Inteltráfico SA de CV, por el periodo del 17 de
julio de 2015 al 31 de diciembre de 2017, por un monto de 359 millones 563 mil
241.71 pesos, aceptando la oferta de pago de 46 por ciento del monto que
eroguen los ciudadanos por las infracciones cometidas.
En la página de la Secretaría de Seguridad
Pública del Distrito Federal, (www.ssp.df.gob.mx/difusion.html) se hace referencia al número de licitación,
pero no se encuentra disponible ningún documento, ni el acuerdo citado.
El contrato con la
empresa Inteltráfico es distinto al firmado con Autotraffic; o sea, son dos contratos
destinados a un mismo fin: las fotomultas. Por lo tanto, esta soberanía y la
ciudadanía deberíamos conocer el contenido del contrato con Inteltráfico. El
silencio y el disimulo solo nos llevan a la desconfianza. Es válido que los
“defeños” pensamos que nos están “bolseando” impunemente.
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