1/20/2016

AYER Y HOY. REMINISCENCIAS.


Joaquín Ortega Arenas.

“No hay nada nuevo bajo el sol”, escribió el Filósofo Alemán Gottfried Wilhelm (von) Leibniz a fines del Siglo XVIII y. la historia que hoy te relatamos,  pudo tener una repetición en México, lo confirma.  JUAN FRANCISCO LEIVA Y DE LA CERDA, CONDE DE BAÑOS 1660-1664, vigésimo tercer Virrey de la Nueva España. “…
A pesar de no ser muy conocido en la Corte, Felipe IV de España se empeñó en nombrarlo virrey, cargo que le concedió el 26 de febrero de1660, y se trasladó a la Ciudad de México junto con su mujer e hijos, tomando posesión del cargo el 16 de septiembre del mismo año.
“…Su gobierno se caracterizó por las irregularidades administrativas, y ya a los pocos meses la virreina se dedicaba a enriquecerse a través del tráfico de influencias, vendiendo los cargos y haciendo firmar a su marido los documentos, sin que éste tuviese constancia de los hechos. Estas acciones, que pronto fueron conocidas fuera del palacio virreinal, disgustaron profundamente a la población, acostumbrada a otros virreyes de mayor seriedad y compostura, como es el caso del antecesor, Francisco  Fernández de la Cueva, octavo duque de Alburquerque.
La mala gestión del virrey, la codicia de la virreina y los terribles resultados en el tránsito de la Ciudad que hacían casi imposible la circulación de vehículos y aumentaban el riesgo para los peatones, así como las escandalosas fiestas de sus hijos llegaron a oídos de la Corte en España, quien preparó su destitución en el cargo, pero el virrey retenía la correspondencia oficial para no permitir la llegada de los documentos. El 30 de diciembre de 1663 Antonio Sebastián de Toledo y Salazar ya había recibido su nombramiento como sucesor en el virreinato.
La situación se agravó cuando Pedro, uno de los hijos del virrey insultó a un criado del conde de Santiago de Calimaya, y más tarde, lo atravesó con la espada, falleciendo a las pocas horas. Los oidores de la Real Audiencia de México quisieron poner justicia ante un escándalo como éste, nunca visto en la ciudad, pero llegó antes la justicia popular, y la familia virreinal fue apedreada al salir de misa. El virrey fue cesado de inmediato el 28 de junio de 1664.
 Entre lo acontecido hace  362 años y hoy, hay una gran semejanza. El desbarajuste administrativo es casi igual en esta Ciudad en que vivimos. De tráfico de influencias, ni hablar, es uno de nuestros peores azotes;
La mala gestión de nuestras autoridades urbanas y los terribles resultados en el tránsito de la Ciudad que hacen casi imposible la circulación de vehículos y aumentan el riesgo para los peatones y ciclistas, parecen no tener   fin, y se han multiplicado con la publicación y entrada en vigor de un nuevo “Reglamento de Tránsito”,  cuyo única intención no es otra que la de realizar grandes negocios, como,
                                   EL GRAN NEGOCIO DE LAS MULTAS.

Allá en mi niñez remota, oí con frecuencia a mis mayores, comentar que en tiempos de Don Porfirio,  las grietas del presupuesto se cubrían con multas administrativas que, además dejaban ganancias personales (ilícitas, desde luego) para los funcionarios. El tráfico de los traficantes del tránsito en México, determinó que a los policías, se les apodara “Tamarindos” o Mordelones”, por algo sería y “es hoy, cibernético”.
 Me parecía difícil creerlo, pero hoy,…..sin ningún disimulo la prensa ha festinado,

“…Autotraffic pactó con la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal un monto de 46 por ciento por cada fotomulta que aplique y que sea pagada por el ciudadano; de esta manera, la empresa recibirá entre 321.54 y 643.54 pesos, tomando en cuenta que conducir a exceso de velocidad se sanciona en el nuevo Reglamento de Tránsito con multas que van de 699 a mil 398 pesos.

Sin intervención de la compañía, la recaudación por infracciones subía 20% anualmente
Por pago a Autotraffic,  el Distrito  Federal  perderá este año 13% de ingresos en multas.
El gobierno de la ciudad  ¡calculó recibir en 2016 por este concepto 601 millones 986 mil pesos!
En 2011 las autoridades lograron incremento de 124% al vincular las sanciones a la verificación
De acuerdo con el contrato suscrito por la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF) con Autotraffic, bajo el supuesto de aplicar el máximo proyectado de 150 mil multas por mes, el monto máximo que el gobierno de la ciudad pagaría este año a dicha compañía por el sistema de fotomultas será de 76 millones 885 mil 639 pesos, lo que representa 12.8 por ciento del total de los recursos que las autoridades prevén recaudar por todas las infracciones al nuevo Reglamento de Tránsito, que entró en vigor en diciembre pasado.
Saltan a la vista varias dudas:
¿Quiénes son los socios de “Autotrafik”?
¿Por qué se permiten multas contrarias al artículo 22 Constitucional (multa excesiva)?.
¿Por qué se permiten sanciones sin previo emplazamiento personal y directo (mediante fotografías de dudosa procedencia) en contravención a los artículos 14 y 16 constitucionales?
¿Por qué se permite  aplicar sanciones determinadas a la población, con  premeditación, alevosía y ventaja, calculadas fríamente y aplicadas por una empresa desconocida  como Autotrafik”?
Todavía no  salimos de nuestra estupefacción, y “aparece otro peine, que no se buscaba. El “Gobierno del Distrito Federal, El 17 de julio del 1915,   comunicó el fallo, el cual descalificó a TMM Logistics y a Autotraffic, adjudicando la licitación, mediante el contrato multianual administrativo número SSP/BE/S/261/2015, a la sociedad mercantil denominada Inteltráfico SA de CV, por el periodo del 17 de julio de 2015 al 31 de diciembre de 2017, por un monto de 359 millones 563 mil 241.71 pesos, aceptando la oferta de pago de 46 por ciento del monto que eroguen los ciudadanos por las infracciones cometidas.
En la página de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal,  (www.ssp.df.gob.mx/difusion.html) se hace referencia al número de licitación, pero no se encuentra disponible ningún documento, ni el acuerdo citado.
El contrato con la empresa Inteltráfico es distinto al firmado con Autotraffic; o sea, son dos contratos destinados a un mismo fin: las fotomultas. Por lo tanto, esta soberanía y la ciudadanía deberíamos conocer el contenido del contrato con Inteltráfico. El silencio y el disimulo solo nos llevan a la desconfianza. Es válido que los “defeños” pensamos que nos están “bolseando” impunemente.



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