4/21/2016

2.- EL AEROPUERTO INTERNACIONAL DE LA CIUDAD DE MEXICO.


Joaquín Ortega Arenas


Es por demás, tratar de construir otro aeropuerto en el Valle de México, no soluciona el grave problema de la contaminación. No podemos modificar la geografía, y como señalamos en otra colaboración, el Valle de México es, literalmente, una olla cerrada por las serranías   en la región Lagos y Volcanes del Anáhuac de la provincia fisiográfica del Eje Neovolcánico. El valle está rodeado por las sierras de Monte Alto, Monte Bajo y Las Cruces, Pachuca, así como la Sierra Nevada (Popocatépetl e Iztaccíhuatl) y la serranía de Chichinauhtzin. La cadena de montañas, impide la salida de los vientos  saturados de desechos y gases   que generan, en primer lugar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, las numerosas fábricas e industrias  ubicadas en el Valle,  y el elevado número de vehículos movidos por combustibles altamente contaminantes, que  producen el   anhídrido carbónico  y   la contaminación ambiental que nos está matando.
No hay más solución que sacar de esa “olla” al Aeropuerto,  generador de  más del 90% de los gases letales, pero ¿cómo?  Trasladando la terminal aérea el Estado de Hidalgo, (Tizayuca)  a solo 51 kilómetros de distancia de la Plaza de la Constitución, (Zócalo le llamamos), en donde desde hace muchos años, técnicos norteamericanos construyeron un excelente  Aeropuerto Militar hoy  casi sin uso.
El transporte, en éstos tiempos, ya no es problema. Los llamados “Trenes Bala” podrían cubrir la distancia en solo 15 minutos, y enlazarse con las líneas de nuestro “Metro”.
Desde luego, no es idea del que esto escribe. En la Ciudad de Londres, Inglaterra, existe una estación de “Undergraund”, (así llaman al transporte subterráneo)  a la que confluyen además todos los Ferrocarriles de la Isla. No recuerdo bien su nombre, pero me parece que se llama “King’s Cross” que recibe pasajeros de todo el País y al coincidir con el transporte subterráneo, les facilita sus traslados para toda la Ciudad  y, de paso, evita la proliferación del tránsito vehicular superficial.
Las vías de superficie que existen para llegar al Aeropuerto de la Ciudad de México, se encuentran congestionadas, generando esos amontonamientos vehiculares y una contaminación constante durante las veinticuatro horas del día,  cosa que podría evitase si los pasajeros transportados por la vía aérea, tuvieran acceso en la terminal misma, a transporte que los lleve a cualquier parte de la Ciudad.
Es obvia, la posibilidad de “copiar a Inglaterra” y son también obvios los beneficios que a los pasajeros les resultarían,  pero son más obvios los que evitarían casi, la contaminación ambiental que originan, además del aeropuerto,  los embotellamientos de automóviles que van y regresan constantemente de la central aérea.  
El nuevo aeropuerto que el gobierno pretende y ya está empezando a construir,  estará ubicado dentro de la “ olla cerrada por las montañas que rodean el Valle” ;  sobre un subsuelo que era lago, y naturalmente la profundidad de las tierras húmedas es muy grande, lo que requeriría una cimentación profunda que permitiera la construcción de las pistas, sobre todo de aterrizaje, ya que un aparato que pesa cincuenta toneladas, o más, toca tierra a una velocidad de más de cien kilómetros por hora, por lo que el Impacto es brutal.
El costo de esa infraestructura de las pistas, es posiblemente la que determina el deseo de construir, en contra de toda lógica y fundamento, esa nueva terminal aérea. ¿Te imaginas, paciente lector contratantes y contratados para la obra, cuanto han calculado tener como ganancias?

Y ¡los habitantes del Valle de México…! ¡COMO DE COSTUMBRE, NO CUENTAN O, POR SER MAS EXACTOS,  NO CONTAMOS!  ¡NEGOCIOS SON NEGOCIOS!

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