Joaquín Ortega Arenas.
Propone el Gobierno, que se cambie el
texto actual del artículo 29 constitucional, para quedar como sigue:
Artículo 29. En los casos de invasión,
perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la
sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos, de acuerdo con los titulares de las Secretarías de
Estado y la Fiscalía General de la República y con la aprobación del Congreso
de la Unión o de la Comisión Permanente cuando aquel no estuviere reunido,
podrá restringir o suspender en todo el país o en lugar determinado el
ejercicio de los derechos y las garantías que fuesen obstáculo para hacer
frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo
limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la restricción o
suspensión se contraiga a determinada persona. Si la restricción o suspensión
tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones
que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación; pero si
se verificase en tiempo de receso, se convocará de inmediato al Congreso para
que las acuerde.
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John M. Ackerman del que entresacamos:
”….el actual gobierno y los grandes
monopolios privados, además de amplios sectores del PAN, el PRI y sus aliados
intelectuales… son los que se niegan a
debatir de manera amplia y plural el futuro del petróleo. Ellos son los que
difaman y buscan eliminar desde las cúpulas del poder político, económico y
mediático a cualquier disidente u opositor.
La modificación que
se busca, no es otra que uno de los pocos pasos que faltan para caer en un ya
no disfrazado “fascismo” y respecto al mismo, volvemos a buscar en los Diccionarios y encontramos;
El fascismo es una ideología basada en la razón del Estado y la
fidelidad total al jefe de la nación.
“Todo en el Estado, nada contra
el Estado, nada fuera del Estado”, decía Benito Mussolini.
“.- Es un sistema político
profundamente conservador, cuyo propósito original era combatir la expansión de
los movimientos obreros en Europa después de la Primera Guerra Mundial
(1914-1918). El fascismo está basado en la violencia y la intolerancia a la
oposición, la pluralidad y la crítica. Tal régimen utiliza la propaganda y los
medios de comunicación para generar un clima de miedo y odio a todos los que
sean “diferentes”.
Volvemos a Ackerman, que nos recuerda que,
“….Esta crisis resulta del hecho de que una mayoría parlamentaria ha
decidido darle la espalda al electorado y aprobar reformas en materia
energética que, además de violar la Constitución, van en contra de la voluntad
mayoritaria de la población mexicana.
Cuando los representantes populares traicionan la confianza de los
electores y se colocan por encima de la Carta Magna, la protesta social no es
peligrosa, sino saludable, ya que ayuda a rencauzar la democracia.
De otra forma, los políticos se acostumbrarían a ignorar a la ciudadanía
y, como ocurre en nuestro país, terminarían utilizando sus cargos para
perseguir fines particulares, familiares o de gremio. La presencia de una
fuerte movilización social no es una amenaza para la democracia, sino un claro
indicador de su vitalidad.
Al clausurar sus respectivos congresos, Adolfo Hitler, Benito Mussolini,
Augusto Pinochet y Victoriano Huerta usurparon el poder desde las cúpulas de la
autoridad estatal. Desaparecieron el Poder Legislativo con el propósito de centralizar
aún más el poder en sus manos.
Es un grave error reducir la
democracia, el “gobierno del pueblo”, a la actividad de los gobernantes. Los
senadores, los diputados y el Presidente de la República tienen la obligación
de mantenerse en permanente contacto y comunicación con sus representados.
Asimismo, los ciudadanos tienen
la obligación y el derecho de llamar constantemente a cuentas a sus
autoridades.
Recibir más votos en una elección no otorga al candidato ganador un
cheque en blanco para hacer o deshacer a su antojo, sino una gran
responsabilidad de representar a la sociedad.
¡Cuando permanece una gran incertidumbre con respecto a la validez de la
victoria misma, esta responsabilidad se multiplica y se expande!
Lamentablemente, como espejo y continuación del conflicto poselectoral
de 2006, la coalición gobernante ha decidido de nueva cuenta recurrir a la
diatriba y la cerrazón para imponer el resultado que desea.
En lugar de acercarse a la
coyuntura política con valentía y apertura, el actual presidente esconde la
cabeza y manda a sus agentes políticos, económicos e intelectuales a tronar
toda oposición y crítica.
Así como ayer Felipe Calderón se negó a aceptar un recuento total de la
votación por miedo a conocer la verdad, hoy se niega a exponer su iniciativa al
debate popular por temor a enfrentarse con un pueblo informado y consciente.
Los defensores de “las instituciones” a secas olvidan que en un sistema
democrático los ciudadanos son los que tienen la última palabra.
En la peor de las tradiciones fascistas, los ideólogos actuales
privilegian la estabilidad y el orden por encima de la justicia y la
participación social.
El mejor antídoto para el
fascismo es la construcción de una sociedad crítica y participativa, dispuesta a
cuestionar y llamar a cuentas a nuestros gobernantes, no un pueblo doblegado de
forma pasiva a las decisiones que violan gravemente sus derechos….”
¿SERÁ ACASO, NUESTRO TRISTE DESTINO CAER EN EL FASCISMO, EN DICTADURAS COMO LAS DE PINOCHET, HITLER, MUSSOLINI
O COMO YA NOS ACONTECIÓ EN 1914 CON OTRO VICTORIANO HUERTA?
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