Joaquín
Ortega Arenas
Hay en la historia de la Revolución Cubana una
serie de hechos y circunstancias, ocurridas en México, fundamentales para el
Triunfo del Comandante Castro, desconocidas hasta hoy de las que fui parte y
testigo involuntario, que creo oportuno relatar, sobre todo, por el olvido, tal
vez derivado de la ignorancia que de las mismas existe, en detrimento del valor
que para el Triunfo de la Revolución tuvieron, aprovechando que, ocurridas hace
59 años, ya carecen de efectos judiciales.
El Comandante Castro, un año menor que quien esto escribe,
el “Che Guevara y Camilo Cienfuegos, llegaron a México y mi hermano mayor,
Juan, les consiguió alojamiento y trabajo en la Línea de Camiones México.
Coyoacán, de la que era Director un señor de Apellido Ciurliza.
En México,
“Don Cándido”, nunca supe su apellido, representaba a un grupo de cubanos
exiliados que “financiaron” al Comandante Castro, para la preparación de su
“invasión a la Cuba ocupada por el sargento-dictador apoyado por capitales
norteamericanos que habían transformado la isla en una enorme casa de diversiones,
Fulgencio Batista,.
Ignoro como, trabaron amistad con uno de mis
mejores amigos, desde la infancia, Julio Cesar Gómez Gutiérrez, ( Pilín ),
emprendedor y aventurero que pensó y puso en práctica un plan que consistía en
adquirir dos aviones en los “surplus” (lugares en que se vendían desechos de
guerra norteamericanos) para llevar armas a la Sierra Maestra.
Don Cándido
entregó a “Pilin” un cheque del Banco Español- Mexicano por Cincuenta mil pesos
que acudimos a cobrar a las diez de la mañana del día siguiente, y al salir,
Don Cándido fue secuestrado por
Cristóbal Martínez, y llevado a
Cuba. Los periódicos dieron la noticia
mencionando a dos desconocidos que acompañaron a don Cándido, “…a los que la
Policía ya tiene ubicados…” No salí de mi hogar hasta que el secuestro fue aclarado.
El
Presidente de México era Don Adolfo Ruiz Cortínez, a
quien recurrimos . El presidente envió una nota a Cuba exigiendo la devolución
de Don Cándido y el Gobierno cubano lo devolvió a México. Cristóbal Martínez
fue detenido y encarcelado. Este suceso tuvo gran difusión en México.
El Comandante Castro ya estaba en la Sierra Maestra, y con los Cincuenta mil pesos, “Pilín”
adquirió dos aviones, un B-26 y un PB-2. , que recogieron Camilo Cienfuegos y
un excelente piloto, Pedro Luis Díaz Lanz, aventurero y vividor, con los que empezaron a
llevar armas a la Sierra Maestra, que
cargaban en Apatzingan, Mich., aterrizaban en Ixtepec, Oaxaca,
a proveerse de gasolina para la ida y vuelta, y las dejaban caer en la
Sierra Maestra.
Pedro Luis Díaz Lanz. Hacía negocio entre vuelo y vuelo
y realizaba en el Aeropuerto de Ixtepec , vuelos turísticos de media hora que
cobraba a cincuenta pesos por pasajero. En una ocasión se le ocurrió ir a
Acapulco y, aterrizó sin avisar a la Torre de Control, por lo que lo detuvieron
las autoridades. A petición de don Cándido, me traslade a Acapulco a rescatar
al avión y al piloto. Cuando recibió el avión,
dirigió el aparato hacia la terminal aérea y ya punto de llegar, se elevó lo
que causó tremendo susto a quienes estaban en el Aeropuerto.
En uno de sus vuelos a Ixtepec, sobre cargó el
aparato de “turistas” y no pudo elevarse, aunque con gran pericia, estrelló el
aparato, sin que, afortunadamente hubiera lesionados. No volvimos a saber nada
de Pedro Luis Díaz Lanz y los restos del PB,2, permanecieron abandonados por
muchos años en el lugar del desastre.
Julio César Gómez Gutiérrez, Pilín, fue asesinado
en la carretera de Veracruz, cuando en compañía de su esposa y sus tres hijas,
un camión sin placas lo sacó del camino y lo arrojó al precipicio.
Al triunfo de la Revolución fuimos invitados a
visitar Cuba. No pue ir porque andaba
por Europa.
La veracidad de este relato, en todo caso puede
confirmarla el Comandante Castro.
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