1/26/2017

TEXCOCO, ¡CIUDAD INCREÍBLE!


Joaquín Ortega Arenas.


Mi padre, amante de México, su pasado y su presente, nos llevó ´hace ya 80 años,
a un pueblito pequeño y desaliñado al se  llegaba por la carretera a Puebla, y una desviación de mal  camino de varios kilómetros. Quería que conociéramos  parte del pasado prehispánico, de la época colonial y del presente. Recorrimos la zona arqueológica, y trepamos, con alguna dificultas, a una lomita en la que se encuentran los “Baños del Rey Poeta”, que escribió

"Amo el verdor de la naturaleza 
Amo el perfume de las flores 
Amo el canto del tzenzontle 
Pájaro de cuatrocientas voces 
Pero amo más a mi hermano el hombre"

Lugar  desde donde, supongo, concibió la idea de construir un sistema hidráulico para separar las aguas saladas de Lago de Texcoco, de las aguas dulces de los Lagos de Chalco, Xochimilco, Xaltocan y Zumpango, para aprovechar para fines agrícolas las tierras rescatadas de  la salinidad que verificó entre 1440 y 1451 DC.
 Es una obra que se antoja imposible, que hizo con un muro de cuarenta y siete kilómetros del que todavía existen muchos vestigios sobre todo en la Calzada de los Misterios en el Distrito Federal, tomando en consideración que surge desde el fondo del Lago Salado, más de veinte metros en muchos lugares.
 Consiguió que la dieta de los habitantes del Gran Valle se hiciera rica y su desarrollo en general  excelente.
De los monumentos construidos en el Siglo XVI, una fuente y el Convento y gran Capilla.
El Pueblo, era, como todos los del Valle, un caserío sin mayor importancia, aunque algo que sigue en primer lugar en el mundo, es la “Barbacoa de Borrego” cocida en  hoyos en el suelo con el fuego, hojas de maguey y la carne sumida en ese fuego, con la superioridad de la que fabrican desde hace  más de cincuenta años los señores Portugués.
Durante años, fue el mismo pueblo, con sus vidrierías, entre ellas la más antigua de América, que visité hace tres o cuatro años, pero….el día de hoy, 18 de enero, tuve que acompañar a mi nuera , abogada, y me quedé con la boca abierta. TEXCOCO, ES HOY UNA EXCELENTÍSIMA CIUDAD, de 215 165 habitantes, limpia, ordenada, sin baches, con habitantes que se comportan con todo civismo, sin comerciantes en todas las banquetas y calles. Pregunté, desde cuando se operó éste milagro, y el actuario del Juzgado me contestó, “Es reciente, se inició y llevó a cabo, con la Maestra Delfina Gómez Álvarez, que ahora es Diputada Federal “.
ES obvio, una mujer, maestra, además, no carga el desprestigio ni las mañas de nuestros políticos y por ello, Maestra Gómez Álvarez, en hora buena por la creación de este MARAVILLOSO NUEVO TEXCOCO.
“El mal ejemplo cunde”, no enseña un antiguo refrán, pero en el NUEVO TEXCOCO, HA OCURRIDO LO CONTRARIO. “El buen ejemplo también cunde”.
Los “días de plaza” son comunes en todo México. El Domingo es Día de Plaza en Texcoco y, los “defeños”, (defequeños, diría yo) se vuelcan a la Ciudad milagrosa, a buscar, en primer lugar, la famosísima “Barbacoa de borrego”. Encuentran en todo el centro se la Ciudad lo que buscan, en puestos sobre las banquetas y bajo los Portales, Arte Popular exquisito, Marranitos Alcancía de Barro tradicional, Vajllas completas, ollas y cazuelas de maravilloso diseño y ejecución, y mil objetos de una tradición que se niega a morir.
Por desgracia, los “Chilangos” a diferencia de los descendientes del Tlatoani “Netzahualcoyotl” forman verdaderas hordas destructoras que, convierten la Ciudad Milagro en muladar, Los pacientes texcocanos, esperan a que termine la invasión que, en verdad les causa un profundo dolor de cabeza , pero les proporciona beneficios económicos y,  como el ejemplo que han recibido de la Maestra Delfina, como le llaman,  que también cunde, en unas cuantas horas devuelven a la Ciudad Milagrosa su esplendor actual, limpia, ordenada, SIN BACHES, sin montones de basura acumulada, la dejan nuevamente “como espejo”.

                              ¡QUE ENVIDIA, DE LA BUENA, ME PROVOCA !

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