Joaquín Ortega Arenas.
Mi padre, amante
de México, su pasado y su presente, nos llevó ´hace ya 80 años,
a un pueblito
pequeño y desaliñado al se llegaba por
la carretera a Puebla, y una desviación de mal
camino de varios kilómetros. Quería que conociéramos parte del pasado prehispánico, de la época
colonial y del presente. Recorrimos la zona arqueológica, y trepamos, con
alguna dificultas, a una lomita en la que se encuentran los “Baños del Rey
Poeta”, que escribió
"Amo el verdor de la naturaleza
Amo el perfume de las flores
Amo el canto del tzenzontle
Pájaro de cuatrocientas voces
Pero amo más a mi hermano el hombre"
Amo el perfume de las flores
Amo el canto del tzenzontle
Pájaro de cuatrocientas voces
Pero amo más a mi hermano el hombre"
Lugar desde donde, supongo, concibió la idea de construir
un sistema hidráulico para separar las aguas saladas de Lago de Texcoco, de las
aguas dulces de los Lagos de Chalco, Xochimilco, Xaltocan y Zumpango, para
aprovechar para fines agrícolas las tierras rescatadas de la salinidad que verificó entre 1440 y 1451
DC.
Es una obra que se antoja imposible, que hizo
con un muro de cuarenta y siete kilómetros del que todavía existen muchos vestigios
sobre todo en la Calzada de los Misterios en el Distrito Federal, tomando en
consideración que surge desde el fondo del Lago Salado, más de veinte metros en
muchos lugares.
Consiguió que la dieta de los habitantes del
Gran Valle se hiciera rica y su desarrollo en general excelente.
De los monumentos
construidos en el Siglo XVI, una fuente y el Convento y gran Capilla.
El Pueblo, era,
como todos los del Valle, un caserío sin mayor importancia, aunque algo que
sigue en primer lugar en el mundo, es la “Barbacoa de Borrego” cocida en hoyos en el suelo con el fuego, hojas de
maguey y la carne sumida en ese fuego, con la superioridad de la que fabrican
desde hace más de cincuenta años los
señores Portugués.
Durante años,
fue el mismo pueblo, con sus vidrierías, entre ellas la más antigua de América,
que visité hace tres o cuatro años, pero….el día de hoy, 18 de enero, tuve que acompañar
a mi nuera , abogada, y me quedé con la boca abierta. TEXCOCO, ES HOY UNA
EXCELENTÍSIMA CIUDAD, de 215 165 habitantes, limpia, ordenada, sin baches, con
habitantes que se comportan con todo civismo, sin comerciantes en todas las banquetas
y calles. Pregunté, desde cuando se operó éste milagro, y el actuario del
Juzgado me contestó, “Es reciente, se inició y llevó a cabo, con la Maestra
Delfina Gómez Álvarez, que ahora es Diputada Federal “.
ES obvio, una
mujer, maestra, además, no carga el desprestigio ni las mañas de nuestros
políticos y por ello, Maestra Gómez Álvarez, en hora buena por la creación de
este MARAVILLOSO NUEVO TEXCOCO.
“El mal ejemplo cunde”, no enseña un
antiguo refrán, pero en el NUEVO TEXCOCO, HA OCURRIDO LO CONTRARIO. “El buen ejemplo también cunde”.
Los “días de
plaza” son comunes en todo México. El Domingo es Día de Plaza en Texcoco y, los
“defeños”, (defequeños, diría yo) se vuelcan a la Ciudad milagrosa, a buscar,
en primer lugar, la famosísima “Barbacoa de borrego”. Encuentran en todo el
centro se la Ciudad lo que buscan, en puestos sobre las banquetas y bajo los
Portales, Arte Popular exquisito, Marranitos Alcancía de Barro tradicional,
Vajllas completas, ollas y cazuelas de maravilloso diseño y ejecución, y mil
objetos de una tradición que se niega a morir.
Por desgracia,
los “Chilangos” a diferencia de los descendientes del Tlatoani
“Netzahualcoyotl” forman verdaderas hordas destructoras que, convierten la
Ciudad Milagro en muladar, Los pacientes texcocanos, esperan a que termine la
invasión que, en verdad les causa un profundo dolor de cabeza , pero les
proporciona beneficios económicos y, como
el ejemplo que han recibido de la Maestra Delfina, como le llaman, que también cunde, en unas cuantas horas
devuelven a la Ciudad Milagrosa su esplendor actual, limpia, ordenada, SIN
BACHES, sin montones de basura acumulada, la dejan nuevamente “como espejo”.
¡QUE ENVIDIA, DE
LA BUENA, ME PROVOCA !
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