Joaquín Ortega
Arenas.
A
partir de que Hernán Cortés “ahorcó” al último “Tlatoani” de los mexica, en
“Las Hibueras”, no ha habido ningún
acontecimiento en nuestra historia que no sea consecuencia de un “asesinato”.
La
llamada “Revolución Mexicana” que solo fue una ilusión, es el ejemplo más gráfico de esa forma de
vivir en este convulsivo País. Un idealista coahuilense, Francisco I.
Madero, mediante el que llamó “Plan de
San Luis”, llamó a los mexicanos a
rebelarse en contra del General Porfirio Díaz, que, convertido en “Dictador” con mano de
hierro gobernaba desde 1871, con un lapso de cuatro años en que lo hizo, pero
el aparente Presidente lo era el “Manco” Manuel González.
La “Revolución” estallo, y el anciano General
Díaz, quejado por un fuerte dolor de muelas que casi le cuesta la vida, y del
que fue operado ya en el destierro, renunció, y se desinó Presidente sustituto,
a Francisco León de la Barra, que convocó a nuevas elecciones, en las que el triunfo en forma aplastante
fue para Madero. Su gobierno fue efímero, y murió asesinado por órdenes del
general Victoriano Huerta.
El
Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza se levantó en armas y fue electo
Presidente. Convocó al Congreso Constituyente de 1917, y…fue asesinado, en Tlaxcalantongo, Sierra de Puebla, con una
intervención en esos hechos del Teniente Coronel de Caballería Lázaro Cárdenas
del Río y el “General Irregular” Rodolfo Herrero, que pertenecía a las guardias
Blancas de la empresas petroleras a cargo del también General irregular Manuel
Peláez.
También
murieron asesinados todos los caudillos de la “Revolucion”, Emiliano Zapata, en
la Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919, por cuyo asesinato,
pagó el Presidente Obregón, CINCUENTA MIL PEOS:
Francisco Villa, en una
emboscada en Parral, Chihuahua, por la que igualmente pagó el Gobierno
CINCUENTA MIL PESOS.
El General Felipe Ángeles,
que se sostiene fue fusilado (asesinado) por órdenes de Obregón, solo como
venganza derivada de que manejaba la batería que le causo la pérdida del brazo durante
la “Revolución”.
El
“Brazo Armado de la Revolución” (YA MANCO) Álvaro Obregón fue asesinado siendo
ya presidente electo, en el Restaurante “La Bombilla”, en la Villa de San Ángel,
donde festejaba su triunfo, aparentemente por un fanático religioso (José de
León Toral) que disparó TRES VECES una pistola calibre .32, que había pertenecido
al General Celestino Gasca. Dio Fe del cadáver, el Doctor José Torres Torija
que señaló nueve disparos en el pecho, sin que le hubieran permitido examinar más
que el frente del cuerpo.
El
cadáver de Obregón fue llevado a la Cámara de Diputados para un homenaje póstumo
y cuando el General Calles bajaba las escaleras del Recinto, el Diputado
Potosino Aurelio Manrique, le gritó, “Cobarde,
asesino”, y ¡extrañamente vivió para contarlo!
Cuando
conducían el cadáver hacia Huatabampo, su estado de descomposición hizo
necesaria una autopsia, en la que el Jefe de los Servicios Coordinaos de Salud
en el Estado, Doctor Alejandro Cerisola, hizo constar “…la existencia de diecinueve perforaciones causadas por armas de
diferente calibre”.
El
sonorense Plutarco Elías Calles se auto
proclamó “El Jefe Máximo de la
Revolución”. Fue literalmente nombrado Presidente de la República con el cien
por ciento de los sufragios, y
Siguieron los asesinatos.
Los tres candidatos a la
Presidencia que deberían sucederlo en el Poder,…fueron asesinados. El General Francisco
Serrano, en el Poblado de Huitzilac, después de ser detenido por el General
Claudio Fox en Cuernavaca cuando festejaba su onomástico. Cuentan testigos
presenciales que el Cadáver fue llevado a la Escuela de Medicina, a la que
acudió Obregón y después de voltear el cadáver con pie, exclamó “Mira nomás compadre, como te dejaron…”
El también
General Arnulfo R. Gómez
fue perseguido por el ejército hasta que fue apresado el 4 de noviembre de 1927, procesado por un juicio sumario y asesinado en Teocelo. Veracruz al amanecer del 5 de
noviembre de 1927.
Álvaro Obregón fue el único candidato que
llegó a la elección de 1928 y obtuvo el 100% de los votos, pero, fue asesinado
siendo ya Presidente Electo, en forma sumamente extraña en el Restaurante “La
Bombilla” en San Ángel, aparentemente por un fanático religioso, José de León
Toral, que le disparó por la espalda tres veces con un arma que había
pertenecido al General Celestino Gasca.
Pascual
Ortiz Rubio, escapo por un verdadero milagro de ser
asesinado precisamente el día en que tomo posesión de la Presidencia. La bala
que debía matarlo, se desvió y solo le rompió la mandíbula inferior.
El
candidato opositor, José Vasconcelos al que su paso por la recién creada
Secretaria de Educación entre 1920-1924,
le había dado un gran prestigio era como se esperaba, el “candidato del
Pueblo”, y los votantes abundaron en las casillas, solo que ciento veintiuno de ellos
fueron detenidos y llevados al Cuartel de Narvarte en el que se
conservaban las construcciones de la antigua “Hacienda de Narvarte” y era ya
ocupado por un Batallón al mando del General Maximino Ávila Camacho, en dónde
los fueron asesinando , colgándolos de las vigas del granero conforme iban
llegando, Ahorcaron a ciento veinte, y cuando le llegaba el turno al Poeta
Carlos Pellicer, se presentó el Secretario de Relaciones del nuevo Gabinete,
Lic. Genaro Estrada y rescató milagrosamente al Poeta, quién me relató el
incidente cuando fue mi maestro de Historia General en la Escuela Secundaria
#4, en el año de 1939. Los cadáveres de
los ahorcados, fueron conducidos en transportes militares al Panteón de
Topilejo, pueblecillo aledaño a la
Ciudad de México sobre la carretera a Cuernavaca, y medio enterrados por la inminente llegada
del amanecer y la apertura del mismo. No bien entrada la mañana, los perros
callejeros empezaron a llevar despojos humanos al pueblo, con el consiguiente
estupor de los lugareños.
Los
asesinatos han seguido, (periodistas, sobre todo) y el del candidato a la Presidencia
Luis Donaldo Colosio, en la Ciudad de Tijuana, “nebulosamente aclarado”.
Todo
el País, da cuenta de asesinatos y más asesinatos, aunque muchos de ellos se
disfrazan como “desapariciones de personas por cientos o quizá miles”, y
además, proliferan la tumbas clandestinas EN LAS QUE HAN APARECIDO MILES DE
CUERPOS SIN ROSTRO Y SIN VIDA …..
¿HASTA CUANDO EL
ASESINATO DEJARA DE SER NORMA DE CONVIVENCIA Y DE GOBIERNO EN NUESTRA AMADA PATRIA?
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