5/19/2016

EL ASESINATO COMO NORMA.


Joaquín   Ortega Arenas.


A partir de que Hernán Cortés “ahorcó” al último “Tlatoani” de los mexica, en “Las Hibueras”,  no ha habido ningún acontecimiento en nuestra historia que no sea consecuencia de un “asesinato”.
La llamada “Revolución Mexicana” que solo fue una ilusión,  es el ejemplo más gráfico de esa forma de vivir  en este convulsivo País.  Un idealista coahuilense, Francisco I. Madero, mediante el que llamó  “Plan de San Luis”,  llamó a los mexicanos a rebelarse en contra del General Porfirio Díaz,  que, convertido en “Dictador” con mano de hierro gobernaba desde 1871, con un lapso de cuatro años en que lo hizo, pero el aparente Presidente lo era el “Manco” Manuel González.
 La “Revolución” estallo, y el anciano General Díaz, quejado por un fuerte dolor de muelas que casi le cuesta la vida, y del que fue operado ya en el destierro, renunció, y se desinó Presidente sustituto, a Francisco León de la Barra, que convocó a nuevas elecciones, en las que el triunfo en forma aplastante fue para Madero. Su gobierno fue efímero, y murió asesinado por órdenes del general Victoriano Huerta.
El Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza se levantó en armas y fue electo Presidente. Convocó al Congreso Constituyente de 1917, y…fue asesinado, en Tlaxcalantongo, Sierra de Puebla, con una intervención en esos hechos del Teniente Coronel de Caballería Lázaro Cárdenas del Río y el “General Irregular” Rodolfo Herrero, que pertenecía a las guardias Blancas de la empresas petroleras a cargo del también General irregular Manuel Peláez.
  También murieron asesinados todos los caudillos de la “Revolucion”, Emiliano Zapata, en la Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919, por cuyo asesinato, pagó el Presidente Obregón, CINCUENTA MIL PEOS:
Francisco Villa, en una emboscada en Parral, Chihuahua, por la que igualmente pagó el Gobierno CINCUENTA MIL PESOS.
El General Felipe Ángeles, que se sostiene fue fusilado (asesinado) por órdenes de Obregón, solo como venganza derivada de que manejaba la batería que le causo la pérdida del brazo durante la “Revolución”.
 El “Brazo Armado de la Revolución” (YA MANCO) Álvaro Obregón fue asesinado siendo ya presidente electo, en el Restaurante “La Bombilla”, en la Villa de San Ángel, donde festejaba su triunfo, aparentemente por un fanático religioso (José de León Toral) que disparó TRES VECES una pistola calibre .32, que había pertenecido al General Celestino Gasca. Dio Fe del cadáver, el Doctor José Torres Torija que señaló nueve disparos en el pecho, sin que le hubieran permitido examinar más que el frente del cuerpo.
El cadáver de Obregón fue llevado a la Cámara de Diputados para un homenaje póstumo y cuando el General Calles bajaba las escaleras del Recinto, el Diputado Potosino Aurelio Manrique, le gritó, “Cobarde, asesino”, y ¡extrañamente vivió para contarlo!
Cuando conducían el cadáver hacia Huatabampo, su estado de descomposición hizo necesaria una autopsia, en la que el Jefe de los Servicios Coordinaos de Salud en el Estado, Doctor Alejandro Cerisola, hizo constar “…la existencia de diecinueve perforaciones causadas por armas de diferente calibre”.
El sonorense Plutarco  Elías Calles se auto proclamó “El Jefe Máximo de la Revolución”. Fue literalmente nombrado Presidente de la República con el cien por ciento de los sufragios,  y Siguieron los asesinatos.
Los tres candidatos a la Presidencia que deberían sucederlo en el Poder,…fueron asesinados.  El General Francisco Serrano, en el Poblado de Huitzilac, después de ser detenido por el General Claudio Fox en Cuernavaca cuando festejaba su onomástico. Cuentan testigos presenciales que el Cadáver fue llevado a la Escuela de Medicina, a la que acudió Obregón y después de voltear el cadáver con pie, exclamó “Mira nomás compadre, como te dejaron…”
 El también  General Arnulfo R. Gómez fue perseguido por el ejército hasta que fue apresado el 4 de noviembre  de 1927, procesado por un juicio sumario y asesinado  en Teocelo. Veracruz al amanecer del 5 de noviembre de 1927.
 Álvaro Obregón fue el único candidato que llegó a la elección de 1928 y obtuvo el 100% de los votos, pero, fue asesinado siendo ya Presidente Electo, en forma sumamente extraña en el Restaurante “La Bombilla” en San Ángel, aparentemente por un fanático religioso, José de León Toral, que le disparó por la espalda tres veces con un arma que había pertenecido al General Celestino Gasca.
Pascual Ortiz  Rubio,  escapo por un verdadero milagro de ser asesinado precisamente el día en que tomo posesión de la Presidencia. La bala que debía matarlo, se desvió y solo le rompió la mandíbula inferior.
El candidato opositor, José Vasconcelos al que su paso por la recién creada Secretaria de Educación entre 1920-1924,  le había dado un gran prestigio era como se esperaba, el “candidato del Pueblo”, y los votantes abundaron en las casillas, solo que ciento veintiuno de ellos  fueron detenidos y llevados al Cuartel de Narvarte en el que se conservaban las construcciones de la antigua “Hacienda de Narvarte” y era ya ocupado por un Batallón al mando del General Maximino Ávila Camacho, en dónde los fueron asesinando , colgándolos de las vigas del granero conforme iban llegando, Ahorcaron a ciento veinte, y cuando le llegaba el turno al Poeta Carlos Pellicer, se presentó el Secretario de Relaciones del nuevo Gabinete, Lic. Genaro Estrada y rescató milagrosamente al Poeta, quién me relató el incidente cuando fue mi maestro de Historia General en la Escuela Secundaria #4,  en el año de 1939. Los cadáveres de los ahorcados, fueron conducidos en transportes militares al Panteón de Topilejo, pueblecillo aledaño a la  Ciudad de México sobre la carretera a Cuernavaca,  y medio enterrados por la inminente llegada del amanecer y la apertura del mismo. No bien entrada la mañana, los perros callejeros empezaron a llevar despojos humanos al pueblo, con el consiguiente estupor de los lugareños. 
Los asesinatos han seguido, (periodistas, sobre todo) y el del candidato a la Presidencia Luis Donaldo Colosio, en la Ciudad de Tijuana, “nebulosamente aclarado”.
Todo el País, da cuenta de asesinatos y más asesinatos, aunque muchos de ellos se disfrazan como “desapariciones de personas por cientos o quizá miles”, y además, proliferan la tumbas clandestinas EN LAS QUE HAN APARECIDO MILES DE CUERPOS SIN ROSTRO Y SIN VIDA …..

¿HASTA CUANDO EL ASESINATO DEJARA DE SER NORMA DE CONVIVENCIA Y DE GOBIERNO EN NUESTRA AMADA PATRIA?

No hay comentarios.: